Natalan detuvo su paso y lanzó una carcajada sarcástica al aire
–¿¡Cuidarme!? Eso es lo que menos haces, me estoy hartando de ti — se giro por completo hasta que ambas miradas se toparon, la frialdad de Natalan mezclada con enojo y la mirada eufórica de Roier se unieron en el ambiente.
–¿Qué dijiste?
–Detén toda esta locura Ro... no puedo más, necesitamos tiempo, necesitas pensar, no estamos juntos... y no está bien todo esto que esta sucediendo y lo sabes
–¿Saber qué? Tu y yo estamos destinados Nat... ¿no lo entiendes? Mi corazón late horrible cuando me niegas... ambos nos amamos, ¿no? —Con cada palabra su voz se cortaba, creando un nudo desesperado en su garganta
–Roier, estoy cansado, por favor no hagas un drama ahora mismo... quiero ir a casa y—Se vio interrumpido por el castaño en cuanto tomo su muñeca con fuerza y lo arrastro hacia el.
–Entonces vamos a casa cariño —Sonrió agriamente.
–Roier ya basta, hablo en serio, no soy tu cariño, ni tu Nat, ni tu flor o todas esas mierdas que dijiste antes
–¿Y todo lo que vivimos hace años Nat? ¿Eso no fue nada para ti?
–¡Que no carajo! Dios mio, olvida todo eso, ¿si? Eramos puertos y no pensamos lo que hacíamos, solo olvida esto
–No Natalan, no puedo, te amo, te daría mi corazón, mi alma mi cuerpo, mi...
Un grito de enojo interrumpió a Roier
–¡¿Qué mierdas dices?! Cállate de una vez Roier, dieras lo que dieras... Jamás te aceptaría, me cansaste desde hace 5 rechazos, ¡superalo!
–Natalan... por favor, no me hagas esto...
Ambas respiraciones se agitaron, ambos tenían las mismas emociones desencadenas de diferente manera
La ansiedad en Roier por el miedo del rechazo y la de Natalan por el miedo a ser golpeado de nuevo; pero en su adrenalina se encontraba el mismo objetivo: Golpear...
Natalan miro molesto y estresado a Roier, como si quisiera clavarle entre el pecho y la espalda su puñal
Roier miraba con incredulidad y algo de molestia, deseando perderse llevar a Natalan a casa...
–Vamonos —Tomó la mano de Natalan con más fuerza y empezó a caminar con dirección a su casa
–Que no carajo, ¿no entendiste nada?
–¿Y tu no recuerdas lo que dije en el hospital?
La piel de Natalan se heló, volvió a temer por su vida recordando el miedo que le tuvo a Roier en ese momento
–Roier... no hablabas en serio, ¿verdad?
–Ya lo hice más de una vez, ¿qué me detendría esta ocasión?
–Roier...
–Pero tu no tienes que ser el lastimado ¿sabes? —Detuvo el paso y saco de su bolsillo izquierdo un relicario viejo qué usaba Natalan hace unos meses— Alguien más podría llevarse lo que tu no quieres...
Abrió aquel collar con cautela, dentro, se encontraban 2 fotos y en ambas se encontraba Rodezel... quien a palabras de Natalan era solo su "Amigo" pero Roier sabía perfectamente que no era así...
–¿Cuando lo tomaste?
–Ay Nati... eres tan lindo
–No te atrevas a lastimarlo, idiota
–Entonces no te atrevas a negarte, ¿va?
–Eres un enfermo...
–Enfermo de amor —Sonrió y jalo al pelinegro a su lado pasando su brazo por el hombro ajeno
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.