.Prólogo.

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Leonardo pasaba por las galerías observando que chocolate probaría ese día, aunque realmente sabía que ninguno sería suficiente para el ¿El buen chocolate necesariamente tiene que ser simple y dulce? Se preguntaba el, recordando lo que esos idiotas que vendían chocolate decían sobre este mismo, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por un cantar alegre, que al parecer hablaba del ¿Chocolate? Leonardo curioso se acercó y se las arreglo para mirar de cerca un joven castaño con rulos cantar sobre su dichoso chocolate que te hacía volar, cuando empezó a venderlo se acercó a tomar uno y lo pago ¿¡Una moneda por un chocolate?! ¡está demente!
Pero al probarlo era como una sensación extraña que disfrutaba, un sabor que nunca había probado, varias cosas distintas que aunque no tuvieran que ver se complementaban de manera perfecta.

Disfruto el chocolate hasta que empezó a levitar ¿!que carajos?! Miro a ese dichoso chocolatero bastante atractivo a su parecer, el día se estaba poniendo interesante... Al menos hasta que la policía llegó a decomisar las ganancias y bajarnos a todos.

Me quedé escuchando de lejos y con como le quitaba sus ganancias para "Caridad" estaba molesto y quería intervenir pero escucho al chocolatero decir algo.

—Aunque sea puede darme una moneda para pagar mi alojamiento? Porfavor...—
Al parecer estaba desanimado, su éxito se volvió un fracaso en cuestión de segundos y Leo sabía porque.

—Esta bien, toma—
Asintió el policía al que Leonardo quería golpear en ese momento, le entrego una miserable moneda al chocolatero y se marchó.

Leonardo no perdería más tiempo y se acercó al castaño cuyo rostro estaba vista abajo.

—Nunca te había visto por aquí y creeme que vengo diario—
Dijo mientras se acercaba al chocolatero que volteo a verlo confundido.

—Eso es porque llegué ayer, a vender mis chocolates el día de hoy pero...—

—Pero salió mal, no tienes que decírmelo...—
Daba una señal para que el castaño dijera su nombre.

—Wonka, Willy wonka—

—Wonka, debes saber que esos idiotas que les dicen grandes productores de chocolate o lo que sea no te la dejarán fácil, tienes mucho talento y eso hace que les ardan las venas—

No cometas los mismos errores de chocolatero que cometieron los que le dieron competencia a esos imbéciles.

Errores de chocolateroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora