Demasiada información para mí...

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– ¡¿Quién diablos eres?!- grité alterada -¡¿Dónde está mi mamá?!

– Acá estoy cielo- el lugar era poco iluminado pero la voz de Zoe se distinguía muy bien -Jajaja qué tontita eres.

–¡Tú no! ¡Hablo de mi verdadera madre! ¡Hablo de Vanessa! ¡Tú eres una desquiciada que escapó de un hospital!- al decir eso, o mejor dicho, al gritar así, sentí que la vista se me nublaba, estaba demasiado enojada para pensar con claridad.

Solo digo, que si en mitad de la noche viene alguien, te deja inconsciente por lo que parece casi un día completo (noté que apenas estaba atardeciendo), te secuestra en un lugar de quién sabe dónde y alega ser tu madre... ¿No es normal estar enojada?

– ¡No grites así!- dijo el chico y salió de la sombra. Su cabello negro estaba despeinado, de modo que no pareciera un desastre, más bien, se veía atractivo. Sus ojos eran color esmeralda. Su piel pálida, se le veían las venas, pero, no parecía enfermo. Tenía un carácter dominante y era delgado. –Soy Daniel- dijo respondiendo mi pregunta inicial- soy al igual que tu madre y tú un integrante de este grupo.

–¿Forman un grupo?- dijo Emma tratando de no reir -¿Qué clase de cámara oculta es esta?

– Emma...- dijo una chica de cabello negro, ojos azules, estatura media y gafas redondas- Sé que para ti debe ser difícil asimilar todo... Así que te explicaré con detalles... Este grupo, o como quieras llamarlo, es algo así como una... Hermandad. Verás: Zoe, tu madre, nos eligió a nosotros para que la ayudáramos a encontrarte, pero somos muchísimos más. Mayormente está integrado por asesinos, aunque hay criminales de todo tipo, por ejemplo los acosadores.– hace una pausa para acomodarse los lentes mientras toma aire –Para que entiendas mejor, ¿Lees en Wattpad?– asiento –Pues esto es muy a lo Damián, solo que tú no vas a estar aquí porque te tratemos de hacer pasar por uno de los nuestros, sino porque eres uno de los nuestros. Por cierto, me llamo Ginger.

–N-no puede ser.- dije Emma mientras mu pecho subía y bajaba alterado. Ok, demasiada información para mí– Yo no soy una asesina...

–¡Ya cállate!- dijo Daniel –Tu voz es muy aguda... Como de una niña pequeña... Combina con tu cuerpo- hizo énfasis el la última frase y soltó una risita.

– Daniel... No comiences con tus bromitas. Muéstrale la habitación que le corresponde y aclara todas sus dudas. Serás el encargado de ella.- dijo Zoe.

–¿Debo cuidar a eso?- dijo Daniel señalándome mientras ponía los ojos en blanco- ¿Cuántos años tienes?¿Trece?¿Catorce?

–¡Daniel!- gritó Ginger -¿No recuerdas cuando nos dijeron que tenía diecisiete?¿Escuchaste? Die-ci-sie-te. Que tiene nuestra edad hombre.

Me sentía molesta, pero a la vez divertida por la voz tan chillona de Ginger.

– ¿Y bien? ¿Soy una especie de prisionera entonces?– pregunté cruzándome de brazos -Yo quiero ir a casa, ni siquiera tengo ropa acá...

–Yo te daré ropa. Y Daniel de una maldita vez lleva a Emma a que se de una ducha y duerma. La cena es a las 8:30.

Daniel tomó mi brazo con fuerza, delicadeza no estaba en su vocabulario.

–¡No hay muchas habitaciones así que serás compañera de cuarto de Daniel!- gritoneó Ginger reprimiendo la risa.

–¡¿Qué?!- forcejeé con fuerza, pero solo logré que me sostuviera con más fuerza.

El camino hacia la habitación de me hizo horriblemente largo. Él sujetaba mi brazo con mucha fuerza y yo no podía hacer nada. Mi mente no paraba de planear como salir de ahí.

PiromaníaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora