Cazadores de Sangre

Capítulo 3

III

- ¿ Mi nuevo hogar ? ¿ Temporal dirás, no ? - Le pregunté extrañada, espero que eso sea mentira, porque no quiero comenzar desde cero una nueva vida;ya tengo la mía.
- Donde perteneces, es aquí. No allí, se que duele pero es así. - En su mirada azulada pude ver un destello de tristeza, no quiero darle pena a un desconocido, me niego a ello.
- Yo no quiero pertenecer a un lugar desconocido. - Dije con rabia. - Solo estoy aquí porque tú me dijiste que me ayudarías a recuperar a mi familia.
- Y así es. Te ayudaré a encontrarla, pero también te ayudaré con otras cosas.
- ¿ Cuáles ?
- Ahora te explico, pero primero debemos de llegar a la mansión para presentarte a Alessandra, la mayor de nuestros líderes.
- ¿ Líderes ?
- Ahora te explico todo. - Dijo con cansancio y comenzó la marcha hacia esa mansión.
Durante la marcha me dejé fijar me en su aspecto; tenía un cabello negro y alocado, no se lo había peinado, eso estaba claro, era de tez clara y esos ojos azules casi transparentes que me recuerdan al mar, vestía con ropa de cuero que no me dejaba ver nada a partir de su cuello pero debía de estar en buena forma cuando se le marcaban los músculos, era alto, muy alto, aún que tampoco es que sea yo muy alta.

Al llegar a esa zona habitada pude ver que las pocas personas que se veían fuera estaban vestidas con cuero negro, igual que el agente Walter- él cual aún no me ha dicho su nombre - y entonces es cuando llegamos a las escaleras de la mansión y a la puerta principal, donde se encontraban dos guardias bien armados.

- Venimos a ver a la líder Alessandra.
- ¿ Por cuál motivo ? - Nos preguntó uno de ellos sin mirarnos.
- ¿ No es evidente ? Traigo una nueva. Debo presentarla. - Dijo con frialdad, como si no fuera nada, cuando hacía unos momentos atrás había visto tristeza en sus ojos, « que raro es este chico ». Entonces nos dejaron pasar hacia su interior que era enorme, era todo muy elegante; unas escaleras enfrente nuestra, que se dividían luego en dos, lámparas de araña, cuadros antiguos, una alfombra roja gigante, todo emanaba poder, todo, hasta las personas que estaban fuera lo emanaban « ¿ Dónde me he metido ? »

- Ahora vendrán a por ustedes. - Nos informó el mismo guardia.
- De acuerdo. - Dijo el agente Walter con el mismo tono que antes.
No tuvimos que esperar mucho a que vinieran a por nosotros, al poco tiempo de estar ahí parados una chica- también vestida de cuero negro - nos indicó que la siguiéramos por las escaleras, al llegar a la división de esta, seguimos subiendo por la derecha, hasta que llegamos al tercer y último piso, donde seguimos el largo y elegante pasillo hasta la última puerta a la izquierda.
- Esperen aquí, ahora les atenderán. - Fueron las últimas palabras - y únicas - que nos dijo la chica antes de entrar al despacho.
Pasaron como cinco minutos cuando de pronto salió la misma chica y nos dijo que pasáramos. Ese despacho era enorme; también tenía una lámpara de araña, una alfombra roja, estanterías llenas de libros, un ventanal en la pared del fondo, y por último un escritorio en el centro de la habitación, y enfre suya dos sillones de terciopelo.

- ¿ Qué es tan importante como para interrumpir mis tareas como líder mayor, señor Walter ? - Le preguntó sin mirarlo siquiera la chica que estaba sentada en el escritorio rellenando un montón de papeles.
- He encontrado a una Cazadora que no teníamos registrada en nuestros archivos y la he traído ante usted, líder mayor. - Le responde el agente Walter a la líder suya, firmemente y sin hacer ningún gesto. Entonces es cuando aquello le trae curiosidad a la líder, porque levanta la cabeza y deja lo que está haciendo para observarme atentamente.
- Y bien chica, ¿ cómo te llamas ? - Me pregunta directamente a mi, mirándome fijamente.
- Nayla Salazar. - Le respondo firmemente también, como ha hecho Walter.
- ¿ Cuantos años tienes ?
- Tengo diecisiete, pero en un mes cumplo dieciocho.
- ¿ Has tenido revelación ? - Eso último no lo he entendido y desvío extrañada la mirada a Walter, que por suerte ha entendido mi expresión y me lo explica.
- A lo que tú llamás pesadillas, le llamamos nosotros revelaciones. Muestran tu verdadera naturaleza. - Eso me asusta mucho, yo soy una chica buena, nunca le haría esas cosas a nadie.
Al ver que no respondía, la líder me lo vuelve a preguntar.
- ¿ Has tenido revelaciones ?
- Sí. - Dije automáticamente, como si yo no fuera quien hubiera contestado en ese instante.
- ¿ Desde hace cuando ?
- Desde los doce años. - En ese momento desvía la mirada hacia Walter con el ceño fruncido.
- ¿ Cómo es qué las ha tenido desde tan joven ? No es lo usual.
- No lo se, líder mayor. La encontré en la escena de un crimen, en su casa, estaba en la misión que me encomendó a mi solo para infiltrarme en ese pequeño pueblo por si algo sucedía.
- Va ha estar en tu grupo y vas a ser su mentor para que se adapte con nosotros. Pero antes, tengo curiosidad. - Vuelve la mirada a mi y me sonríe malévolamente. - Dime señorita Salazar, ¿ qué crimen cometió en su casa ? - Esa acusación me dolió mucho.
- No se que trata de discrepar, pero yo no he hecho nada. - Le contesté como si me diera asco. Ella se sorprendió y me volvió a preguntar.
- Entonces, ¿ qué fue lo que sucedió ?
- Entraron en mi casa cuando yo no estaba y secuestraron a mi familia. - Dije lo más rápido que pude para zanjar el tema.
- Creo que ha sido un descontrolado. No habían indicios de que fuera un ser humano y corriente. Solamente habían cosas rotas por el medio en la primera planta, no había sangre, por lo tanto esas cosas se tiraron y se rompieron adrede, y luego más aparte le dejó una nota. Donde lo único que le pedía era que buscará lo que él o ella quería de ella, por lo que se puede insinuar que a sido uno de los nuestros que ya estaba informado de su existencia y quiere jugar con ella.
- Entiendo. Sí, tiene toda la pinta de que ha sido un descontrolado por lo que me has descrito, señor Walter. - Suspira y extiende las manos para luego crugirse los dedos y volver a la misma posición de antes, donde tenía los dedos cruzados y la barbilla apoyada en ellos.- ¿ Le ha puesto una fecha de fin a su juego en la nota señorita Salazar ? - Me mira interesada a mí.
- Tres semanas o morirá uno de ellos. - Entonces se levanta y parece feliz por lo que está escuchando. Se mueve a nuestra dirección hasta quedar a un metro de distancia de nosotros.
- Entonces no hay tiempo que perder. - Mira a Walter.- Lo dicho, serás su mentor y le enseñarás absolutamente todo lo que se pueda hacer hasta que cumpla los dieciocho, entoncese enseñarás las demás técnicas que podemos utilizar. - Walter asiente y luego ella dirige su mirada a mi. - Mañana en la mañana, después de desayunar vendrás al laboratorio médico y te haremos una clase de análisis, después volverás con tu grupo y el señor Walter te enseñará todo lo que tenga que enseñarte. Mientras tanto, querida, me temo que te tendrás que afrontar a la idea de que dentro de tres semanas perderás a un familiar. - Eso último me duele y me niego a que sea tan poco delicada para decírmelo. - El o la descontrolado, te ha dado ese margen de tiempo, porque sabe que no lograrás conseguir tus habilidades como Cazadora hasta dentro de más de tres semanas. Mientras tanto, quiero que mañana, después de llevarte al laboratorio,señorita Salazar, - dirige su mirada a Walter.- quiero a todo su equipo aquí, les tengo una nueva misión más útil y entretenida de la que les tenía.
- Pero líder mayor, mañana no es lunes como para encomendarnos una misión. - Le dice Walter dándole un tono de extrañeza a su tono gélido que estaba utilizando hasta entonces.
- No, por eso es tan especial. - Se gira para volverse a sentar en el escritorio y seguir escribiendo en esos papeles. - En este día le vas a enseñar todas nuestras instalaciones, nuestras normas, que somos, y vuestro grupo, el cual le va acoger de buenas maneras por órdenes mías, si no fuera así se las vería con el consejo mayor. ¿ Lo ha entendido todo señor Walter ?
- Sí, Líder mayor. - Le responde Walter.
- Ahora podéis marcharos. Hasta mañana.
- Hasta mañana. - Digo en casi un susurro.