prólogo

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Megan Link, 2005.

3 cosas por las que odio al fastidioso de Tom Kaulitz.

Uno: Se atasca medio perfume.

Dos: Inmaduro.

Tres: Es un insensible que no piensa en los demás.

Pero Megan... ¿Por qué dices eso?

¡Porque me dejó en ridículo!

Demos un flashback...

FLASHBACK (recuerdos de Megan)

Estaba tranquila en mi asiento, el maestro se había ido del aula por unos papeles, al ser yo la presidenta de la clase me encargó que cuidara a qué todos estuvieran en sus lugares.

ERROR... ¡No tengo el control de eso!

– ¡Irene, bajate de ahí! – grité por séptima vez. Rascaba mi cabello por tanto estrés.

Sin darme cuenta, mi increíble fleco se despeinó todo, bueno, en realidad no solo el fleco... ¡Todo mi cabello!

– ¡Kai, deja de gritar! Por el amor de Dios...– me senté en el suelo viendo todo el caos que hacía en el aula.

– "Por Dios, cuando entre el profesor William seguro se decepciona..." – pensé con miedo.

– ¡Miren a Megan! – gritó esa voz particular.

El salón quedó en ruido blanco mientras sentía todas las miradas en mí.

En segundos todos se empezaron a reír, rayos, ¿De que se ríen? ¡Pues de mi!

Me levanté del suelo, todos desaparecieron de mi vista... Menos Tom Kaulitz.

Caminaba lentamente hacía el mientras el idiota seguía riendo.

Estúpido Kaulitz, lo voy a MATAR.

Me quedé delante de su banco, dejó de reír y me miró de arriba a abajo. ¡¿Quién rayos se cree?!

– ¿Pasó algo? – siguió burlándose con sus amigos.

Acercó lentamente su mano hacia mi cabello.

– "Si toca mi cabello lo voy a matar" – pensé sacando humo de la nariz.

Y lo hizo... Tocó mi cabello

Agarré a Tom Kaulitz por sus estúpidas rastas y las jalé hacia atrás mientras pateaba sus piernas.

– Agh... ¡Ayuda! – el tipo gritaba adolorido al ver cómo no lo soltaba.

– ¡No agarres mi cabello! – me a balance a el, rasguñaba su cuero cabelludo y mejillas. Uy, esas marcas le van a durar unas semanas...

– ¡Megan, detente por favor! – gritó Sooya jalando mi espalda.

Tom gritaba en el suelo adolorido.

– ¡¿Que demonios te pasa, Megan?! – me gritó Gustav mientras intentaba levantar a Tom.

Reía al verlo de esa forma, débil, sin poder. ¡Nadie nunca más se burlaría de Megan Link!

– ¡¿Que está pasando aquí?! – Oh no...

Volteé rápidamente, era el profesor William.

Se acercó corriendo hacía Tom, ayudándolo un poco.

– ¡Megan! – volteó enojado. – ¡¿Que estás haciendo?! ¡Te pedí una cosa!– gritó en un molesto y decepcionado.

Miré al suelo apenada, rayos, todos nos estaban viendo.

– ¡¿Qué vas a decir en tu defensa?! – gritó, mis tímpanos lloraban sangre.

Me quedé en silencio mirando al suelo, Tom dejó de quejarse y ahora me miraba... ¿Arrepentido?

– Yo... – susurré.

– ¡¿Tu qué?! – volvió a gritar William.

Mordí mis labios enojada. – ¡El me provocó! – grité.

William alzó las cejas y sonrió. – ¡A la dirección! – gritó por final, agarró mi brazo con fuerza y a Tom con “delicadeza”.

Me las van a pagar TODOS.

(...)

Llegamos a la asquerosa dirección y oh sorpresa, NO ESTABA EL DIRECTOR.

– Bien, voy a ir a buscarlo... ¡Más te vale Megan que no hagas nada! – amenazó William, asentí nerviosa y el caminó lejos.

Silencio, entré Tom y yo había silencio.

Tom carraspeo. – ¿No me vas a pedir perdón? – dijo mirando sus uñas.

Volteé a verlo indignada... ¿Yo? ¿Pedir disculpas a él? ¡Ni loca!

– ¡JAJA! ¿Pedirte disculpas de qué? – miré a la pared blanca que estaba frente a nosotros.

– ¿Cómo que de qué? – me miró molesto mientras señalaba los rasguños rojos en sus mejillas.

– Ah, eso... Te lo merecías. – dije sin más. Tom iba a responder pero rápidamente lo interrumpí. – ¡Ya me la debías desde hace mucho! – grité volteando a verlo. – ¡No dejas de molestarme desde el año pasado! Te tenía ya ganas. – me acomodé en mi asiento haciéndome la desinteresada.

Tom dejó de hablar por unos minutos hasta que suspiro CASI EN MI OREJA.

– ¿Ya me tenías ganas? – sonrió acercándose a mi cara.

Abrí los ojos como platos y patee su estómago – ¡Muérete! –.

Tom abrió los ojos y sacó todo el aire. Rayos, espero nadie haya visto...

– ¡Señorita Link! – la que se va a morir soy yo.

La voz del director hizo presencia en el lugar.

Se acercó corriendo a nosotros, lo miré cara a cara mientras el señor William ayudaba a Tom a sentarse.

– Cuando me dijo el profesor William lo que le hizo al pobrecito Kaulitz... ¡No pensé que era cierto viniendo de usted! Pero ahora que lo veo con mis propios ojos... – dijo decepcionado.

Miré al suelo apenada, no sentía lástima por Tom... ¡Si no porque todos se decepcionaron de mí!

– Usted y yo tenemos una larga charla.– dijo el director refiriéndose a mí. Volteó a mirar a Tom – Señor William, por favor lleve a Kaulitz a la enfermería... – dijo con lástima.

El profesor asintió y con delicadeza se llevó a Tom. Miré como de lejos caminaban... Hasta que Tom volteó.

Me miró serio por unos segundos, hasta que sonrió con burla para después reír y seguir caminando.

¡El tipo hizo todo a propósito y obviamente no se arrepentía de nada!

Respiré con rabia... El director hablaba y hablaba mientras yo intentaba tener paz.

Me las vas a pagar, Tom Kaulitz.

Me las vas a pagar, Tom Kaulitz

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Prólogo oki

El Odioso Tom KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora