•Extra•

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- Recuérdame de nuevo por qué acepté hacer esto —Se encontraba el pelimorado diciéndole a su novio, un tanto dudando y cuestionando la situación—

- Porque luego te dejaré follarme como sea que quieras~ —Canturreó algo burlón el menor. Se acercó más a su rostro para mirarlo con una sonrisa, seductor— Y probablemente hasta el cansancio —Susurró ante su atenta y felina mirada— Seis orgasmos como límite.

- ...Entiendo... Es razonable.

El pelinegro asintió con un sonido de afirmación, acercándose los pocos centímetros que le faltaban para darle un beso, mordiendo el labio inferior de su novio en el proceso. Debía admitir que la idea lo tenía bastante caliente anticipadamente.

- Sube las piernas —Dijo Jisung al separarse del beso. Minho lo miró con ganas de rechistar pero terminó solo haciendo lo que le pidió—

Creía que solo iba a estar atado de manos al respaldo de la cama pero al parecer Jisung tenía otra idea en mente.

Segundos después ya se encontraba con las piernas alzadas y atadas a la cama con unos lindos grilletes afelpados y rosas, junto con una cuerda del mismo color, con sus rodillas a sus costados a la altura del pecho. Sus manos arriba de su cabeza con unas esposas a juego con los grilletes y otra cuerda igual. Y con una almohada debajo de su cadera para mantener su culo alzado a una buena altura para Jisung.

Ah claro, únicamente con una camisa de mangas largas de un tono azul pastel con todos los botones de esta desabrochados, dejando su hermoso cuerpo esculpido por los mismísimos dioses a la vista de su novio.

- ...Me siento expuesto —Dijo un poco avergonzado, solo un poco, con sus mejillas teñidas en un adorable tono rosa—

- Estás expuesto —Afirmó Jisung, sonriendo a la vez que mordía su labio inferior ante la excitante imagen de Minho atado de manos y pies, con el culo totalmente a su merced—

- Oh, gracias amor, no lo había notado —Dijo en tono sarcástico y fingiendo enojo, aunque solo consiguió una risa del pelinegro— Puedes empezar cuando quieras.

- Comenzaré con prepararte primero ¿Bien? —Minho asintió y él se hincó sentado sobre sus rodillas frente a él. Tomando en sus manos el frasco de lubricante vertió una buena cantidad en sus dedos, y en la entrada del pelimorado—

Minho no iba a engañarse, la idea de estar prácticamente inmovilizado esperando por que su novio lo follara lo tenía muy excitado, y sensible ante cualquier toque. Por lo que, cuando Jisung introdujo dos dedos dentro de él y tocó directamente su próstata ahogó un gemido en su garganta, jadeando cuando el pelinegro continuó metiendo y sacando sus dedos de su interior.

Se permitió cerrar los ojos, disfrutando de la placentera sensación, con la respiración levemente irregular. Soltó un pequeño gemido cuando sintió a Jisung acariciar uno de sus pezones con su mano libre.

Frotaba con su palma, pelliscaba y tiraba del pequeño botón con sus dedos mojados en lubricante. Logró sacarle un gemido de satisfacción cuando presionó su pezón a la vez que tocó su punto dulce. Joder, benditas sean las manos de Han Jisung.

- Creo que alguien está sensible ¿Hm? —Preguntó juguetonamente mientras seguía con su labor. Minho solo asintió con la cabeza, aún con los ojos cerrados y la respiración agitada—

Jisung pasó su mano en un recorrido desde el pecho del mayor hasta su vientre, delineando con suavidad y lentitud las líneas de sus abdominales medianamente marcados hasta llegar a su miembro, completamente duro.

Lo acarició delicadamente desde la base hasta la punta, siguiendo cada una de las venas que se marcaban en este.

La cordura del pelimorado estaba cerca de desaparecer entre la paciencia con la que Jisung acariciaba su pene y la rapidez con la que metía y sacaba los dedos de su interior una y otra vez.

¿Cambiamos? | MinSung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora