Deux

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Su corazón latía a mil por hora, creía que se le saldría de su pecho o explotaría en cualquier momento. El aroma a menta, roble y café inundó sus fosas nasales por enésima vez en lo que estaba en se lugar, ¿cómo es que se había armado de valor tan descomunalmente? Miró al hombre frente a él, que solo asintió levemente con la cabeza en un gesto cordial para que pudiera sentarse a su lado, cosa que el omega acató con brevedad acercándose aún más.

—JungKook, ¿cierto?

—Sí, ese soy yo—murmuró apenas audible, mientras se sentaba en frente de TaeHyung—. ¿Cómo va tu visita a nuestra manada?

—Ha sido tranquilo estar aquí, aunque en las pocas veces que vengo sucede lo mismo—levantó ligeramente los hombros restando importancia a su visita en aquel lugar—. No estaba en planes, pero el hijo de YoonGi y JiMin merece la pena venir.

—MinGyu es un bebé precioso—sonrió al recordar al recién nacido—. EunHa le tiene un cariño enorme, además de que todos lo queremos por lo adorable que es cargarlo.

Se quedó en silencio un momento pensando que había hablado demasiado, bajó la mirada hacia el plato que tenía algo de comida que ni siquiera había empezado, sentía caliente la cara debido a la vergüenza. Alzó un poco su mirada, notando como TaeHyung le miraba con atención, algo completamente diferente a las miradas que estaba acostumbrado a recibir de los demás, salvo SeokJin, Jackson, HoSeok y algunos otros de su entorno.

— ¿Por qué no sigues hablando? —Indagó con curiosidad, haciendo que el omega le mirara con curiosidad ya que parecía querer entablar una conversación genuina con él—. Sonabas tan feliz al hablar del hijo de mi hermano.

—Creo que hablé de más, lo siento mucho.

Se quedaron ambos en un silencio extraño, mirándose por un momento a los ojos, perdiéndose en la mirada del otro.

—No creo que fuera mucho—bisbiseo el alfa, para volver su vista a los demás en el lugar, los cuales disimulaban la mirada de curiosidad que lanzaban al intimidante hermano de su líder y al omega excluido, pues era de lo más extraño que podría cualquiera poder imaginar—. Hasta me haces pensar que debí tener hijos desde hace unas lunas atrás, cosa que jamás pasará.

JungKook se sintió identificado, pues sabía que era alguien incompleto, un omega que no merecía la pena por no ser completo. Por lo que jamás tendría oportunidad en su vida de encontrar a alguien, era algo con lo que vivía, pero no podía entender como alguien tan perfecto y gallardo como TaeHyung pensaba de un modo similar sobre el tener o no hijos.

—Creí que... ya sabes... —lamió sus labios, mirando como TaeHyung degustaba la carne marinada con delicia—. Bueno, que alguien que es líder tendría ya pareja, como nuestro líder.

—No he encontrado a nadie que pueda ser mi pareja o siquiera un potencial a serlo—mencionó con tranquilidad, mirando el claro desconcierto e incredulidad del omega, quien trataba de fingir que no le impactaba la noticia—. Es una larga historia, pero no me interesa para nada esas cosas.

—Creo entender perfectamente ese punto de vista.

—JungKook—llamó, haciendo que el menor lo mirara con curiosidad—. ¿Por qué no comes más? La comida es bastante buena, me gusta mucho esta clase de comida.

El menor entonces se dio cuenta de sus ropas y de las de aquel alfa, que Lucía de manera elegante colores neutros que lo hacían destacar sus anchos hombros, JungKook lo sintió, creía que podría volverse loco por aquello, era tan apuesto pero a la vez tan intimidante que podía derretirse fácilmente como lava en el suelo. Entonces recordó las palabras que les dijo minutos antes a los demás, TaeHyung... ¿realmente tenía un corazón dulce?

Inexorable ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora