Prologo

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En Tokio, la familia Itoshi se alzaba como una de las dinastías más destacadas en el mundo de los negocios. Su imperio empresarial abarcaba vastos horizontes, desde las finanzas hasta la tecnología de vanguardia, consolidándolos como una fuerza imparable en la alta sociedad. La fortuna de los Itoshi no solo radicaba en su riqueza material, sino también en su linaje, un legado que generación tras generación había sido sinónimo de éxito y distinción.

La mansión Itoshi se llenaba de lujos y comodidades, pero la carencia de calidez familiar marcaba cada rincón. En este escenario, nació Tn Itoshi, un ser peculiar que desde el principio no recibió la bienvenida de sus padres, ocupados en asuntos más importantes. El cuidado y la crianza quedaron a cargo de los criados, bajo la supervisión de Alfred, el mayordomo principal.

Tn, llevado en brazos por Alfred, fue contemplado con asombro. Sus ojos heterocromos, uno celeste como el cielo de su madre y el otro rojo vivo como el de su padre, lo convertían en un ser peculiar desde su nacimiento.

-acariciando la mejilla de Tn- Eres un pequeño muy peculiar, amo Tn... -Dijo con una pequeña risa el mayordomo-

Los primeros años de Tn transcurrieron lentamente, marcados por la ausencia de sus padres. No presenciaron sus primeros pasos ni sus primeras palabras. Pero un día, cuando Tn tenía solo tres años, sus padres regresaron a casa. Con entusiasmo, Tn corrió hacia ellos, pero en lugar de recibir afecto, encontró el desdén y la indiferencia en la mirada de sus progenitores.

La madre, Koemi Itoshi, se agachó a la altura de Tn, pero en lugar de un saludo cálido, pronunció palabras crueles.

-Tápate uno de tus ojos... eres asqueroso... -dijo fríamente su progenitora mientras cubría el ojo rojo de Tn con su propio cabello-

Estas palabras cortaron el alma de Tn. Sus propios padres lo despreciaron, lo consideraron repulsivo. Aunque su corazón se entristeció, él se contuvo, evitando mostrar su dolor para no causar más disgusto a sus padres.

Así, Tn pasó sus años en soledad, enfrentando la indiferencia y el disgusto de sus progenitores con obediencia. Desarrolló inconscientemente una personalidad seria y madura, adoptando una expresión indiferente como mecanismo de defensa contra la crueldad de quienes deberían haberlo amado.

La educación de Tn transcurrió en casa, supervisada por tutores legales que lo instruían en medio de un ambiente frío y distante.

"Tn, no me molestes."

"Tn, vete."

"Tn, me tienes harta."

"Tn, eres asqueroso."

"Vendrá otra familia a comer, no quiero que salgas de tu cuarto."

"Recuerda taparte ese ojo."

Estas eran las constantes instrucciones y reprimendas que llenaban la infancia de Tn. A pesar de la opulencia que lo rodeaba, la falta de amor y aprecio en su hogar contribuyó a forjar su personalidad silenciosa y reservada.

Sin embargo, cuando Tn alcanzó la edad de 10 años, algo inesperado ocurrió en la mansión Itoshi: la llegada de un hermano menor. La noticia sorprendió a Tn, quien hasta ese momento había sido el único hijo. La noticia de la llegada de un nuevo miembro a la familia creó una mezcla de emociones en Tn; por un lado, la esperanza de tener un compañero en su soledad, pero por otro, la incertidumbre sobre cómo afectaría esto su ya complicada dinámica familiar.

A pesar de la falta de afecto que había experimentado hasta ahora, Tn no podía evitar sentir cierta curiosidad y una chispa de esperanza ante la idea de tener un hermano menor. Este evento inesperado podría cambiar la dinámica de la mansión Itoshi y, tal vez, brindarle a Tn la oportunidad de experimentar el afecto y la conexión que siempre anheló.

El amor es tan cálido... (Tn x na 100-Nin no Kanojo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora