La luz del sol le llego a la cara, este abrió los ojos lentamente, le dolía demasiado la cabeza, conocía ese sentimiento, comenzaba a sentir los efectos de la resaca por haber bebido anoche, se levantó y examinó el lugar, se encontraba en una habitación que nunca había visto en su vida, las paredes eran de un color gris, había un mueble lleno de video juegos con una consola a lado, las persianas eran de un color blanco traslúcido que dejaba entrar la luz del sol, aunque debía de admitir que la cama era suave.
Al voltear a un lado pudo ver un pequeño bulto junto a él, levanto la cobija y se encontró con el chico de la vez pasada, lo que alarmó al ojeroso es que estaba completamente desnudo, bajo la mirada y comprobó que él estaba de la misma manera, a su mente llegaron miles de recuerdos de la noche anterior.
Salió de la cama lo más rápido que pudo y se apresuró a vestirse, por suerte el chico aún no despertaba, debía de tener el sueño profundo, lo cual agradeció, así no tendría que verlo, ya se sentía lo suficientemente incómodo como para hablar con aquel niño, salió rápido del apartamento y se fijó en la hora, faltaban quince minutos para que entrará a trabajar. Llegó a su casa, se puso lo primero que vio y se apresuró a ir al hospital, pero parecía que la suerte no estaba de su lado.
— ¿Law, que haces aquí? — preguntó Marco, uno de sus compañeros.
— Lamento llegar tarde, al parecer no sonó mi alarma — se disculpó.
— Tal vez no sonó porque hoy es tu día libre, ¿no crees?
La mente de Law quedó en blanco, le estaba jodiendo, reviso su teléfono y se fijo en la fecha, era sábado, se maldijo, ¿cómo no se había dado cuenta de que era su día libre?
— Bueno, ahora tiene sentido
— No te preocupes, suele pasar, lo más probable es que estés muy cansado y no te hayas dado cuenta, ve a casa a descansar — dijo Marco dándole una palmada en el hombro.
— Nos vemos
— Hasta luego, Law
Salió del hospital, tal vez Marco tenía razón y necesitaba tomar un descanso, al llegar a casa entró a su habitación y se dejó caer en su cama, le dolía demasiado la cabeza, tomó unas pastillas del cajón y una botella que tenia en la mesita de noche, se acostó y cerró los ojos, gracias a esto los recuerdos de ayer llegaron vividos a él, abrió los ojos asustado, no quería recordar nada de eso, a pesar de ser un adulto, lo que más lamentaba era que lo había echo con un niño, si no fuera porque el pequeño tenía la mayoría de edad, hubiera cometido un delito, lo cual hizo que se sintiera peor, ¿cómo mierda se había dejado guiar por el alcohol? Las pocas veces que había tomado, habia logrado manejar bien cuanta cantidad bebía. Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de su celular, lo desbloqueo y entro a sus mensajes, era uno de sus amigos en el grupo que tenían.
*Sachi*
— Chicos, ¿qué les parece si hoy salimos? —
*10:15 a.m.**Penguin*
— Entro en un rato a trabajar, pero salgo a las seis, ¿no tienen problema con la hora? —
*10:15 a.m.**Bepo*
— Yo estoy libre —
*10:16 a.m.**Sachi*
— No te preocupes Pengüin, las chicas dicen que nos reuniremos a las siete —
*10:16 a.m.*- ¿Es encerio?, no pienso ir, seria un fastidio - pensó Law, puso su teléfono en silencio, lo dejó en la mesita y volvió volvió a cerrar sus ojos, pasaron cinco minutos cuando volvió a tomarlo ya que no podía dormir.

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Un chico peligroso
FanfictionLaw es un médico en un hospital de la cuidad, después de una noche larga de trabajo decide volver a casa, en el camino se encuentra con un chico herido llamado Luffy el cual para sorpresa de Law, es el líder de una mafia, gracias a esto, la vida de...