CAPÍTULO 4

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Habían pasado dos semana desde que Law había aceptado ser amigo de Luffy, durante ese tiempo, el pequeño lo había llevado a varios lugares y habían convivido un poco más, Law se preguntaba si todo eso estaba bien, ya que algunas veces iba a visitarlo al hospital o se saltaba algunas clases sólo para estar con él, no quería que por su culpa a Luffy le dieran de baja en la universidad ya que era una etapa importante en su vida, o almenos eso se suponía.

Esa semana le darían el fin de semana libre y hoy era viernes, lo cual no agrado mucho a Law, días libres significaban (en su mayoría) salidas con Luffy, él no era el tipo de persona que salía de su casa, él  se quedaba a estudiar o a descansar un poco, era todo lo contrario a Luffy, el cual era despreocupado, infantil, no le interesaban mucho sus estudios, juguetón, popular (¡es icreible la cantidad de gente con la que se encuentran en cada salida!) es básicamente el tipo de chico que a todos les atrae, en pocas palabras, el popular.

Al terminar su turno se despidió de sus compañeros y se fue directo a casa, estaba cansado y le pesaban los parados, esa semana había sido muy ocupada, tenían el personal suficiente para dividirse el trabajo de la manera más equitativa posible, pero eso no disminuía la cantidad de pacientes y en especial para él, ya que era uno de los mejores cirujanos del hospital... o puede que incluso del país. Cuando llegó a casa lo recibió su hermana Lami con una sonrisa, había preparado la cena para todos, pero su sonrisa se fue borrando cuando le dijo que se sentía demasiado cansado para comer.

— No está bien que te saltes la comida — dijo Lami crusandose de brazos. — Y tu lo sabes mejor que nadie

— Prometo que mañana comeré algo, pero por favor, déjame descansar por hoy, apenas y puedo mantener mis ojos abiertos — bromeó.

Entró y subió las escaleras hacia su habitación, se quitó los zapatos y se dejó caer en la cama, no pasaron ni cinco minutos y él ya había caído rendido. Se despertó debido a él sonido de la puerta tocando, era muy sensible con respecto al ruido, se quedo en su cama ya que Lami o Corazón responderán a la puerta.......o tal vez no. Se levantó de mala gana y bajo las escaleras hacia la puerta principal, aún seguía medio dormido, parecía que él era el único que escuchaba la puerta ya que Corazón dormía plácidamente frente al televisor encendido junto con Lami recargada en su hombro ¿cómo es que no escuchaban los golpes si literalmente estaban a pocos metros de ellos? Abrió la puerta ¿por qué no le sorprendió? frente a el se encontraba un Luffy demasiado despierto y feliz para su gusto, ¿acaso aquel chico no dormía?

— ¡Hola! — Luffy sonrió alegrmente.

— ¿Tienes idea de que hora es? — preguntó Law bostezando. — ¿Qué quieres Mugiwara-ya?

— Quiero invitarte a una feria — dijo extendiendole un panfleto el cual anunciaba una feria que duraría sábado y domingo.

— ¿No podías esperar a mañana para decirme?

— Pero ya es de mañana, son las cuatro de la madrugada

Law se contuvo para no soltarle un golpe a Luffy, se limitó a mirarlo mal, lo cual hacia casi siempre, pero parecía que el monito parecía más divertido gracias a esto.

— Si eso era todo, puedes irte

— ¿No me puedo quedar un poco? ya sabes, es de noche y..

— Estarás bien por tu cuenta, ¿acaso olvidas que eres un gangster?

— Pero aun soy un niño

— Tienes diecinueve, eres lo suficientemente adulto, además, siempre dices que no eres un niño, ¿a donde se fue ese deseo de querer ser visto como un adulto?

Un chico peligroso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora