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Hace mucho frío, como suele ocurrir en diciembre, pero este era un tipo de frío diferente. Estar de pie en el porcho de tu exmarido, con cuatro copas de vino llenas, hace frío. Has estado afuera durante casi cinco minutos, pero sabes que él está en casa.
"satoru..." la puerta se abre con un chirrido y aparece un gojo muy borracho parado al otro lado. él se apresura a detenerte sin decir una palabra más porque, "Hace mucho frío, ¿por qué estás aquí tan tarde?"
Al cerrar la puerta detrás de ti, hace una mueca y se frota los ojos tratando de recordar qué día de la semana es. "¿Es mi fin de semana para tenerla?"
Siendo ella tu hija, el amado ángel de satoru, la única otra chica que él ha amado además de ti. Amado, pasado.
Él jura que todavía está enamorado de ti pero nunca lo creíste. Odiabas a Gojo Satoru, pero eso es justo lo que querías que pensaras. Ha estado tratando de derribar este muro de resentimiento durante meses; después de todo, ha pasado casi un año desde que ustedes dos se separaron.
"Ella está en la casa de tu madre, la dejé anoche."
Gojo podía respirar tranquilo sabiendo que su hija no está aquí, no la quería así; borracho, eso es. Lo viste mientras desaparecía en la cocina, quitándote el abrigo y los zapatos, dejándolos en lugares familiares.
No sabes por qué estás aquí, de vuelta en esta casa, con él. es casi como si estuvieras en piloto automático dirigiéndote a un lugar común sin intención, simplemente... allí.
Regresa con una botella en una mano y dos vasos de cristal en la otra, con la mirada perdida antes de volver a preguntar: "¿Por qué estás aquí?"
El silencio fue lo suficientemente fuerte, en realidad fue lo máximo que ustedes dos hablaron en el último año.
¡🕸!
"¿Me extrañas?" sonriendo con la inclinación de su cabeza, la apoya en la palma de su mano, sus ojos parpadean entre usted y la toma completa frente a usted. Ustedes dos jugando una variación de la verdad o la bebida.
"satoru... no me hagas esto."
"Lo sé, pero si tu ego es demasiado grande para admitirlo, entonces acéptalo". Unos dedos delgados deslizan el vaso en tu dirección, puedes ver tu reflejo en el líquido y, Dios, pareces culpable.
Hablando de miradas, si pudieran matarte serías una mujer muerta. la forma en que te mira al otro lado de la mesa te recuerda todas las razones por las que anhelas gojo satoru.
Disparaste, rápido también. ardía al caer casi prendiendo fuego a tu cuerpo de forma autosaboteadora. encontró placer en verte sin admitir el hecho flagrante.
"Lo niegas pero es verdad", poniéndose de pie, bebe el contenido de su vaso a mitad de la frase, dejándolos a ambos incluso en estado de embriaguez.
El "tintineo" de él colocando su vaso junto al tuyo resuena cuando ahora pasa de estar sentado frente a ti a pararse frente a ti.
