1. El comienzo

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Chiara se despertó con el sonido de su teléfono. Eran las siete y media de la mañana, y tenía un mensaje de su novia, Alicia, que le decía que la quería mucho, y que le deseaba un buen día. Chiara le respondió con un emoticono de corazón, y se levantó de la cama. Se estiró, y se dirigió al baño. Se duchó, se maquilló, y se peinó el pelo. Se puso una camiseta rosa, unos pantalones cortos azules, y unas zapatillas de deporte. Se miró al espejo, y se guiñó un ojo. Estaba lista para empezar su día.

Salió de su piso, que compartía con otras dos chicas, y cogió el metro. Llevaba una mochila con sus cosas, y unos auriculares con los que escuchaba música. Violeta adoraba la música, y la consideraba su mejor compañera. Le gustaba escuchar canciones que le transmitieran emociones, y que le inspiraran a bailar. Violeta bailaba desde que tenía cinco años, y era su pasión. Su sueño era convertirse en una bailarina profesional, y actuar en los mejores escenarios del mundo.

Llegó a la academia de baile, y se quedó impresionada. Era un edificio moderno y elegante, con un cartel que decía: "Academia de Baile Noemí Galera", ver el nombre de la que consideraba su segunda madre en el cartel le dio la confianza que necesitaba. Chiara entró, y se dirigió a la recepción. Allí la recibió una mujer sonriente, de pelo negro corto, gafas y mirada cálida, que le dio la bienvenida.

- Hola, ¿eres Chiara? - le preguntó la mujer con un más que marcado acento andaluz.

- Sí, soy yo - respondió Chiara.

- Encantada de conocerte, soy Mamen, la vicedirectora de la academia. Te estaba esperando. Ven, te voy a enseñar las instalaciones. - dijo la mujer con efusividad.

Mamen le hizo un gesto para que la siguiera, y Chiara la acompañó. Mamen le mostró las diferentes salas de baile, los vestuarios, la cafetería, la biblioteca, y el teatro. Chiara se quedó maravillada con todo lo que veía. Era como un sueño hecho realidad.

- Aquí tenemos a los mejores profesores y alumnos de baile de toda España - le dijo Mamen. - Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo, y de nuestra reputación. Por eso, solo aceptamos a los mejores profesores y alumnos. Y tú eres una de ellos, Chiara. Has conseguido una beca para estudiar baile contemporáneo con nosotros y un puesto impartir clases a nuestros chicos, y eso es un gran logro. Te felicito.

- Muchas gracias, Mamen- dijo Chiara, agradecida. - Es un honor para mí estar aquí. Espero estar a la altura de sus expectativas.

- No lo dudes, Chiara. Tienes mucho talento, y mucha ilusión. Estoy segura de que vas a triunfar. Pero también tienes que trabajar duro, y ser disciplinada. El baile es una profesión exigente, y requiere mucho esfuerzo y dedicación. ¿Estás preparada para ello?

- Sí, lo estoy - dijo Chiara, con determinación. - El baile es mi vida, y estoy dispuesta a darlo todo por él.

- Me alegro de oír eso, Chiara. Entonces, te voy a dar tu horario, y tu sala de baile. Tendrás clases de lunes a viernes, de nueve a dos, y de cuatro a ocho. Tu sala de baile es la número cinco, y es solo para ti. Allí podrás ensayar y crear tus propias coreografías. Te recomiendo que aproveches al máximo el tiempo, y que no te distraigas con nada. Recuerda que estás aquí para aprender y mejorar, no para hacer amigos.

- Lo tendré en cuenta, Mamen- dijo Chiara, asintiendo.

- Muy bien, Chiara. Pues ya está todo. Te dejo que te instales en la sala que quieras, y que te aclimates a la academia. Si necesitas algo, puedes llamarme o venir a verme. Estoy a tu disposición. Que tengas un buen día, Chiara.

- Igualmente, Mamen. Muchas gracias por todo.

Mamen le sonrió, y se despidió de Chiara, que cogió su horario, eligió una sala de baile, y se dirigió a ella. Estaba emocionada y nerviosa por su primer día en la academia de baile. No sabía lo que le esperaba, ni lo que iba a pasar. Solo sabía que quería bailar, y que nada ni nadie se lo iba a impedir.


Should we kiss? // KIVI fanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora