El clima era frío y la nieve caía, adornando las calles. Podemos ver a una chica gris en su habitación, sentada en su cama. Acababa de despertar y sus ojos sin brillo denotaban tristeza. ¿Por qué? Pues... hoy es 24 de diciembre, o sea, Nochebuena, el día en que todas las personas se reúnen con su familia para festejar la Navidad al día siguiente... Todos menos ella. Sus padres, desde hace varios años, no están en el país, ni siquiera para las fiestas decembrinas, y ni qué decir en su cumpleaños. ¿Qué están haciendo? La respuesta es trabajando. La última vez que pasó una Navidad con sus padres fue cuando tenía 8 años, y eso la entristecía más que nada en el mundo.
Reiko: Otra vez este maldito día. Exhala y se levanta de su cama. Después de levantarse, camina al baño para lavarse la cara y luego cambiarse y bajar a desayunar. Al bajar y entrar al comedor, ve que la mayoría de sus compañeros ya están ahí, incluyendo a sus amigas.
Kendo: Hola, Reiko. Feliz Nochebuena y sobre todo, feliz Navidad. -dice con una gran sonrisa.
Reiko: Como sea. -dice mientras toma asiento, algo irritada.
Yui: ¿Qué te ocurre hoy? Te he visto molesta, pero esta vez es algo diferente. -dice estoica como siempre.
Reiko: Lo siento, en estos días tiendo a estar más irritable por lo de mis padres. -dice cabizbaja.
Kendo: Si quieres hablar de ello, Yui y yo no tenemos ningún problema en escucharte.
Yui: -hace un movimiento con la cabeza en señal de estar de acuerdo con la peli naranja.
Reiko: Estoy bien así, pero gracias. -un poco más tranquila debido a que sus amigas siempre la apoyan cuando tiene un problema.
El desayuno estaba transcurriendo con normalidad hasta que alguien preguntó algo.
Setsuna: ¿Ustedes qué harán mañana?
Tetsutetsu: Yo estaré en una comida familiar. Es grandioso porque todos nos reunimos en un solo lugar y la pasamos juntos.
Uno a uno fueron diciendo cómo pasarían el día con su familia, y el escucharlos solo hizo que Reiko se deprimiera y decidiera irse a su habitación.
Reiko: Voy a mi habitación. Necesito estar a solas. -les dijo a sus amigas con un tono de voz bastante triste.
Kendo: Está bien, si necesitas algo, avísanos. -preocupada por su amiga.
Yui: Siempre vamos a estar cuando lo necesites. -dice de la misma forma que la peli naranja.
Reiko: Gracias. -para después irse.
La chica gris, al entrar a su habitación y cerrar la puerta, se recargó en ella y se empezó a deslizar hasta llegar al suelo. El único pensamiento que pasaba por su mente era el querer desaparecer para evitar pasar por este tipo de situaciones, hasta que ese pensamiento desapareció cuando su celular comenzó a vibrar dentro del bolsillo de su sudadera. Revisó la pantalla del celular y vio que era una llamada de su mamá, por lo que inmediatamente contestó la llamada.
Reiko: Hola.
Mamá: Hola, hija. ¿Cómo estás?
Reiko: Estoy bien, ¿Cómo están tú y papá?
Mamá: Estamos bien. Tu papá y yo queríamos disculparnos contigo, ya que no vamos a poder estar contigo en Navidad. Pero teníamos que cerrar un trato con un inversionista. Este es un gran paso para nosotros.
Reiko: Está bien, me alegro por ustedes. -su voz se empezaba a quebrar- Me tengo que ir, adiós. Los amo.
Mamá: Y nosotros a ti, querida. Adiós. -cuelga la llamada.
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Un Amor Fantasmagorico
FanfictionNo me jodas después de tanto tiempo sigo sin saber que poner de descripción