⠀ ⠀⠀ 𝘪 𝐂𝐀𝐔𝐓𝐈𝐕𝐎

𝘪 𝗧ＷＯ⠀𝟢𝟤⠀⠀፡⠀⠀

Part: 02

No tenía idea de cuánto había pasado, podrían haber sido cinco minutos de placer tan intenso que se sintió como horas, pero estaba llegando a su límite, su interior ardía y su pene estaba a punto de estallar, y bastaron un par de embestidas más para que la intensa ola de placer de un orgasmo lo recorriera y, entre gemidos con la cara patéticamente llorosa dejaba salir su semen directo en la pared. Fuertes espasmos invadían su cuerpo y suspiros mezclados con gemidos cansados salían de su garganta. Se había corrido y Geto no paraba de cogerlo, definitivamente no tenía la intención de darle siquiera unos segundos para poder recuperarse, continuaba penetrándolo con dureza, disfrutando de la manera en que su interior se estrechaba alrededor de su polla sin querer dejarla ir, jadeando y gimiendo ronco, sabiendo que no iba a durar mucho más aunque sí lo suficiente para que el sobre estimulado Gojo tuviera otra erección.

Pegó sus caderas a las de Suguru con desesperación en cuanto sintió su polla crecer en su culo a punto de eyacular, recibiendo su descarga con un gemido cargado de placer. Se quedaban así unos segundos hasta que Geto terminaba de disfrutar su orgasmo para posteriormente salir de su interior haciéndolo sentir decepcionantemente vacío.

—Estás hecho un desastre—señaló con malicia mientras observaba su semen salir del agujero de Satoru—, pero aún no hemos acabado.

Gojo no estaba seguro de si fue Geto el que lo hizo arrodillarse cuando le puso la mano en el hombro o si sus piernas cedieron solas luego de aquel demoledor orgasmo, pero no tenía tiempo para preocuparse por eso cuando aún seguía caliente y tenía a centímetros de su rostro la polla medio dura que acababa de cogerlo.

—Deja de mirarme así y usa tu boca para limpiarme—ordenó mientras lo agarraba del pelo para acercarlo—, no puedo creer que una puta como tú tenga que esperar a que se lo digan.

—Lo siento—se disculpó en un susurro que sólo él mismo escuchó, sintiéndose casi humillado con la sumisión y lujuria en su voz.

Se apresuraba a tomar entre sus manos la polla de Geto para comenzar a lamer el glande cubierto de semen, deslizando su lengua por todo el tronco, llegando hasta la base para asegurarse de no dejar ni un centímetro sin recorrer. Cerraba sus ojos y dejándose llevar la metía en su boca para comenzar a moverse adelante y hacia atrás, disfrutando del intenso sabor y la sensación del pene creciendo cada vez más hasta hacer doler su mandíbula. Nuevos gemidos salían de su garganta y la expresión de goce total que tenía se transformó en una de decepción en cuanto Suguru lo agarraba del cabello para jalarlo con fuerza, evidentemente más afectado porque le sacó el pene de la boca que por el dolor.

—Te dije que me limpiaras, no que me la pusieras dura de nuevo. Si tanto quieres que te coja entonces debes pedirlo—dijo con una lujuria sádica en los ojos, soltándole el pelo de manera brusca haciéndolo mirar hacia abajo—. Ahora suplica.