I

286 22 2
                                    

yunho.

mingi apretó mi mano con fuerza y lo miré, sus ojos brillaban ante la luz de las estrellas y la luna, se veía maravilloso, su piel se notaba más suave y sus labios apetecibles de besos. lo amaba tanto que el pecho dolía, unas lágrimas se deslizaron por mis mejillas y realmente no supe por qué lloraba, tal vez por su belleza o tal vez al darme cuenta que jamás iba amar a otra persona tanto como a él. dejé de mirarlo para quitar las lágrimas rápidas y suspiré, era tiempo, tenía que decirle, no podía seguir ocultándole más engaño porque no lo merecía, debía ser responsable de esos actos, de cada error que cometí sin importar que hubiera estado borracho, sin importar si fue con una o muchas personas, había engañado al ser humano más hermoso del mundo.

—minky.— le dije con suavidad.

—¿qué sucede, cariño?.— preguntó sin dejar de apreciar el cielo.

—te engañé con wooyoung, en aquella fiesta de cumpleaños de san a la cual asistí.— respondí mirándolo.

él comenzó a bajar la mirada y lucía confundido, ladeo la cabeza y frunció el ceño pero rió.

—va, que cosas dices, yunnie, es malo mentir.— susurró mirándome, sentí que me exigía negarle aquello mencionado.

—no, mingi, no es mentira, estaba algo borracho y wooyoung, demonios, él se acercó a mí para hablar pero también lo estaba, bailamos y de un momento a otro ambos estábamos en la habitación desnudos.— iba a continuar pero él colocó su mano libre en mi pecho deteniéndome.

y soltó mi mano, aquél firme agarré que me dió mirando la luna se desvaneció.

—oh, por favor, no sigas.— me suplicó sin mirarme, soltó un suave sollozo y mordió su labio inferior, las lágrimas caían por sus mejillas y yo también lloré frente a él, como el inmaduro que era.— y-yo, confié tanto en ti, planeé tantas cosas a tu lado, yunho.— susurró y golpeó mi pecho, pero no lo detuve, es más tuve que agarrarlo por la cintura para que no cayera al suelo.— ¡no! ¡no me toques de nuevo!.— gritó y pude sentir el asco que de sus palabras brotaban.— y ¿ahora qué hago con éste amor que te tengo?.— continuó llorando y se abrazó a sí mismo, mingi se veía herido e indefenso, jamás pensé verlo de esa manera y además siendo culpa mía.— te odio, espero nunca más verte en mi vida.— sentenció con el rostro rojizo por el llanto y no lo sé, tal vez la rabia.

—mingi, mi amor, por favor al menos déjame llevarte a tu casa, es demasiado tarde, no podría dejarte solo a éstas horas. — murmure rápidamente intentando acercarme a él pero de nuevo me empujó.

—¿te preocupaste de mi cuando te acostaste con wooyoung?.— esa pregunta y el rechazo había dolido tanto que las lágrimas caían por mis mejillas sin piedad alguna.—puedo irme a casa solo, jeong.— se giró y comenzó a caminar perdiéndose entre las oscuras y frías calles.

me senté en una de las bancas del parque y saqué mi teléfono para enviarle un mensaje a hongjoong con un simple "llama a mingi ahora, te necesita", no quise responder las preguntas que enviaba, sólo apagué el celular y lo guardé, fue inevitable dar un suspiro y largarme a llorar, había arruinado una relación de dos años y medio, una familia que iba para grande.

no sabía cómo empezaría de nuevo porque mi vida era mingi, dormir y despertar por las mañanas abrazándolo, era una sensación inexplicable que iba aún más allá de la felicidad y amor, amaba tanto al menor que si me pidiera matar lo haría sin siquiera pensarlo dos veces, pero no fue lo que pidió realmente lo hubiera preferido más que irme. y es que ¿para qué quedarme también?, estaba seguro que mis mejores amigos no me hablarían por un buen de tiempo y tendría que recibir una paliza por parte de hongjoong.

el perdedor » minjoong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora