II

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mingi.

el cuerpo me temblaba, mis manos comenzaron a sudar y mordí mi labio inferior produciendo sangrado, quería llorar y correr lejos de aquél lugar, la sensación de angustia y ansiedad en mi pecho era terrible, mis ojos se llenaron de lágrimas bloqueándome de forma parcial la vista, tenía un nudo en la garganta que parecía que ni con gritos se iba a deshacer, la respiración irregular que tenía alertó a jisung que tomó mi mano con delicadeza y preguntó qué sucedía, pero me negué y realmente no pude responder, las palabras no me salían y mis músculos estaban demasiado tensos, habían pasado dos años y provocaba la misma sensación de pánico como cuando yunho me confesó que se acostó con él, lo odiaba tanto que le pecho me dolía pero pude girarme para ver a mi empleado preocupado.

—necesito aire.— logré susurrarle de forma tan alta como pude.

solté su mano con delicadeza y fui a la parte de atrás, las lágrimas caían por mis mejillas exageradamente y tuve que colocar mi mano sobre mi boca para ahogar los sollozos que daba, tenía que llamar a hongjoong, me apresure para llegar al baño y encerrarme, las manos me temblaban aún y el llanto no lograba cesar. deslice los dedos por la pantalla para poder enviarle un simple mensaje "wooyoung, él está en la cafetería, por favor ven".

guardé mi teléfono y lave mi rostro intentando relajarme, sólo que era imposible, demonios, había dejado a jisung solo atendiendo cuando la fila estaba casi a la salida pero no quería salir, ¿qué iba a decirle?, necesitaba tantas explicaciones de wooyoung que no podía con todas un solo día, me apoyé en la pared quitando las lágrimas que aún adornaban mis sonrojadas mejillas, sin embargo tocaron la puerta, la dulce voz de soul se escuchó.

— mini, está bien si no sales, me quedaré con jisung atendiendo, pero por favor, abre la puerta para que podamos ver si necesitas algo.— murmuró con calma esperando una respuesta positiva.

hace un tiempo había comenzado a trabajar en aquella cafetería cercana a casa, necesitaba el dinero y una distracción. luego de la ruptura con yunho, mi mundo se había venido abajo, mi corazón estaba destruido al igual que cuerpo debido a que muchas veces había recurrido a las autolesiones para compensar el dolor emocional y enfocarme en el físico, por más que el alrededor, amigos y conocidos me dieran apoyo a veces no era suficiente en lo absoluto, por más que intentaba fue complejo, sentía que no podría aguantar mucho tiempo.

debía admitir que el principal apoyo y pilar era hong, quién era verdaderamente todo lo que me calmaba y de una u otra forma me hacía feliz. no sabía en qué punto había comenzado a depender de él, de que habíamos asignado días de cine, bob esponja, tomar helado o comer gimbap. incluso realizaba actividades que con yunho siempre quise y él nunca me permitió, tantas que era complejo enumerar. todo mi progreso se lo debía al mayor, cada una de mis mejorías se las agradecía a él por eso, detestaba tener que llamarlo en ciertas ocasiones por crisis duras que tenía.

sabía que la depresión demoraría en irse, quizá incluso el manchón negro siempre quedaría en mi corazón, pero era lo mínimo con el intenso color que hongjoong me brindaba.

no sabía si estaba enamorado, en lo absoluto, temía estar enamorado porque aún no sanaba por completo y él se merecía todo lo bueno de éste mundo.

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hongjoong tomó su teléfono con pereza, harto de tener que leer casos de clientes a los que debía defender, no podía quejarse, era lo que había decidido estudiar mucho tiempo atrás, se recargo en la silla y leyó, cortándose su respiración.

se levantó de un movimiento brusco, tomando su billetera y las llaves del auto, el corazón le golpeaba rápido e intenso, sintiendo miedo y preocupación por el menor, ¿qué mierda hacía wooyoung ahí si lo había amenazado que ni siquiera asomara la nariz?, quizá no era buena idea que un abogado con tal prestigio amenazara a un ciudadano común, pero era mingi, su bebé.

el perdedor » minjoong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora