Megumi Fushiguro.

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Capitulo 4:

Ese día fue una bola de emociones completa. Megumi no se alejó de Satoru en ningún momento, siquiera se atrevió a dejarlo comer en paz. Estaba unido a su cuello tomando su olor como si se le fuera a perder.

Satoru tampoco deseaba ver o hacer otra cosa que besar y abrazar a su pequeño, su corazón estaba estrujado, y Geto solo podía ver aquello con curiosidad.

No es que le importe en realidad.

Solo es un acto de condescendencia. De padre a padre. Claro.

—Muchas gracias, no se qué habría hecho si no lo encontraba.

El Alfa peli-negro no dijo nada de forma inmediata, se quedó mirando el extraño brillo en sus ojos mientras cierto azabache dormía con las manitas alzadas hacia el Omega.

—No fue nada. Si mis hijas estuvieran igual. Me hubiese puesto mucho peor.

—En verdad. Gracias. Pero...te ves terrible.

Aquello no era una mentira. Su cuerpo pedía ayuda. Parecía que un camión le había pasado por encima demasíadas veces. Aquella necesidad de huir para algún lugar y desahogarse de alguna forma era molesto.

Sin embargo no podía darse ningún tipo de lujos, Toji había desaparecido sin motivo más que su propio existir. Y el hecho de que hubiese desaparecido de la noche a la mañana sin buscar a Megumi directamente le dejaba un mal sabor de lengua.

Era molesto el sentimiento de propiedad que tenía hacia Satoru. Y su frustración desde el celo iba aumentando conforme las horas. El olor del susodicho en sus almohadas y ropa solo movía aún más sus terminaciones nerviosas.

—He tenido celos peores. Ustedes necesitan descansar, iré a llevar a las niñas a una pijamadas con su amiga la mala influencia. No tardó nada.

Una mano toco su muñeca. Se volteó con cuidado para mirar los ojos azules mirarlo con una mezcla de emociones que no pudo leer. Siempre había sido bueno leyendo a las personas. Como actuaban y el porque. Que querían de el. Sin embargo le era imposible encontrar algo de maldad en el pequeño albino.

No podía tener nada malo.

Era pequeña, su mirada era dulce y sincera. Y la vez tan rota y necesitada. No puede notar con facilidad que quieres decirle esos ojos tan bonitos. Como si le pidiera ayuda y le dijera que lo ama.

El y su corazón están confundidisimos.

Y no saben cómo reaccionar ante la sensación de tranquilidad que este presentaban.

Era...tan extraño que daba miedo.

Pero. Le gustaba. De alguna forma.

—Siento que es mi culpa. Mi presencia ha estado perturbando todo su hogar. Si usted quiere puedo irme a...no lo se. Algún lado, puedo dormir en el sótano denuevo si quiere.

—De ninguna manera.

Geto no supo en que momento salieron esas palabras, fue como un impulso inconciente. Los ojos del contrario cambiaron a confusion mientras retiraba la mano de su muñeca.

Japan Mafia [Satosugu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora