𓂀 𝕆ℕ𝔼 𝕊ℍ𝕆𝕋𝕊 𓂀

𝙾𝙽𝙴 𝙷𝙴𝙰𝚁𝚃, 𝙾𝙽𝙴 𝙼𝙸𝙽𝙳, 𝚃𝚆𝙾 𝚂𝙾𝚄𝙻𝚂

Si años atrás me hubieran dicho que la soledad sería el problema más grande, no hubiera creído ni una sola silaba. Hoy sé que esa fue la batalla que me hizo caer en oscuridad.

En Londres las calles se desalojaron poco a poco, las farolas se aprecian entre tanta oscuridad y las tiendas cierran sus puertas al público. La ciudad seguía despierta a pesar de la hora y el Big Ben se diferenciaba entre todos los edificios; mi cabello se movía con el viento mientras mis pulmones inhalaban el aire y lo expulsaban en un suspiro.

— ¿vas a entrar o esperarás a que te dé un resfriado? —

Su voz me saca de mis pensamientos, mi mejor amiga siempre me acompaña desde que vivimos nuestra peor experiencia en la vida y gracias a ella salí del abismo en él que me hundía.

— Dios Lili, casi me da un infarto. Solo estaba recordando —

— Sabes que debes dejar el pasado en donde pertenece Cissy—

Inglaterra 2013, Londres

Las clases son eternas, últimamente siento que mi día es infinito, no existe principio ni fin, solo un reloj que suelta un grano de arena cada hora. Miro por la ventana esperando encontrar una luz en la oscuridad; las calles de Londres están cubiertas por una ligera capa de nieve que se hace más gruesa con la caída de los copos.

— Señorita Addams, le sugiero que preste atención a la clase si quiere aprobar la materia —

— Si profesor, lo lamento —

La última clase siempre es la peor, no tengo nada en contra del maestro Webber, pero de verdad necesito que por un día me deje respirar tranquila. Estudiar Medicina lejos de casa no siempre tiene sus ventajas, y aunque muchos digan que soy afortunada por haber tenido la oportunidad de salir fuera del país, esto es cansado psicológica y físicamente para mí.

Afortunadamente la clase finalizó y ya puedo irme a casa. He estado algo preocupada, mis padres no se han comunicado conmigo y la última vez que lo hicieron fue hace casi tres semanas, quizás estoy exagerando la situación y solamente no me han hablado porque están muy ocupados, si, debe ser eso. A quien engaño, la preocupación es como una daga que no corta, pero te hace sangrar.

Los días pasaban y aunque intentaba distraerme para no cavilar en mis padres, los malos pensamientos volvían cada segundo, no he podido concentrarme en mis clases y mi tiempo libre lo utilizo pensando en ¿dónde están mis padres? y ¿por qué no sé comunican conmigo?, no comprendo lo que sucede, solo sé que me asusta.

Ayer recibí una llamada que confirmó la razón de la falta de comunicación de mis padres, ellos han muerto, sigo sin creer esas palabras. Ellos estaban bien, ¿Por qué tenía que pasar esto? ¿A caso me lo merecía? ¿será que es así como me paga la vida por dejarlos en México mientras estudio aquí en Londres?, muchas preguntas que no tienen respuesta y miles de lágrimas que forman una cascada por mis mejillas. No puedo comprender ¿qué fue lo que hice para merecer esto?

La presión que se siente en mi pecho solo hace que quiera comerme las uñas. Las bolsas que comienzan a notarse en mí rostro son la prueba viviente que indica mi situación. Mis padres se habían ido y debía de aceptarlo, aunque duela peor que un crucio desde la varita de Bellatrix Lestrange.

Dicen que la muerte no es una solución a los problemas, pero ¿es eso cierto?, mis días ya no son brillantes, son oscuros y sin una salida aparente. Todos sonríen a mi alrededor como si sus vidas fueran perfectas, tal vez lo son, son mejores que la mía.

¿Qué sentido tiene vivir?, ¿mi vida no fue lo suficientemente valiosa para que la muerte me llevara a mí también?, ¿Por qué respirar ahora cuesta tanto?, la soledad es la única compañía que tengo en estos momentos y es una tortura, me tortura psicológicamente, quiero volver a vivir, pero ¿Cómo vivir cuando ya no hay nada por lo que luchar?