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⎯  No quiero irme, Coryo, no quiero dejarte

Dos años antes de los décimos juegos del hambre, un aún más joven Snow lo tenía todo

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Dos años antes de los décimos juegos del hambre, un aún más joven Snow lo tenía todo. No eran joyas ni mucho menos dinero, la tenía a ella y ella lo tenía a él. Ambos compartían la misma desdicha de ser huérfanos; sin embargo, la joven, para bien o para mal, aún tenía a su padre en vida. El señor Stumber era codicioso y su más grande deseo siempre fue que sus descendientes siguieran sus pasos. Pese a lo anteriormente mencionado, Stumber gozaba de una fortuna gracias a estafas planificadas a la perfección. Con todo ese dinero podría haber huido fuera de Panem y construir una nueva vida con sus dos hijos, dejando atrás el amargo recuerdo de que tuvo que hacer para conseguir todo lo que tenía. Pero su avaricia no alcanzaba límites y traía una última estafa en mente, la más grande de todas.
Es bien sabido que los Plinth hicieron su fortuna durante la guerra fabricando armas, y tal vez se habrían mantenido así, de no ser que eligieron como aliado a Henry Stumber, quien falsificó firmas para llevarse un gran porcentaje de las ganancias.

⎯  Usted es un traidor, Henry. Pero me va a conocer, sí que lo hará. Lo demandaré y me encargaré yo mismo de que no vea ni un centavo. Sus hijos pagarán el precio más alto por su culpa ⎯  Strabo Plinth cerró la puerta de un solo golpe, dejando al hombre con un mal sabor de boca.

Escaleras arriba, tres jóvenes habían oído toda la conversación de inicio a fin.

⎯  En serio lo siento, Sejanus ⎯  la más joven de todos, que estaba recostada en el regazo del otro muchacho, comenzó a llorar

⎯  No es tu culpa, Cat, nadie elige a sus padres ⎯  el rubio acariciaba los dorados cabellos de su novia tratando de calmarla

⎯  Tienes razón, Coryo, nadie elige a sus padres. Pero después de todo son nuestros padres, y yo siempre me pondré de su lado ⎯  dicho esto, Sejanus caminó hasta la ventana de una de las habitaciones y bajó por una escalera improvisada que hicieron los jóvenes anteriormente para subir a ver a su amiga

Catherine conoció a Coriolanus gracias a la familia Plinth. Debido a que Coryo, como sus amigos lo llamaban, era muy cercano a la familia de Sejanus y el señor Stumber trabajaba con ellos.
Con el tiempo ambos se enamoraron mutuamente. No eran muy parecidos, si me permiten decirlo. Mientras que Cat representaba la inocencia (o quizá eso quería aparentar), Coriolanus era la lujuria en persona.

Días más tarde, Strabo cumplió lo que dijo: Los tres miembros de la familia Stumber serían enviados a un distrito por el delito de estafa agravada.
Por supuesto, sin un solo centavo.
Les dieron tan solo tres días para desalojar y despedirse de los pocos amigos que tenían antes de enviarlos a dicho distrito.

⎯  No quiero irme, Coryo, no quiero dejarte ⎯  el día finalmente llegó. Catherine llevaba una sola maleta en donde estaban sus pocas cosas, junto con las de su padre y hermano. Al mismo tiempo, sostenía un gran ramo de rosas blancas que el mismo Coryo plantó para ella.

⎯  Está bien, todo estará bien. ¿Estás segura de que no quieres que me mude contigo? Lo haré si me lo pides ⎯  las palabras casi no podían salir de su boca. Quizá era por el crudo invierno de diciembre, o por el nudo que tenía en lo más profundo de su garganta

⎯  No, nunca me perdonaría que abandonaras a Tigris y a tu abuela por mi culpa. Mi único deseo es que encuentres a alguien mejor que yo, prométemelo ⎯  las palabras cayeron como un balde de agua fría en la cabeza de Coryo. Cat le había dicho días atrás que lo mejor sería terminar, debido a la distancia y la probabilidad de no verse nunca más. Sin embargo, no creyó que lo dijera en serio

⎯  Todo menos eso, por favor, te amo a ti y a nadie más que a ti ⎯  dijo abrazándola con fuerza, hundiendo la cabeza en el cuello de su amada ⎯  Te juré volverte mi esposa cuando sea presidente ⎯

⎯  Y sé que lo harás, pero tal vez ya no sea yo, y.. ⎯  su oración fue interrumpida por el silbido de su hermano llamándola ⎯  Que esto no sea un adiós, sino un hasta luego ⎯  Catherine besó su mejilla y le dio una última sonrisa antes de partir. Por su parte, Coryo se despidió de ella y su hermano alzando la mano mientras se alejaban.

ᴅɪᴇᴛ ᴍᴏᴜɴᴛᴀɪɴ ᴅᴇᴡ | coriolanus snowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora