Nos imagino a ti y a mi en mi cuarto solas, con el CD "going to hell" de the pretty reckless o cualquiera de never shout never o pierce the veil sonando a un buen volumen. Tu y yo bromeando y riendo y en un abrir y cerrar de ojos estar juntas, una encima de la otra, fundidas por el contacto de un beso sencillo, dulce y lleno de pena que al ritmo de la música suba de intensidad, al punto de volverse salvaje, estar así, pegadas y con leves caricias por un buen rato, 2 o 3 canciones quizá y, que los sonidos emitidos por nuestras bocas al contacto piel con piel suenen incluso mejor que la música que ambienta el lugar. Nos imagino pegadas a la pared y la ropa por todas partes menos en nuestros cuerpos, donde deberían estar. Pared-cama, cama-pared y así hasta que nuestras acciones no puedan regresar al tiempo y ninguna de las dos se pueda detener, estar bajo la influencia de la tentación, que lleguemos al punto al que tengamos que llegar, sin tener ningún tipo de papel cada una y hacer lo que se nos venga a la mente en ese mismo instante, perder la cabeza y, después de haber terminado con eso, dormir un poco, despertar y volver a donde todo inicio, a las bromas y las risas.
