Décima taza en Navidad

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Lively

Jamás creí que la pasaría bien en Navidad. Mis padres me hicieron un escándalo por no pasarla con ellos, pero me vale, la familia de Tian es muy acogedora y son muy pocos. Algo que agradezco muchísimo. Las reuniones llenas de personas no son lo mío.

Brindamos en su balcón a solas y Tian me regala un frappé, así que sonrío.

—Esta vez lo pagué con mi dinero —me avisa y me río—. ¡En serio!

—Te creo, pero pobre Derned. —Me quedo pensativa—. ¿Qué estará haciendo?

—Seguramente, buscando a una de sus cincuenta novias.

Me sorprendo.

—¡Wow, no lo imaginaba así!

—Esa cabecita. —Me da un golpecito con su dedo en la frente—. Pero son imaginarias.

—¡Sabía que era tímido! —expreso con confianza.

—Nada que ver… mejor no hablemos de eso. —Toma mis manos—. Me alegra que pases la Navidad conmigo.

—También yo, y esos celos —me burlo.

Se sonroja.

—Perdón.

—Está bien, mientras sea en su justa medida. De todas maneras, tenemos todo el tiempo del mundo para conocernos mejor. ¿Algún sabor que recomendar?

—Mis labios. —Se sonroja más y luego se retracta—. ¡Lo siento, no quise…!

No tardo nada y lo beso, nos correspondemos, entonces conozco el mejor sabor de Navidad.

El fin.

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