Bite Me VII

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🩸 Bite Me 🩸

Naruto sonrió hacia Hinata cuando subió a su asiento. Se abrochó el cinturón sin quitar la mirada de ella, ella tampoco parecía poder sacarle los ojos de encima. Y, aunque sólo hace unas horas se estaba quejando de lo fácil que eran sus presas.. Hinata era especial.

Ella no terminaba de ser fácil para él, ella era diferente a todas las mujeres que había seducido en todos sus años como vampiro, y hasta como hombre normal y mortal. Y habían sido un incontable número.

—¿Podría abrocharse el cinturón, Hinata?— pidió con suavidad cuando ella no se movió, con la sonrisa clavada en su rostro.

— Oh, claro, claro—. Murmuró al fin sacando sus ojos grises de él, buscando el cinturón y poniéndolo en su lugar, cruzando sus pechos llenos que se apretaron contra la tela de su remera—. Siempre olvidó que eso es lo primero que debería hacer—, soltó una pequeña risita que a Naruto le supo a gloria en sus oídos.

Él extendió un dedo y trabó las puertas, el "Click" fuerte y claro dentro del auto. Hinata se sobresaltó y lo miró con curiosidad.

— Las puertas siempre deben estar cerradas—, dijo él mientras encendía el auto.

— Eso es verdad. Una vez ví un vídeo de un hombre que salió rodando por la puerta del acompañante —. Naruto giró su rostro para mirarla —. Bueno, el que manejaba también lo estaba haciendo a gran velocidad y seguramente no llevaba el cinturón de seguridad. Mmm, son medidas necesarias..

— Jamás dejaría que se cayera de mi auto en movimiento, Hinata. De eso nada—, él sonrió y volvió a esperar que ella le diera su dirección.

— Si, si. Por supuesto. Jamás creería que te pondrías a jugar carreras. Aunque supongo que tú auto debe llegar a correr muy rápido—, ella pasó las manos por el cuero del asiento, mirando el interior con interés —. Es un auto muy lujoso, ¿no?— Él abrió la boca para contestar, pero nunca llegó a hacerlo—. Parece un modelo de este año y de exportación. Muy bonito y cómodo. Oye, el templado es impresionante, puedo ver claramente desde aquí, pero desde afuera es súper difícil distinguir algo...

Naruto no era un hombre hablador, jamás lo había sido. Durante sus años como templario había estado más silencioso, con las tareas que le daba la iglesia le era difícil hacer amigos. Luego tuvo dos décadas dónde nadie le dirigía la palabra más que para insultarle. Y ya no pudo cambiar, sólo hablaba lo justo y necesario. Era bueno escuchando, de esa forma había aprendido mucho. Y cada vez estaba aprendiendo más de Hinata, dejando un poco atrás su idea de cómo había sido Hime.

— Mi padre tenía algo así, pero el templado no era tan oscuro como este. ¿Ya vino el auto así, o debiste llevarlo para que le pusieran?

Ella lo miró, y él volvió a abrir la boca. Al parecer era su turno en la conversación.

— Vino así de fabrica. Y si, tienes razón, es de exportación y me lo compre hace poco. Es alemán —, dijo con una sonrisa suave.

No es que quisiera alardear, pero le gustaba tener cosas nuevas, tenía los contactos y la forma de pagarlo. Se encogió un hombro y volvió a esperar.

— Es genial. Es muy lindo, felicidades.

Ella era hermosa de verdad, pensó sin poder evitarlo. Él arome a nuevo poco a poco empezó s irse, el perfume de Hinata se estaba impregnado en el lugar.

— Muchas gracias Hinata. Ahora.. no quiero que malinterprete esto, me encanta , de verdad me encanta hablar con usted... pero ¿a dónde le tengo que llevar?

— Por favor, deja de tratarme de usted. Me hacen sentir una vieja..

Naruto frunció un poco el ceño.

— Usted no es vieja para nada. Diría que es apenas una niña.

Hinata soltó una risita, sus mejillas estaban rojas mientras lo miraba.

— No tan niña tampoco.. pero gracias. Tengo 28, ya cerca de los 30. Supongo que debería empezar a acostumbrarme que me hablen de usted, pero me niego. Aún soy joven. ¿Que edad tienes, Naruto?

Naruto se quedó quieto, ella no había usado su nombre hasta ese momento y casi sintió a su sangre correr en sus venas. Habló de manera inconsciente.

— 756.

—¿Perdón?— pregunto Hinata con una carcajada—¿ Tienes 756?

Los ojos de Naruto se abrieron asombrados y disimuló una risa.

— No, claro que no. Tengo 38.

Él miró hacia adelante, intentando entender qué había pasado allí. El cálculo no era errado, él había sido transformado en 1305, unos años antes de que la iglesia se volviera contra los templarios. Él tenía 38 años, y si seguía contando tendría esa edad. Tan sólo que él dejó de contar, se quedó con esa edad.. así como su apariencia. Pero jamás había tenido ese desliz.

Por alguna extraña razón, se le había escapado esa información tan importante sin siquiera darse cuenta. Miró a Hinata entrecerrado los ojos.. ¿Sería que..?

—¿Qué significa esa mirada?— preguntó Hinata algo desconcertada por su cambio—. ¿Dije algo malo?

Él parpadeo y agitó la cabeza, sacando eso de su cabeza.

— Claro que no—, sonrió, relajándose —. Acabo de recordar que Kiba dijo que no cenaste. Por favor, deja que te lleve por algo de comer. ¿Qué te gustaría?

Él comenzó a manejar, recordando que aún no podía llevarla a su casa. Además que la necesitaba con todas sus fuerzas si planeaba darse el festín que necesitaba. Apretó su lengua cuando uno de sus colmillos..

Faltaba tan poco..

— Bueno, no hay muchos negocios a esta hora que estén abiertos..—, ella dudó.

— Muy bien —, él se detuvo en un semáforo en rojo y la miro —. Entonces, te llevaré a un buen lugar. ¿Confías en mí?

La pregunta salió de él antes de que pudiera detenerse. Su corazón quedó suspendido mientras Hinata lo miraba fijamente. Él semáforo cambio a verde, pero él no se movió, esperando su respuesta. No había problema, no había nada de tráfico a esa hora.

— Esto te sonara raro..pero..— Naruto quedó suspendido en esa pequeña palabra hasta que ella volvió a abrir su boca—. Siento como si te conociera de hace mucho—, ella sonrió al final—. Está bien, confiaré en ti. Espero que no sea un loco vendedor de órganos.

Naruto soltó una carcajada, no pudo evitarlo.

— No sería ético —, dijo mientras volvía a conducir —. Soy director de un hospital.

— Es verdad, pero por eso mismo sería más fácil para ti venderlos..

Naruto rió, no pudo evitarlo. Ella era divertida.

— Me siento honrado, Hinata. Te aseguro, no te arrepentirás de confiar en mí..

No te volveré a traicionar...

No te volveré a traicionar

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