Naruto sonrió mientras dejaba el plato frente a Hinata. Ella detuvo el parloteo, mirando fijamente la comida en el plato.
Le había costado un poco, pero cuando Hinata se dió cuenta que la estaba llevando a su casa, que estaba en el último piso de un conjunto de departamentos, ella se había vuelto algo desconfiada. Él tuvo que mentir descaradamente, diciendo que sólo le haría una rápido cena y la enviaría a casa. Él sabía sus intenciones, pero tenía que jugar la carta de hombre bueno y gentil para llegar a su cometido.
Si, maldita sea, se había aprovechado de la confianza que ella le estaba dando.. no es como que fuera la primera vez. Él había hecho esa jugada muchas veces, pero jamás había llevado a una mujer a su casa particular. Evitaba esos contactos, prefería llevarlas a otros hoteles, dónde él tenía varias habitaciones a su nombre. Pero no quería eso con Hinata. No quería llevarla a donde había tenido a otra mujer, una sin rostro ni nombre.
Él jamás aprendió los nombres de las otras mujeres, prefería eso. Mientras menos supiera de su comida, menos culpable podría sentirse luego. Con el pasar de los años, se dió cuenta que cada vez era más fácil las jugadas. Podía manejar las situaciones que se presentarán, ya tenía todas las posibles reacciones y había vivido cada una de ellas. Sabía qué decir, qué hacer, cómo moverse y cómo hablar para convencer a una mujer para que estuviera dispuesta a que él hundiera sus dientes en ella. Y siempre procuraba que ellas disfrutarán del intercambio.
Después de todo era eso.. un intercambio.
Ellas recibían placer, mientras él tomaba la preciada sangre que necesitaba.
Pero, una vez más, Hinata sería diferente.
Él jamás había transformado a alguien. Sabía la teoría, pero jamás se sintió tentado. También, él estaba más concentrado buscando la reencarnación de Hime para volver su tiempo en otra mujer. Ninguna le había hecho volver a sentirse tan interesado en una mujer como esa mujer, una que ni siquiera había conocido. Pero Jiraiya le explicó el por qué. Era extraño que un transformado se volviera dependiente de su amo, pero cosas como esas podían pasar si su amo no le daba su primera comida... O mejor dicho, su primera prueba de sangre. La forma de evitar un sumiso era dándole de comer la misma sangre con veneno que le habían introducido, Naruto creyó que era algo así como unos anticuerpos.
Pero Naruto no tenía los anticuerpos de Hime, ni había tenido ninguno por dos décadas hasta que Jiraiya le dió un poco de su sangre, haciéndolo levemente independiente. Ya que él mismo le había dado esos anticuerpos a Hime, pero Naruto necesitaba la sangre de ella en sus venas..
Y al fin la tendría..
O por lo menos, la de su reencarnación.
—¿No te gusta la carne?— preguntó levemente cuando Hinata no se movió, para cortar el bistec que había dejado en su plato. Entrecerró los ojos hacia su dirección—. No me digas que eres vegana—, casi gimió con la idea.
Hinata le dió una mirada entre divertida y desconfiada.
—¡Claro que me gusta la carne! ¿Crees que me he ganado estos michelines comiendo vegetales?— ella apretó dos dedos con un rollito tentador de su cadera bajo la falda oscura. Soltó un resoplido, tomando los tenedores—. Soy algo especial con su punto..
Ella dudó un segundo en cortarla, Naruto tenía poca paciencia en ese momento. Sus colmillos estaban doliendo mucho, eso lo volvía un poco inestable con su humor. Le saco los cubiertos y cortó el bistec por el medio, mostrando el punto que le había dado.
— Está a punto, pero si lo quieres más cocido..— el mostró el centro levemente rojo.
— No, no. Está perfecto—, ella volvió a agarrar los cubiertos de sus dedos extendidos.
La vio cortar un pequeño pedazo y la quedó mirando mientras ella hacía lo mismo a la comida. Pero no hizo ademán de acercarla a su boca.
—¿De verdad? Podría hacer otro..— murmuró algo desesperado por darle algo de comer, así él también podría hacerlo.
— No.. no es eso..
Naruto frunció el ceño.. esa situación se estaba escapando de sus manos.. y extrañamente.. ¡Jamás le había pasado!
Por unos segundos deseo que las tontas ideas de los humanos, que los vampiros podían leer la mente, fueran ciertas. Pero la verdad es que ellos no podían hacerlo. Habían vivido mucho, tenían mucha experiencia y por eso parecía que podían leer los pensamientos. Pero lo cierto es que los años le habían dado experiencia.. infinita experiencia..
¡Pero jamás había pasado eso!
Miró su expresión recelosa, notando sus ojos ir a la carne, luego dónde él lo había cocinado y por último a su alacena. Dónde tenía sus condimentos..
Fue como si una lámpara se prendiera en su cabeza. Pasó por su memoria la pequeña broma que había dicho Hinata sobre vender órganos y su resistencia de subir a su departamento..
Tomó con cuidado el tenedor con el pedazo de carne aún en el y lo llevo directamente a su boca. Los masticaba mientras la miraba. Ella también lo hacía, notando como retenía la respiración por unos segundos. No se sintió ofendido, ella estaba siendo cautelosa y le gustó eso. Sonrió cuando tragó la carne y volvió a cortar y volvió a comerlo, mostrando de esa forma que no había puesto nada raro a la comida. Sólo sal y pimienta..
Ella se relajó notablemente y no hubo resistencia cuando llevó el tenedor a su boca...
Cada parte de su cuerpo se despertó cuando vió sus labios cerrarse en el tenedor, la carne perdiéndose en su boca. Su polla definitivamente aprobó el gemido quedo que se escapó de sus labios cerrados mientras tenía la primera probada.
—Espero que apruebes mi sazón—, murmuró con voz ronca.
Ella sonrió y habló después de tragar.
— Es definitivamente la mejor carne que he probado.
Naruto sonrió de lado, mirando fijamente la vena de su cuello palpitar mientras ella se concentraba en la cena..
Él también tendría una gran cena esa noche..
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