Donde Rafaela viaja a Inglaterra solo porque su madre consiguió un nuevo amor. Esto hace que João y ella se conozcan de una manera en la que no pueden estar juntos ya que son hermanastros, pero sin darse cuenta ambos se terminan enamorando perdidame...
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Rafaela Lambert
-¡¿Cómo se te ocurre?! ¡¿Me quieres hacer abandonar mi trabajo!? ¡¿Qu’est-ce qui ne va pas chez vous?!-dije furiosa. Mi madre al parecer encontró a alguien a quien sacarle dinero, y quiere que nos mudemos.
Actualmente vivo en España, pero mi madre quiere llevarme a vivir a Inglaterra, porque al parecer esta "enamorada" de alguien que se encuentra viviendo ahí. Lo peor es que es cercano a la empresa de mi madre y por eso se conocieron. Ella sabe que la empresa de él tiene más ingresos que la nuestra, es obvio que se aprovechará de eso.
-¡Basta Rafaela! ¡Nous ferons ce que je vous dis parce que je suis votre mère!
-¡No! ¡Siempre es la misma mierda! ¡Dejame en paz!-dije al borde de las lágrimas.
-no me hagas repetirtelo más veces, nos vamos porque nos vamos, así que empaca tus cosas porque en dos días iremos a Inglaterra-dijo y salió de mi habitación.
En realidad odiaba a mi madre, solo se aprovechaba del dinero de las personas. Lamentablemente yo no tenia el dinero suficiente como para quedarme. Así que la única opción que tenia era empacar mis cosas e ir despidiéndome de mi universidad y amistades.
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-no entiendo porque mi madre es tan cruel conmigo, todo es horrible-dije mientras movía mi cucharita con azúcar para esparcirla en el café.
-no lo se, deberías ponerle un alto, aunque ella sea la que te trajo a la vida no deberías dejar que te trate así-dijo paula, mi mejor amiga.
-lo se, trato de evitarlo pero lo hace aun. No hay solución-dije mientras tomaba un sorbo de mi café.
-trata de cuidarte ¿si?
-hoy es mi último día en España-suspire-me acostumbre aquí, va a ser muy difícil tener que acostumbrarme a un país completamente distinto
-lo se, pero con el tiempo te acostumbras. Mirame a mi, sangre latina pero española-rio haciendo que yo me ría. Paula es de Colombia, pero se mudo cuando era muy pequeña al igual que yo.
-bueno, creo que es hora-dije triste.
-espero volverte a ver algún día pequeña principita-dijo usando mi apodo de pequeña a lo que sonreí.
-tratare de visitarte pau, no sabes cuanto te quiero-dije para seguidamente abrazarla con todas mis fuerzas-ya sabes, si conozco al chelsea te mandare saludos de todos-dije y ella rio con lagrimas en los ojos-adiós
-adiós, te quiero mucho
-yo igual-le sonreí y salí del lugar, no me quize girar porque si me giraba estaba segura de que me regresaría a quedarme con mi mejor amiga.
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-¡El avión!-dijo mi madre emocionada mientras subíamos.
Yo trate de poner mi mejor cara cuando nos subimos al avión. Pero creo que no funcionó porque las azafatas me quedaban mirando raro.
Busque mi asiento y me dirigí hacia el, estaba muy cansada y necesitaba dormir. Así que apneas empezó el vuelo tome una larga siesta.
Si, llegamos a Inglaterra, un país completamente distinto para mi y mi madre, pero yo no le importaba en absoluto.
-ven rafa-hablo mi madre guiándome hacia un taxi, y bueno, por suerte sabía varios idiomas y el inglés británico estaba en esa lista.
Llegamos a una enorme casa, era incluso el triple de grande que la que teníamos mi madre y yo, nos dirigimos a la puerta y mi madre toco el timbre.
-¡Mi amor!-hablo un señor cuando abrió la puerta-
-¡Te extrañe!-dijo mi madre y seguidamente se lanzó a sus brazos-
-oh, hola, debes ser Rafaela-dijo el señor con un tono de amabilidad.
-hola, es un gusto... -sonreí y le di la mano.
-Carlos-dijo-me llamo Carlos-sonrió y nos dio paso para entrar a su casa, ahora nuestra casa. Odiaba tener que decir nuestra casa, ya que no era un esfuerzo de mi madre ni mio.
Al entrar vi a un chico sentado en el sofá y me dio algo de curiosidad.
-el es João , mi hijo-hablo Carlos. Mi madre nunca me dijo que el tenía un hijo.
-un gusto-sonrió y le dio dos besos en las mejillas a mi madre como saludo y a mi me dio la mano-me alegra conocerlas-sonrió. Para decir verdad tenía una hermosa sonrisa.
-un gusto João-sonreí-igualmente me alegra conocerte, soy Rafaela
-¿Podrías llevar a Rafaela a su habitación?-hablo Carlos dirigiéndose hacia João.
-claro, ven sígueme-sonrió y me guió hasta el segundo piso.
-esta totalmente en blanco porque no sabíamos lo que te podría gustar-paso una mano por su cabello y sonrió-pero si querés ir a comprar muebles yo te podría acompañar
-claro, me gustaría-sonreí.
-¿Te gustaria salir hoy?
-me parece bien
-¿Te gustaría ir ahora?
-si, vamos-bajamos las escaleras y no vimos a mi madre ni a Carlos, no le tomamos importancia y salimos de la casa.
-ven, sube-me señaló un auto y me subí- ¿y bien? ¿Por qué has venido con danniere?
-es una larga historia, pero supongo que te lo puedo contar ya que pasaremos bajo el mismo techo-reí y el igual. Seguidamente le conté el infierno que mi madre me hacía vivir constantemente y obligadamente.
-lo siento, no sabía que era algo tan grave-dijo con un tono de voz teniendo pena.
-no te preocupes, ya no me hace efecto-sonreí- ¿qué te parece si pongo música?-dije cambiando el tema.
-buena idea, quiero saber que tipo de música escucha mi hermana-rio y seguidamente reí.
-las mejores canciones del mundo-seguidamente coloque Auto rojo de Vilma Palma, estas canciones eran de las épocas de mis padres, pero yo las sigo escuchando porque mi padre era argentino y me dejó con todos estos gustos antiguos.
-nunca había escuchado esta canción, pero tiene buen ritmo-sonrió.
