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El Gran Premio de Abu Dhabi había sido otro exitoso fin de semana para él.
Tras conseguir su victoria numero diecinueve de la temporada, un tremendo récord que muy probablemente nadie vuelva a batir, Max había saltado de su dominante coche con una enorme sonrisa bajo el casco, mirando a su RB19 y dándole una orgullosa palmada en el halo, sintiendo cómo se le formaban las lágrimas en los ojos tras no poder creer lo que había conseguido ese año.
Convertirse en el único piloto de la historia de este deporte en lograr algo tan dominante y fuera de este mundo — como les gustaba llamarlo a los periodistas — era un sueño total, se sentía orgulloso de sí mismo por primera vez en muchos años y, en su mente, todo lo que había sufrido en su corta vida había merecido la pena. Ahora estaba en la cima del mundo, había conseguido un estatus que no muchos alcanzarían jamás y, lo más importante, había hecho que su padre se sintiera orgulloso de él.
Max Verstappen nunca había sido tan feliz en su vida.
Se giró para saludar al público, sintiéndose orgulloso de sí mismo una vez más al ver a los aficionados aplaudiéndole por su temporada perfecta, contento de no oír los abucheos que había escuchado en las últimas carreras, eso le había dolido más de lo que pensaba, aunque nunca lo diría en voz alta. Luego se giró hacia el otro lado al ver el coche rojo con el número 16 aparcado en la plaza P2, esperando a que Charles se bajara de su coche para felicitarle por haber conseguido otro podio.
Se dieron un rápido apretón de manos y se dirigieron unas palabras, como era habitual cuando compartían un resultado positivo, sin embargo, se sintió confuso, y en cierto modo decepcionado, cuando se dio la vuelta y vio el coche Mercedes con el número sesenta y tres aparcado en el puesto P3, y a un feliz George Russell a su lado saludando a la multitud y mostrando esa enorme sonrisa suya tan particular después de quitarse el casco.
Sin embargo, esbozó una sonrisa, no tan grande como antes, y estrechó la mano del piloto británico felicitándolo por el podio, el otro hombre se limitó a darle las gracias, felicitándole de nuevo por la temporada y el resultado de la carrera, luego se acercó a Charles y comenzó a charlar con él, mencionando algo sobre un trabajo en equipo entre él y el otro piloto de Red Bull y soltando una carcajada al mencionarlo, haciendo que Max frunciera el ceño.
"¿Dónde está Checo?" Preguntó al primer mecánico de Red Bull que vio, quitándose el casco y la bala clava, sin ocultar su confusión ante la situación, dado que Gianpiero le había dicho por radio que Sergio había protagonizado otra gran remontada y estaba en los puestos de podio, eso había sido casi al final de la carrera.
"Tiene una penalización." Le informó el hombre. "P4."
