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LIFE
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Por dónde puedo empezar... Veamos... Supongo desde mi nacimiento.
Cómo cualquier recién nacido, lloraría al nacer, sintiendo un calor maternal como cualquier bebé lo haría... y después vería los rostros alegres de mis padres... Aunque dudo que haya sido así. Crecí en un orfanato, desde que tengo memoria, estuve ahí... ¿Y mis padres? Todo niño tiene padres ¿No es así?, pero... No es lo mismo... No estuvieron conmigo y tampoco los conocí.
Supongo que para ellos, para mis padres biológicos, criar a un niño recién nacido, era un castigo; un obstáculo para sus vidas. Creyendo que no verme, y mucho menos estar a su lado sería lo mejor. Por lo que a la primera oportunidad, me abandonaron en la puerta de una iglesia...
Lo más extraño y trágico, es que... puedo recordarlo. Desde el día en que aparecí en las puertas de la iglesia, sin ropa, con un pañal y envuelto en una manta que no proporcionaba nada de calor contra la fría noche. Puedo recordarlo todo con claridad desde ese punto.
Estuve llorando sin pausa o respiro en la puerta de la iglesia. Desesperado, asustado, sin nadie quien me ayude... Era de noche y podría haber atraído la atención de seres indeseados o personas sin escrúpulos. Solo que, ellos se adelantaron, me acogieron en la pobre presentación en como me encontraba, sin importarles cómo era. A sus ojos, solo era un niño abandonado.
Desde ese día, podría decirse que obtuve un 'familia'. Las monjas me criaron, me alimentaron, me cambiaron, me brindaron su amor... Tenía lo básico que un niño necesitaba para ser feliz. Pero, sabía que faltaba algo...
Desde pequeño, me enseñaron que todo lo que tengo se lo debo agradecer a Dios, todo poderoso, padre celestial... Muchos nombres que no quiero mencionar; mi comida, mi ropa, lo poco que tengo, todo lo que soy... se lo debo agradecer a un Dios que no conozco, pero que dicen que está ahí.
Cada día que el sol sale por el horizonte, es gracias a Dios; la comida de cada día, el pan en la mesa, todo es gracias a Dios; desde el día hasta la noche, agradecer a Dios... Así fue el sistema en el orfanato.
De ese modo fuí creciendo. Con la educación poco forzada en el orfanato; solo amando a Dios.
Desde ese momento, empecé a ver el lugar de forma diferente. Estoy agradecido por todo, si hay un Dios, puedo decir que estoy agradecido; pero a las monjas agradezco enormemente, porque me criaron desde que era un bebé. Sin embargo, detesto ser coaccionado a alabar, amar, servir a alguien que dejó morir a su hijo por los pecados de los demás...
Hasta el día de hoy, hay más pecados y van creciendo. La muerte de Cristo no iba curar el pecado de la humanidad... Solo parecía ser un capricho de Dios. Era como seguir el guión que ya fue escrito, y cerrar el telón... Solo que, no me importa ello.
Era odioso ser manipulado y obligado a cantar alabanzas después de ello; confesarme, rezar a cada momento, leer las 'sagradas' escrituras. ¿Hasta cuándo duraría?
Hubo momentos solitarios en mi infancia, pero nunca me sentía solo... No estaba interesado en formar vínculos con nadie... Aunque era juzgado a veces, y despreciaban ese tipo de perspectiva, eso nunca me importó. Era conciente de lo que me rodeaba, de cómo vivían los demás... Y yo vivía como creí era lo indicado.
Con algunos libros era tranquilo, ya que no importa que o donde estuviera, no dejaba de leer. Absorbía contenido de cualquier libro que estuviera disponible. Era lo único en lo que podía estar inmerso. Con ese sistema que inventé, no podía estar más tranquilo; ni yo ni nadie más salía lastimado.
