⭐-𝘖𝘯𝘦

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Chris miraba a su pequeño desde el sillón en el que se encontraba sentado. Amaba verlo así, mientras el chico dibujaba con sus colores en su librito para colorear, que por cierto, el mayor se lo compró, le había comprado muchos, pues el menor adoraba colorear.

Y sí, muchas personas le hacían burla a Minho por tener 23 años, y aún así ponerse a pintar "como un estúpido mocoso de 8 años".

Seguido Minho recibía burla sobre ese tipo de cosas, lo hacían sentir muy mal hasta el punto de hacerlo llorar como a un bebé, pero la gente no sabía que el chico tenía infantilismo, y los que lo sabían, no les importaba y se burlaban más de el, causandole inseguridades. Pero Chris encantado trataba de hacerlo sentir mejor. Amaba ver feliz a su niñito chiqueado, así lo llamaba el mayor, con cariño. Siempre le recordaba lo lindo que era, y que nunca debería sentirse mal, porque así era perfecto.
Y en ese momento, así lo miraba, con mucho cariño, como el ser más perfecto del mundo. Pero se alteró cuando el castañito comenzó a sollozar.

—Honnie —se acercó al menor, poniendo una mano en su cabecita—. ¿Qué pasa, pequeño?

El castañito sorbio su nariz e hizo un lindo pucherito con sus rosados labios, haciendo derretir el corazón del pelinegro.

—Bebé, ¿qué pasa? —tomó ligeramente su mentón para dejar unos cuantos besos sobre sus mejillas tornadas en un color carmesí, para después dejar un piquito en sus bonitos labios.

—E-esque recordé cuando m-me llamaron aniñado y m-maric.. —otro sollozo—. N-no quiero decir esa fea palabra.

La voz de Minho siempre sonaba como la de un niño pequeño, muy encantador para Chris.

El pelinegro tomó las manitas de su novio para levantarlo de su lugar, y seguido alzarlo, tomándolo de los muslos para así cargarlo, y Minho, al ya conocer lo que Chris hacía, rodeó con sus lindas piernas la cintura del mayor, y sus manitos abrazaron el cuello de su novio, y escondió su carita en el cuello de Chris, quedándose como un niño pequeño buscando refugio.

Y sí, Chris siempre había sido el refugio de Minho.
Desde que se conocieron en aquel centro, Chris siempre vió al pequeño como la cosa más hermosa del mundo. Nunca lo juzgó ni lo trató como menos, se ganó la confianza de los padres de Minho, hasta que después de un año, Chris se quisó hacer cargo del menor, y sus padres lo permitieron ya que veían muy feliz a su hijo junto al pelinegro.

Siempre cuido a Minho como sí fuera algo precioso que fácilmente se podría romper, lo trataba con mucha delicadeza. Y cabe aclarar que, ni siquiera de habían dado su primer beso bien, nunca pasaban de los piquitos, y cada vez que iban más allá de ellos, Minho se asustaba o se ponía muy nervioso por no saber exactamente lo que hacían, y cada que pasaba eso, Chris detenía todo para darle cariñitos a su bebé, nada más.

Claro, el pelinegro siempre tenía que abstenerce a ciertas cosas, pero eso no le importaba, amaba Minho, lo esperaría todo el tiempo que sea necesario, con tal de que su Honnie se sintiera cómodo.

Ambos chicos decidieron salir a caminar, pues realmente hacía falta después de estar casi todo el día en casa, y Minho adoraba salir, más sí era al parqué

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Ambos chicos decidieron salir a caminar, pues realmente hacía falta después de estar casi todo el día en casa, y Minho adoraba salir, más sí era al parqué. Y adoraba el hecho de que era Chris quien lo llevaba.

—Channie, cargame —dijo con voz aniñada el castañido, e hizo un bonito puchero que derritió el corazón de Chris.

Y el mayor lo iba a cargar sobre su espalda, pero dos mocosos que parecían de unos 17 años pasaron riéndose y murmurando cosas, hasta que hablaron.

"Channie, cargame" —se burló uno de los chicos, y Chris inmediatamente les lanzó una mirada asesina.

—Pero que mal educado —dijo el otro chico—. De seguro es tu Hyung, pero como te comportas peor que un mocoso, no sabes ni decir "Hyung", ¿verdad?

Ambos se rieron de Minho, y este ya no aguantaba las ganas de echarse a llorar, y sí, lo hizo, comenzó a llorar como un bebé, causando más risas en los chicos.

Y Chris explotó. No quería, no debió haberles propagado un golpe en la cara a uno de ellos, pero no pudo detenerse, no cuando habían hecho llorar a su Honnie.
Los chicos se fueron corriendo, asustados. Chris inmediatamente se dio la vuelta para ver a su pequeño sentado en el piso llorando y haciendo berrinche, así que de inmediato se agachó para poder cargar a Minho, tomando sus piernas, y el menor se agarro del cuello del pelinegro y siguió llorando ahí, mientras Chris comenzaba a caminar en dirección a algún lugar.

—Shh, ya, bebé. No llores, corazón. —beso sus castaños cabellos.

Minho se fue calmando de poco a poco, soltando algunos hipidos en el transcurso. Hasta que llegaron a un local levantó la cabeza al escuchar el sonido de la campanita cuando Chan abrió la puerta, y miro lo que parecía ser una heladería. Minho amaba el helado, y eso Chris lo sabía, y se tranquilizó cuando los ojitos inchados de su bebé brillaron, adoraba verlo feliz.

Una nueva historia kslsks.

El término infantilismo procede del latín y significa pueril. El infantilismo mental se entiende como una discrepancia entre el comportamiento, las reacciones emocionales, las funciones volitivas y las características relacionados con la edad.

En pocas palabras, hace que una persona mayor se comporte como un adolescente o niño pequeño. NO ES RETRASO MENTAL, el infantilismo es menos fuerte, pero aún así tiene sus efectos y consecuencias.

•𝘗𝘶𝘦𝘳𝘪𝘭 ᴹᶦⁿᶜʰᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora