Guardaespaldas// Jinx Manhwa

02

A la mañana siguiente Kim Dan y su hermano fueron al dichoso gimnasio, Heesung no dejaba de hablar y en solo estaba sentado cruzando de piernas mientras sostenía su tablet dibujando algunos diseños. Su padre era el CEO de una empresa, pero al ser él el mayor tuvo que heredarla al principio se le dificultó mucho con respecto a la hora de opinar sobre los guiones para los k-dramas y demás cosas, con el tiempo supo cómo hacerlo y también era diseñador, le gustaba dibujar, aunque su verdadera fuente era la fisioterapia pero simplemente no pudo tomar ficha carrera, no es como si haya podido elegir pero bueno al menos hacía algo que le gustaba.

Al llegar al gimnasio el señor Park los recibió con una sonrisa y los invitó a pasar mientras les daba un recorrido y daba opiniones sobre los chicos, aunque su vista se fijó en cierto azabache que golpeaba un saco de boxeo.

—disculpe señor Park pero ¿Quién es él?—

—oh, es Jaekyung, el es un beta—

—ya veo, entonces el es Joo Jaekyung, el emperador, ¿señor Park no le molesta que vaya a hablar con él?—

—no para nada—

—con su permiso—

El castaño se acercó al pelinegro y notó que el chico era solo unos centímetros más bajos que él, también se dió cuenta que estaba un poco tenso y no era difícil deducir que era por su hombro.

—¿duele?—

Preguntó

El contrario se giró y lo miro confundido, aunque sintió un poco de vergüenza cuando se dió cuenta que aquel alfa era más alto que él y tuvo que alzar la mirada, claramente no lo admitiría nunca.

—¿Eh?...—

—tu hombro, ¿Duele?—

—no tengo nada solo es un malestar—

Iba a lanzar un golpe al saco pero el alfa lo detuvo y le hizo algunos movimientos suaves

—ya está, eso debió ayudar un poco—

El menor hizo algunos gestos con el brazo y para su sorpresa ya no le molestaba tanto.

—hmm, ya no me molesta mucho—

—un gracias estaría bien—

Bufó divertido

—no te pedí que lo hicieras—

Respondió serio, obviamente no daría las gracias

—supongo que eres Joo Jaekyung—

—hmm...—

Afirma

—seré directo, quiero que seas mi guardaespaldas—

—no estoy interesado—

—¿Qué?—

Preguntó incrédulo

—eres un adulto tu solito puedes cuidarte el culo—

—tks, eso mismo dije yo pero mi hermano insiste y mis padres son unos exagerados—

—igual no me interesa, no voy a dejar mi carrera—

—no tienes que dejarla, tengo un gimnasio en mi casa, contrataré a alguien para que te enseñe a usar armas si la ocasión lo requiere—

—tengo combates, cómo se supone que te cuidaré el maldito culo—

—tks, que grosero, asistiré a tus combates—

—¿Y tú trabajo?—

—dejaré a mi secretaria—

El menor estaba seguro de que no iba a aceptar, pero algo en él le decía que tenía que hacerlo y en fin terminó por aceptar.

—bien, aceptaré pero antes de mis combates tengo... Nada olvídalo no importa—

Claramente no lo diría ahí, quizás y se lo diga cuando valla a la mansión del castaño, a decir verdad le parecía atractivo y a su cuerpo le gustaría sentir la maldita hombría del contrario en su interior, si fuera un omega lo más seguro es que hubiera entrado en celo ahí mismo.

—estaré haciendo el contrato hoy, toma mi número personal, llámame para pasarte la dirección, cualquier cosa que no te guste del contrato lo cambiaremos—

—es un trato y justo—

Dijo con un tono sereno el otro extendió su mano y el menor la aceptó cerrando así el acuerdo.

                                 ~•~

—Y por último esta será tu habitación, cualquier cosa la mía está al final del pasillo, siéntate como en tu casa—

—vale...—

Respondió el pelinegro para luego arreglar sus cosas y hecharse a la cama y soltar un suspiro.

—ahora como le digo que necesito tener sexo antes del combate—

Suspiró por segunda vez y cerró los ojos para tomar una pequeña siesta o al menos intentarlo.