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Desde que llegué a Leipzig hace tres meses, he tenido la oportunidad de conocer a los cuatro chicos más a fondo. Entre ellos, Tom destacó de una manera que no pude ignorar. A pesar de las advertencias de Bill sobre su reputación de mujeriego y su creencia en amores de una noche, algo en la forma en que Tom veía la vida me atrajo.

Su magnetismo desafiante y su manera despreocupada de enfrentar cada día me hicieron cuestionar mis propias convicciones. Aunque consciente de las advertencias de Bill, la atracción hacia Tom se volvía más fuerte con el tiempo, y me encontré buscando la conexión detrás de la fachada que otros veían. La complejidad de sus capas me intrigaba, y a pesar de las señales de precaución, me aventuré a explorar lo que esta atracción podía significar.

Con el paso del tiempo, mi relación con Bill se hizo más cercana. Hablábamos de todo y confiábamos el uno en el otro. Lo cual casi salíamos de fiesta casi todos los fin de semana.

Bill, con entusiasmo, me invito a una fiesta en la ciudad. Entre risas y música, la atmósfera se volvía animada. En un momento de sinceridad, yo bajo el influjo de la bebida, me acercó a Bill y confieso entre risas nerviosas: "Sabes, Bill, tu hermano gemelo Tom me gusta desde hace un par de semanas. No puedo dejar de pensar en él".

La sorpresa se reflejó en el rostro de Bill, pero después de un momento, respondió con una sonrisa comprensiva: "¡Vaya! Eso explica algunas cosas. ¿Has considerado hablar con él sobre eso?" yo entre risas y ruborizada, asenti, agradeciendo la complicidad inesperada que surgía en medio de la fiesta.

Busque comprender mejor mis propios sentimientos, me acerque a Bill con una expresión de curiosidad. "Bill, ¿crees que Tom podría gustar de mí? ¿Hay algún comportamiento específico que pueda indicar algo?"

Bill, reflexionando, respondió a mi pregubta: "Bueno, observa cómo actúa a tu alrededor. A veces, el lenguaje no verbal dice mucho. Fíjate en sus gestos, la forma en que te mira, cómo se comporta cuando estás cerca. A veces, esas pequeñas cosas pueden revelar más de lo que las palabras podrían decir".

Abri los ojos con dificultad, mi cabeza latía como un tambor. Parpadeo, intentando recordar qué había sucedido la noche anterior. A mi alrededor, el sol brillaba a través de la ventana y las piezas de una fiesta dispersa yacen por la casa.

Con cuidado, trató de juntar fragmentos de recuerdos. Recordaba la invitación de Bill a la fiesta y cómo había aceptado con entusiasmo. Luego, risas, música y un torbellino de conversaciones. Pero después, todo se volvía borroso.

Mientras me sentaba en la sala, un nudo de ansiedad se formó en su estómago. ¿Qué había pasado exactamente anoche? Intentó recordar detalles, pero todo estaba como envuelto en una neblina.

Con un suspiro, me levante y me dirigi hacia la cocina en busca de agua. No recordaba nada de esa conversación.

La puerta se abrió y Bill entró con una sonrisa: "¡Buenos días, Cassie! ¿Cómo te sientes?" me quede sin palabras, incapaz de preguntar lo que verdaderamente quería saber. El corazón me latía con fuerza mientras intentaba ocultar su desconcierto.Bill, ajeno a la angustia de Cassie, continuó: "¿Sabes qué? Anoche te divertiste mucho. ¿Recuerdas que hablaste sobre mi hermano Tom?" intente mantener la compostura mientras negaba con la cabeza. "No, no recuerdo nada, ¿qué pasó exactamente?"

Bill, con una sonrisa juguetona, respondió: "Oh, nada importante. Solo bromeabas sobre lo genial que es Tom, ¡pero fue bastante divertido verte tan emocionada! De todos modos, ¿quieres algo para la resaca?"

Aliviada por un momento pero confundida por otro, asenti y decidi dejar el tema por el momento. Mientras Bill preparaba algo para el dolor de cabeza, me preguntaba qué más podría haber dicho esa noche y qué significaba todo eso para su relación con Tom. Aún perdida en un mar de dudas, decidió esperar a que las piezas de esa noche borrosa se aclararan por completo.

No recuerdo mucho de anoche... ¿dije algo... sobre Tom?.

La expresión de Bill cambió ligeramente, parecía medir sus palabras. "Sí, mencionaste que Tom te agradaba mucho. Estabas bastante... animada", respondió con cautela.

Sentí que el corazón me latía con fuerza. "Lo siento, Bill. No sé qué pasó. No debería haber... dicho eso".

Bill le sonrió amablemente. "No te preocupes, Cassie. Todos hemos tenido noches así. No le des mucha importancia".

A pesar del intento de tranquilizarla por parte de Bill, Cassie se sentía intranquila. La idea de haber confesado sus sentimientos más profundos mientras estaba bajo los efectos del alcohol la llenaba de ansiedad.

Decidi que necesitaba averiguar qué había sucedido exactamente y cómo manejaría la situación con Tom. Con la cabeza aún dolorida y el corazón pesado, me prepare para enfrentar el día, decidida a abordar el problema con la mayor calma posible.

Los rumores de la noche anterior seguían resonando en mi mente mientras intentaba lidiar con la resaca. La conversación con Bill había sido incómoda, y el pensamiento de encontrarse con Tom después de lo que pudo haber confesado le producía ansiedad.

Mientras Cassie y Bill se preparaban para salir de la casa donde fue la fiesta, el ruido de un motor se escuchó afuera. Tom había llegado en su carro para llevarlos a casa.

"¡Hola chicos! ¿Listos para irse?", saludó Tom, con una sonrisa relajada.

Bill, siempre amigable, trató de aliviar la tensión, pero no pudo evitar notar la mirada curiosa de su amiga.

La atmósfera en el auto era peculiar. Cassie, aún con la resaca persistente, miraba por la ventana, tratando de evitar el contacto visual con Tom. Bill, por otro lado, parecía disfrutar de la incomodidad general. Entre risas nerviosas, intentó romper el hielo

¿Sabes, Tom? Anoche, Cassie estaba bastante entusiasmada contándome lo mucho que te agrada", dijo Bill con una sonrisa traviesa.

Tom, sin comprender del todo, respondió: "¿En serio? ¿Por qué?"

Bill, jugando con la situación, soltó algunas indirectas. "Oh, no sé. Dijo algo sobre que le caes muy bien, algo así. Quizás deberías preguntarle tú mismo."

Cassie, en el asiento trasero, deseaba desaparecer. El color le subió a las mejillas mientras observaba el intercambio entre los hermanos. No estaba segura de cómo Tom tomaría esa revelación, y la incomodidad crecía con cada palabra de Bill.

Finalmente, Tom, con una sonrisa cómplice, miró de reojo a Cassie y dijo: "¿En serio? Bueno, me alegra escuchar eso".

Aunque las palabras de Tom fueron tranquilizadoras, Cassie no pudo evitar preguntarse cómo afectaría esa confesión espontánea a su relación con Tom. La incertidumbre se cernía sobre ella mientras continuaban el camino hacia casa.

Cassie, sintiendo la presión de la situación, decidió cambiar el enfoque de la conversación. Mirando por la ventana, intentó parecer despreocupada mientras preguntaba a Tom: "¿Entonces, Tom, dónde pasaste la noche?"

Tom, sin dudar, respondió: "Estuve con una chica. Fue una noche... interesante."

Cassie, forzando una sonrisa, intentó mantener la calma. "Oh, ¿en serio? Eso suena divertido. ¿Cómo la conociste?"

Tom compartió algunos detalles sobre su encuentro, mientras Cassie luchaba por ocultar sus propios sentimientos bajo una máscara de indiferencia. La revelación de que Tom había pasado la noche con otra persona la golpeó, pero hizo todo lo posible por no dejar que se notara.

Bill, que parecía disfrutar del juego, intervino: "Vaya, Tom, parece que te diviertes mucho últimamente. ¿No te gustaría encontrar a alguien especial en lugar de pasar de una noche a otra?"

Cassie le lanzó una mirada a Bill, rogándole silenciosamente que dejara de hacer preguntas incómodas. Sin embargo, Tom simplemente sonrió y respondió: "Estoy bien así, Bill. Disfruto de la diversión sin complicaciones."

Cassie, sintiendo el alivio de que el tema se hubiera alejado de su confesión a Bill, trató de unirse a la conversación de manera más ligera. Aunque el dolor por la revelación de Tom persistía, decidió guardar sus sentimientos para sí misma mientras continuaban el viaje de regreso a casa.

Bonheur : Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora