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Después de disfrutar de una tarde en el cine con Tom, nos dirigimos a el carro de Tom. En el trayecto estábamos cantando y pasando un buen rato. Sin embargo, no podía dejar de notar la constante llegada de mensajes de Tom, todos provenientes de Heidi. Al llegar, Tom se estacionó afuera de la casa, y los mensajes de heidi era aún más insistentes, la curiosidad y la inseguridad se apoderaron de mi, y en un momento de impulso, decidi tomar el teléfono de Tom.

Tom, nervioso, intentó quitármelo, pero yo persisti. Leí la conversación entre Tom y Heidi, y lo que descubri me dejó sin palabras. Me sinti herida y traicionada al ver la intimidad que compartían ambos.

Volviendo mi mirada hacia Tom, exprese mi dolor.

"Estaba confiando en ti, Tom. Y siento que me estás fallando. No soy solo alguien más con quien has estado"

Dije, mis ojos mostraban una mezcla de tristeza y decepción.

Tom, al escuchar mis palabras, sintió un nudo en el estómago. Y tratando de buscar las palabras correctas para explicarme.

"Cass, escucha, acepté ir con Heidi, pero después me di cuenta de que no quiero estar con ella. No quiero lastimarte. Eres diferente, y no puedo hacerte eso."  me dijo mirandome a los ojos llorosos y una mirada sincera.

"Sabes, estoy intentando conocerte, estoy intentando que esto pueda funcionar para en un futuro, pero creo que la única que lo está intentando soy yo...
Y tal vez, lo mejor era no intentar nada contigo."

Bajó del coche de Tom, sumida en la tristeza y abrumada por los pensamientos que bullían en mi mente. La conversación que había visto entre Heidi y Tom me dejó desconcertada, sin saber qué pensar sobre lo sucedido. Cerre la puerta del coche con pesar y saque mis llaves para abrir el portón exterior.

Mientras me adentraba en mis pensamientos, Tom, apresurado, cerró el coche y fue directamente tras de mi. Quería explicarme, asegurarme que Heidi no era lo que él quería, que su corazón me ansiaba a mi.

Llegue a la puerta, la abri y entre. Mantuve la puerta abierta para que Tom pudiera pasar, quien llegó rápidamente. Sin embargo, yo no espere, me dirigi directamente a mi cuarto, con la mirada fija en el suelo. Tom, sintiendo la urgencia de explicarme, tocó la puerta de mi cuarto, ansioso por compartir su verdad.

"Cass, por favor, déjame explicarte", decía Tom tras la puerta.

"Heidi no significa nada para mí. No quiero estar con ella, quiero estar contigo. Tú eres lo que realmente importa, lo que quiero".

Las palabras de Tom resonaban en el pasillo mientras él trataba desesperadamente de comunicar sus sentimientos. Mientras yo, al otro lado de la puerta, me encontraba sumida en mis propios pensamientos, cuestionándome si debía escuchar lo que Tom tenía que decir o si era momento de dar un paso atrás para tomar distancia y aclarar sus sentimientos.

Bill, al escuchar a Tom sollozar afuera de mi habitación, se acercó preocupado y le preguntó qué había pasado. El se acercó a Tom con preocupación. Notó la angustia en el rostro de su hermano y, al verlo llorar, supo que algo grave había sucedido.

"¿Qué pasó, Tom?" preguntó Bill, tratando de calmarlo

Entre lágrimas, Tom le contó a Bill sobre el malentendido con Heidi, explicándole cómo vi una conversación entre ellos.

"La cagué, Bill", sollozó Tom.
"Ella vio esos mensajes, pero no es lo que parece. Yo no quiero a Heidi, quiero estar con Cassie. Me di cuenta de que la amo, Bill. La amo de verdad".

Bill, comprendiendo la gravedad de la situación, consoló a Tom. "Si realmente la amas, Tom, necesitas hablar con ella. Explícale todo. Dile que no quieres a Heidi, que lo que sientes por ella es real y que quieres intentar algo".

Tom al escuchar eso de su hermano, decidido a hablar con Cassie, se paro y fue hasta su puerta, empezó a tocar, a llamarla, pero no obtuvo respuesta alguna.

Al día siguiente, como en todas las mañanas, Bill entró a mi habitación con una bandeja de desayuno y un cálido saludo. "Buenos días, bebé. ¿Cómo te sientes?" preguntó con una sonrisa, pero al ver mi expresión, notó que algo andaba mal.

Con la mirada perdida, respondi que estaba bien, aunque la tristeza se reflejaba en mis ojos. Bill, conocedor de la situación, insistió, "Esa carita no se ve de alguien que está bien". Me recargue en el hombro de Bill, desahogándome sobre lo que había descubierto en el celular de Tom.

Bill, escuchando atentamente, me aseguró que Tom realmente me amaba, pero entendía las dudas y las inseguridades que surgían a raíz de lo sucedido. Admitió que Tom había cometido un gran error, pero si yo sentía que valía la pena, debía intentar conocerlo de nuevo.

"Él la cagó, y mucho, Cass. Pero si de verdad lo quieres, dale una oportunidad. Conócelo de nuevo", me aconsejó Bill mientras acariciaba suavemente mi cabello. "Te amo mucho, Cass. Siempre estoy aquí para ti". Tras sus palabras, Bill salió de mi habitación, dejandome con pensamientos que giraban en torno a la difícil decisión que tenía por delante.

Después de que Bill salió de la habitación, decidi dejar de lado las preocupaciones y concentrarme en su día ocupado. En su mente pense "Tengo un día muy ocupado, no para estar pensando en mierdas como esta". Me levante de la cama y me dirigi directamente a la ducha.

Mientras me bañaba, resonaba en el baño la melodía de "Pain Of Love", una canción que había descubierto recientemente. Aunque no sabía quién era el grupo, la canción me gustaba mucho, y la cantaba mientras me duchaba. Al salir, eligi una combinación de ropa que me hacía sentirme hermosa: un top blanco, pantalones cafés y tenis blancos.

 Al salir, eligi una combinación de ropa que me hacía sentirme hermosa: un top blanco, pantalones cafés y tenis blancos

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Después de arreglarme el cabello y maquillarme, me mire en el espejo satisfecha con mi apariencia. Aunque ya iba un poco tarde para la universidad, decidi que verme hermosa valía la pena. Justo en ese momento, Bill entró a mi habitación. Como ambos estudiaban en la misma universidad, saldríamos juntos con los demás chicos, Georg, Gustav y Tom.

Saliendo de la casa, Bill comentó con humor: "Woow, te ves realmente fea'". Ambos reimos, le di un pequeño golpe amistoso y salimos juntos. Los demás chicos ya nos esperaban para partir hacia la universidad, con un día lleno de ocupaciones y distracciones por delante.

En el camino hacia la universidad, Tom manejaba mientras Gustav iba a su lado. En la parte trasera del carro, ibamos Georg, Bill, y yo disfrutabamos de la compañía unos de otros. A medida que avanzabamos, la atmósfera se llenaba de risas y bromas, proporcionando un alivio bienvenido ante los problemas del día anterior.

De repente, Bill y yo empezamos a comentar con malicia: "Bill, amor, ¿no te cae mal la gente infiel?" Bill, jugando junto conmigo, respondió con complicidad: "Uy, bebé, claro que sí, pero ¿qué se le puede hacer?". Ambos reimos al unísono, observando la expresión molesta de Tom reflejada en el espejo retrovisor, mientras Gustav y Georg mostraban curiosidad por la conversación.

La dinámica entre nosotros era una mezcla de risas y complicidad, una forma de enfrentar la situación con humor y ligereza. Me sentía agradecida por tener amigos como ellos que, incluso en medio de la incertidumbre, lograban sacarme una sonrisa y hacer que olvidara momentáneamente mis preocupaciones.

Bonheur : Tom Kaulitz Donde viven las historias. Descúbrelo ahora