𝓓𝓸𝓬𝓮

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𝘚𝘰𝘴 𝘵𝘰𝘥𝘰 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘪 𝘤𝘰𝘳𝘢𝘻𝘰́𝘯 𝘢𝘯𝘩𝘦𝘭𝘢, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘭𝘰 𝘶́𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦 𝘵𝘦𝘯𝘦𝘳.

22/12/23

Pov's Martin

El viernes por fin había llegado, y con él, la promesa de una noche de fiesta en la casa. La temática era navideña, y todos nos vestimos con los colores tradicionales: rojo y verde. Casualmente, a mí me tocó el rojo, mientras que a Alan le quedaba de diez el verde. Nos miramos en el espejo, nuestros ojos brillando con anticipación, y enviamos saludos a todos aquellos que nos apoyaban desde afuera.

Mientras nos preparábamos, nuestros ojos se encontraron en el espejo. Alan y yo nos miramos intensamente, nuestras miradas cargadas de complicidad. En ese momento, el mundo a nuestro alrededor desapareció, y solo existíamos nosotros dos. Podía sentir la electricidad entre nosotros, un deseo latente que amenazaba con consumirnos.

"Te ves increíble, Alan", murmuré, deslizando mi mirada por su cuerpo enfundado en verde. "Ese color realmente resalta tus ojos."

Alan sonrió, sus labios curvándose de manera seductora. "Gracias, Martin. Vos también te ves impresionante con el rojo. Sos todo un adonis."

Nuestros saludos fueron transmitidos por las cámaras, y las palabras salieron de nuestros labios con una sincronización perfecta. "¡Hola a todos! Esperamos que estén disfrutando de la noche tanto como nosotros. ¡Gracias por todo el aguante!"

Pero mientras nuestras voces sonaban alegres y agradecidas, había una verdad subyacente que solo unos pocos podían percibir. Alan y Axel se acercaron al público de manera sincera, pidiendo que votaran a Juliana al 9009 para expulsarla de la casa. Sus palabras estaban llenas de convicción y determinación, sabía que Alan realmente quería que eso sucediera.

Pero yo, en cambio, solo seguía con el juego. Aunque mi voz se unió a la solicitud de expulsión, mis palabras fueron vacías, solo una actuación para mantener las apariencias. Juliana no me importaba, y no tenía ningún deseo de verla fuera de la casa. Mi única preocupación era asegurarme de que mi posición en el juego se mantuviera intacta y poder estar finalmente con Alan.

La audiencia en casa seguramente estaba desconcertada, tratando de descifrar quién estaba siendo realmente sincero y quién estaba actuando. Pero eso era parte del juego, mantener a todos en vilo, sin saber qué esperar.

Después de los saludos, decidí animar el ambiente y llamé a todos los chicos para sacarnos una foto en grupo. "¡Ey, chicos, reúnanse!" grité, extendiendo mis brazos para atraer su atención. "¡Vamos a sacar una foto juntos!"

Alan y Axel se acercaron rápidamente. Nos acomodamos en posición, rodeados por la decoración navideña, listos para capturar el momento.

Sin previo aviso, Axel levantó a Alan en sus brazos, sosteniéndolo con fuerza. Los dos se miraron con complicidad y Axel le dio un beso en la mejilla a Alan.

La cámara capturó el momento, y una risa colectiva llenó la habitación.

Después de aplaudir y reír, nos dirigimos a la habitación de la fiesta. La música comenzó a sonar, y el ambiente se llenó de energía y emoción. Pero parece que Axel no estaba de humor para bailar. Decidió quedarse sentado en un rincón, observando a los demás con una expresión distante en su rostro.

Ojitos verdes - Marlan GHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora