25. Desayuno

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Heeseung cree que en su corta existencia ha tenido más drama que en cualquier novela sobreactuada que se mostraba como entretenimiento en la televisión basura.

Llevaba diez minutos exactos mirando el techo de su habitación cual se hallaba pintado en luz azulado oscuro filtrado de la ventana dando indicios del próximo amanecer.

Recordaba haber estado hablando de algo con Jungwon, luego llegó su papá y los vió discutir sobre algo; después su cabeza empezó a vibrar, oyó el grito de Jungwon y ...

¿Jungwon-

¡Jungwon!

Se trató de incorporar raídamente recordando que el menor lo había visitado ¡Y él prácticamente lo había dejado solo con su papá! Más se sintió verdaderamente confundido al no poder realizar la tarea.

¿Se habría quedado invalido?

---No jodas, recién son las 6.

Y al escuchar esa voz su corazón cayó hasta recorrer la montaña rusa que era su intestino grueso.

Pues Yang Jungwon se encontraba recostado sobre él mientras abrazaba toda su anatomía como si fuera un koala, impidiendo cualquier movimiento de su parte.

Y debía aceptar que no le importaría quedar invalido si con eso iba a tener a un Jungwon pegado a él.

La situación podía parecer la escena romántica de un drama, Jungwon hinchadito con la mejilla apoyada en el pecho de Heeseung mientras este le hacía la competencia al pimiento rojo en la alacena, peeero como esto es la vida real y el cuerpo humano tiene necesidades, Heeseung no pudo evitar el alto rugido que lanzó su estómago, ni mucho menos ignorar la apretada de culo que dio con tal de no hacer del baño ahí mismo.

---Won.--- recibió un sonidito en respuesta ---Necesito ir al baño.

El pequeño adormilado se quejó.

Su vejiga también.

Sintió un pinchazo en su huequito trasero ---E-enserio necesito ir.

Y Agradeció a todos los ángeles cuando el nombrado se movió acomodándose a un lado abrazando la almohada.

Se hubiera quedado a observarlo, pero su vejiga realmente iba a explotar.

A paso delicado pero veloz se adentró en el baño, tomó asiento y descargó. Apoyó sus codos en sus rodillas y quiso llorar.

Se sentía como la mierda y no solo porque tuvo un ataque frente a Yang, sino por todo. Lo único que quería es que las cosas vayan bien ¿Era tanto pedir? Se levantó más frustrado que antes, miro hacia el inodoro y gruñó, para el colmo estaba su culo estreñido.

Se deshizo de su ropa y entró a la ducha, un baño frio lo reconfortaría.

Por otro lado, recién amanecía para el pequeño Jungwon que se despertó por su tono de llamada.

---¿Al-

---YANG JUNGWON--- Alejó el celular de su oído por el gran grito.

Maldijo internamente.

---Buenos Días mami--- bateó sus pestañas a pesar de que su progenitora no podía verlo.

Se escuchó un suspiro largo al otro lado de la línea ---Buenos días, hijo mío ¿Podrías decirle a tu nerviosa mamá donde mierda estás porque te juro qu- ...¿Dónde estás hijo? Mami Sumi no quiere decirme nada.

Iba a responder, pero antes de eso se oyó a lo lejos la voz de su mamá que lo hizo expandir los ojos desmesuradamente ---Déjalo explorar su vida sexual, Yang Lia.

---¿¡QUÉ?!--- Gritaron madre e hijo.

Yang Sumi se carcajeó. ---Ven a comer cariño, aprovechemos que no está.

La llamada se cortó.

Jungwon con los ojos bien abiertos dejó el celular boca abajo en la mesa de noche del lado; que trauma oír a tus mamás hablar sobre tijerear.

Oyó como la puerta del baño era abierta y automáticamente su mirada calló en un Heeseung desnudo de la cadera para arriba removiendo su cabello mojado. La gracia estaba en que este parecía haberse olvidado de su existencia, lo vio dirigirse hacia el ropero y hacer el ademán de querer sacarse la toalla.

Jungwon pegó un grito tan agudo que incluso hacía competencia a cualquier nota alta de Ariana Grande.

Instintivamente se cubrió los ojos con ambas palmas, pero quedó confundido al escuchar la fuerte risa del pelinegro.

---Dios, ¿En serio creías que, no puede ser--- y se rió más fuerte.

Jungwon destapó sus ojos y le lanzó una mirada de furia, cual nuestro pelinegro le contestó con una divertida mientras se acercaba hacía la cama. La única salida de Jungwon fue esconderse bajo las sábanas hecho bolita mientras sujetaba sus orejas y trataba de calmar su rubor.

---Yah Won-ah ¿Te vas a enojar por eso?--- no recibió respuesta ---Además yo me asusté mucho hoy temprano, me la debías.--- Vio que el pequeño bulto se movió. ---¿Puedes salir y hablar, por favor?

El chiquillo hizo oídos sordos.

Heeseung palpó las sábanas —Pues si no sales tú, te saco yo.

Inmediatamente el menor pateó las sábanas —ajenas, cabe recalcar—y de un salto se puso de pie chocando de lleno con el mayor, haciendo que ambos terminen tropezando.

Ambos ardieron en carmín, intentaron levantarse al mismo tiempo, ocasionando terminar por pegarse más. La vergüenza subía a bochorno.

La puerta de la habitación fue tocada dos veces e inmediatamente abierta ---Joven Ya-

Lee Dong-Sun soltó una risa nasal y se cruzó de brazos mientras negaba hacía ambos lados observando en silencio como su hijo lo miraba pasmado y el chiquillo respondón se escondía en el cuello de este.

---Los llamaba para desayunar, pero al parecer ustedes ya estaban comiendo.

Y quiso reír fuerte al ver a su hijo a punto de tener un ataque por la vergüenza. Volvió a jalar el picaporte y cerró la puerta dejando a ambos jóvenes solos.

El cuarto se sumió en absoluto silencio. Por una parte, Heeseung que no procesaba que su papá le haya hablado y en una situación que muy fácilmente podía ser malentendida, ah y no olvidemos sumar el hecho que dicha escena es con un hombre y supuestamente su papá no sabe de su orientación sexual. Y por otro está nuestro pequeño lindo porrista que si bien estaba avergonzado por la escena frente a su suegro aun no suegro, no tenía ni la mínima intensión de salir de su escondite—el cuello de su novio aún no novio— y al sentir a Heeseung quieto pues no le daba indicios que no le gustase así que una idea un poco vergonzosa se asomó a su cabecita.

Comenzó con un pequeño pico, sintió al pelinegro tensarse, pero aún sin quejarse así que siguió. Olió el aroma a jabón que tenía por su reciente ducha. Uno, dos, tres besos, y así siguió por un intervalo de diez segundos más a la piel de cuello que tenía al alcance, consiguiendo un suspiro ronco cuando se atrevió a morder.

---¿Qué crees que haces eh?--- vibró la voz del pelinegro en un tono más bajo.

A implorar al Dios Gay.

Sin responder, atrapó entre sus labios el lóbulo de la oreja y jugueteó con ella.

De un segundo a otro tenía la espalda pegada al suelo y a una bestia mirándolo profundamente. Parpadeó coqueto.

Lo vió gruñir.

---Mírate. Sabiendo que estoy loco por ti y haciendo esto. ¿A qué juegas, Darling?

Padre debo confesarle que tengo pensamientos impuros.

Maquino rápidamente en su mente y prosiguió a conectar miradas, cerró los ojos y suspiró derritiéndose cual gelatina. Sonrió al escuchar otro gruñido.

«Rawr»

Ni le dio tiempo de reírse por su pensamiento repentino al sentir como el chico sobre él hacía el amago de querer levantarse.

---También me gustas, Lee Heeseung.--- Sin dejarlo responder, lo besó.

Salta sobre mí [Heewon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora