capítulo 4

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Ahora mismo se encontraban en el pueblo de la montaña, luego de haber tomado un merecido descanso en la posada del pueblo y haber regresado al primer día. Escalaron las faldas de las montañas nevadas y ahora estaban explorando los alrededores del pueblo. Llegaron al refugio donde los gorons estaban encerrados e intentando mantener el calor, aunque un llanto estresante estaba resonando en el lugar

Taya: ah! Por los odas, Callen a ese bebé! -se quejó mientras tambaleaba un poco, reposando en el hombro de Link

Goron: eso es lo que intentamos, pero no ha dejado de llorar desde que su padre se fue

__: yo tampoco lo soporto... Tengo paciencia, pero no lo suficiente como para escuchar tales gritos...

Link: y diganme, saben en dónde se encuentra el señor?

Goron: por ahora no, solo sabemos que salió, así que debe estar afuera del pueblo, aunque con este frio, no sé si se encuentre bien...

Link: yo me encargaré de encontrarlo, no se preocupen -caminó hacia atrás y puso su mano en el brazo de la chica- espérame aquí, busca la manera de tranquilizar al bebé

__: crees que tengo el conocimiento oara hacerlo?! Hace mucho no trato con bebés

Link: ... Si digo lo que pienso, probablemente cause un conflicto entre tú y yo ahora mismo... -su mirada se puso en los pies de ella, dando a entender a qué se refería él

__: ... Tú... -su mano temblorosa lo señaló con duda y sorpresa, jamás esperaba esos pensamientos de su héroe, aunque era algo obvio, tomando en cuenta la época a la que pertenece

Link: solo encárgate de eso, por favor, yo iré a ayudar al padre del niño

Taya: yo te acompañaré! Así no tendré que escuchar a ese bebé llorón y molesto!

__: solo tengan mucho cuidado con el frio! -el héroe levantó el pulgar y salió del sitio, dejando sola a la chica en esa caverna congelada- bien... En donde está?

Los gorons la llevaron al segundo piso y le mostraron al pequeño llorón, quien yacía sobre una cama de piedra, su rostro estaba complemanten humedo por las lágrimas del llanto incesable

__: a ver, pequeño, qué sucedió? Por qué lloras? -se acercó lentamente a él, inclinandose sobre sus pies y apoyando sus rodillas

Bebé: mi papá... Quiero a mi papi... -dicho esto, volvió a gritar de tristeza, mojando su rostro una vez más

__: agh... -se cubrió los oídos y cerró sus ojos, su paciencia se estaba poniendo a prueba, por lo que suspiró y se sentó a su lado- sabes? Yo también quiero a mi papi...

Bebé: tú eres una anciana, no sabes sobre eso! -la expresión de la joven se convirtió a uno de sorpresa y enojo

__: perdón?!... -se aclaró la garganta- yo solo tengo 17 años

Bebé: eres una adulta, una anciana

__: pero eso no significa que yo no extrañe a mi papá! -el bebé se quedó impresionado ante la voz alta de la chica y sus palabras- yo... No pertenezco a este mundo, y extraño mucho a mi papá, y créeme que quiero echarme a llorar igual que tú

Bebé: pero no puedes, eso solo lo hacen los bebés

__: y también los adultos. Cuando algo no sale como esperamos o la situación se nos va de las manos, lo que queremos hacer es hacernos bolita en el suelo y llorar, esperando a ser consolados... Pero no podemos, porque depende de nosotros salir adelante

El pequeño estaba observando a la chica con atención, su llanto se había detenido y simplemente escuchaba las verdades que esta le decía. Su voz suave y reconfortante hizo que el goron menor la escuchara

Simple And Clean [(Link y tú)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora