🌹CAPÍTULO 24 ANIMAL🌹

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-suéltame

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-suéltame

Exijo al animal que besa mi cuello y toca mis pechos desenfrenadamente

-tú no quieres que te suelte

Me enoja la seguridad de este energúmeno, pero lo que más me molesta es que tiene razón

Siento como su mano se acerca poco a poco a mi entrepierna y empiezo a temblar, él sabe como controlar cada parte de mi cuerpo y se aprovecha de eso

-no es justo

Le digo en susurro rendida debajo de él y el idiota solo sonríe mientras introduce un segundo dedo dentro de mí

Esos malditos dedos que hacen magia y me hacen ver estrellita

-¿quién carajos en  Johnny??

Me pregunta y no puedo evitar reírme, es increíble su Nivel de posesividad

-un chico muy guapo que conocí en un bar

Como si fuera un trapo me da vuelta y el cinturón empieza a lastimar mis muñecas, levanta mi culo a la altura de su pelvis rozándome con su bragueta

-¿recuerdas lo que pasó la última vez que se te ocurrió darme celos? Bonita

Empieza a entrar en pánico al recordar que no me puede sentar en una semana

Intento desatarme y alejarme de él, pero solo logro rozarme más a él y que mis muñecas se pongan rojas y se intensifique el dolor, pero sigo intentando hasta que recibo unan nalgada tan fuerte que me hace parar

-maldito animal

Le grito mientras intento cerrar mis piernas para que no vea lo mojada que estoy

Siento su lengua y mi canal y pierdo las fuerzas de mis piernas y todo el razonamiento de mi cabeza, si es que alguna vez lo tuve

Me lleva al orgasmo y siento como mis ojos se vuelven blancos mientras me corro

-¿quién carajos es Johnny??

Algo me dice que le diga la verdad, pero me encanta hacerlo rabiar, que sienta lo que yo sentí al verlo con esa pelirroja,  así que solo me rio

-tú, te lo buscaste

Mi sonrisa se borra cuando siento como me penetra anualmente

Siento que me va a partir por la forma tan brusca en la que me penetra

-para

Le suplico, aunque no quiero que lo haga, pero siento que me va a desgarrar

-vas a pensarlo dos veces antes de volverme a provocar y a tan siquiera pensar en otro hombre que no sea yo

Sus embestidas eran cada vez más salvajes como si quisiera apagar su enojo

Perdí la cuenta de cuantas veces me he corrido, ya no me quedan fuerzas y él solo sigue sin apiadarse de mi pobre cuerpecito

Drax russo : mia o de nadie ( en edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora