Seonghwa era un chico muy lindo y amable, algo que hacia que todos en el colegio lo amaran, sin embargo eso cambiaría al notar como el chico que le gusta sufre de abusos y golpes.
¿Qué tan lejos llegaría Seonghwa por la persona que tanto ama en secr...
Los pasillos de aquel supermercado estaban realmente vacíos, siendo únicamente la música clásica de fondo y los sonidos de las pisadas de las botas de Hongjoong, quien caminaba tranquilamente con una canastilla en mano, todo parecía estar normal, pero desde hace un par de cuadras atrás que salió del pequeño apartamento en el vivía fugitivo junto a Seonghwa se sentía inseguro, como si algo o alguien lo estuviera siguiendo, trato de distraerse escogiendo entre los alimentos enlatados que estaban sobre los mostradores, pero para su desgracia lo que buscaba estaba en uno de los anaqueles de hasta arriba, trato de distintas maneras de alcanzarlo y comenzaba a darse por vencido, pero justo una presencia que él no conocía se había acercado hasta él y sin pedirlo le había ayudado a bajar lo que tanto quería, lentamente bajo su brazo y le tendió aquella lata a un peliazul que lo miraba extrañado, el sujeto, quien no parecía pasar de los 28 le sonrió de una manera medio siniestra, algo que había provocado una sensación de miedo en el más bajo.
ㅡBuen gusto ㅡdijo el sujeto sin soltar la lata que ya sostenía Hongjoong con su mano.
Aquel tipo sin pudor alguno sostuvo la mano de Hongjoong haciendo soltar la lata en el proceso, Hongjoong se mostraba sockeado por aquella reacción extraña, pero cuando escucharon más voces acercarse el peliazul se zafó del agarré y salió del pasillo sin importar nada, camino a prisa para salír de aquel supermercado mientras volteaba a todos lados.
Su respiración era irregular, caminaba sin detenerse un momento, lo unico que quería era llegar a casa lo más pronto posible, incluso se cruzaba las calles corriendo, sin importar si el auto estaba cerca o no de arrollarlo. Al visulizar el edificio donde se encontraba el departamento apresuro más su caminar, ingreso a éste rápidamente para subir las escaleras hasta el tercer piso. Llegó sin aliento hasta el piso, abrió la puerta del departamento e ingreso a éste, cerrando la puerta detrás suyo, dejando su cuerpo resbalarse por la fría puerta de metal mientras doblaba sus rodillas y se abrazaba a ellas. Trato de calmarse, aún se sentía con una sensación de miedo y terror, su cuerpo aún temblaba ligeramente y esperaba que aquello pasara pronto. Levantó la cabeza lentamente para observar a su alrededor: el departamento donde vivían era bastante simple y triste, con sus cuatro paredes pintadas de gris, sus muebles viejos y con colores apagados y desgastados, el lugar era bastante pequeño y frío, pero con la simple presencia de Seonghwa podía jurar que aquel triste y frío lugar se volvía el más cálido y agradable del planeta entero, porque sin importar el pasado y esa personalidad psicopata de su pareja él lo amaba bastante, fueron 5 meses desde que ellos habían huido de esa escena del crimen, mismo tiempo donde habían logrado conseguir ese lugar bastante accesible en dinero y espacio para ellos dos, pero no solo eso, fueron esos 5 meses suficientes para que Hongjoong cayera rendido ante la personalidad atenta, amorosa y linda que mantenía Seonghwa todo el tiempo consigo, sin mencionar que el rubio era el hombre más hermoso que había visto alguna vez, imposible no enamorarse profundamente de él. Ellos habían empezado de cero en un prueblo bastante alejado de todos, incluso el pueblito no era muy conocido y eso en parte los beneficiaba, sin importar que no estuviesen siendo perseguidos por la justicia, información que Seonghwa obtenía de un viejo colega.
