Parte tres

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Un taxi que se encontró por el camino mientras huía cobardemente de la situación en la qué deberían estar juzgandolo ahora mismo, lo llevó de regreso a la cuidad.

Pero pensaba tranquilamente de que su lindo novio no era capaz de siquiera insultarlo. Y mientras más pensaba, más absurdo era la idea de su molestia acerca de las prendas que Yoongi le gustaba usar. Por dios ¡El ya lo sabía!. ¿Cómo lo sabía?. Fácil, Yoongi era demasiado torpe en guardar su ropa, pues más de una ves había visto incluso bragas mal acomodadas en su ropero. Pero ese no era el principal problema.

Jimin no se consideraba un novio amable y tierno como lo catalogaba Yoongi. No le molestaba, pues solamente era un considerado novio. No era su problema que el no supiera cómo era en realidad.

¿Y cómo era Jimin en realidad?.

El taxi ya se había detenido al lugar donde quería ir - Llegamos, chico.

Jimin parpadeó dándose cuenta que no cargaba su billetera. El conductor lo miraba atentamente y desesperado. El ya sabía que no traía dinero para pagar pues simplemente usaba ropa de gimnasio. A Jimin le resultó divertido.

- Tranquilo, viejo - Se quitó el Rolex de su muñeca y se lo aventó al conductor, el lo agarró sorprendido y con ojos brillando de ambición. Jimin sonrió mientras negaba - Todos son unos perros ambiciosos.

El conductor no dijo nada, demasiado emocionado por un reloj caro. Ya se imaginaba los dólares que pagarían por el.

Jimin se detuvo frente al complejo de departamentos. Ya conocía excelente el lugar, el portero lo dejó entrar como si nada, pues el ya sabía a qué venía y a quien vería.

El tercer piso fue donde salió para ir al final del pasillo y tocar la puerta con el número № 34.

Un sonriente chico lo recibió mientras lo hacía pasar - ¡Jimin!. Que bueno que viniste. Creí que ya te habías olvidado de mi.

Jimin sonrió y lo atrajo a su cuerpo para darle un beso largo y descuidado. Al final, cuando ambos quedaron completamente satisfechos, Jimin le dijo - Nunca me he olvidado de ti ni por un segundo, cariño.

El chico lo miró por un segundo, antes de alejarse y cruzar los brazos sobre su pecho - Pues no lo parece. ¡Tiene tres días que no nos vemos, Jimin!. Ni siquiera un mensaje o llamada te dignas en hacer.

- Hoseok, sabes lo que pienso acerca de este comportamiento - Jimin le recordó. Como cada vez que se reunían - No me gusta que me estés molestando cuando esté ocupado.

La fuerte voz de Hoseok se escuchó por todo el departamento. Sonaba enojada y ofendida - ¡¿Ocupado?!. Si, de seguro con el estúpido de Yoongi.

Jimin no hizo nada. Sólo lo miró tranquilamente - Tu sabías cuál era tu lugar si seguíamos con esto.

- Pues ya no me esta gustando ser tu juguete desechable - Hoseok gruñó fastidiado.

- Tienes mejor autoestima que esto, Hobi - Jimin dijo honestamente - Pero si esto te hace sentir mejor, terminaré con Yoongi.

Ahí estaba, la radiante sonrisa de Hoseok - ¿Lo dices en serio?

Jimin asintió acomodándose ahora en el sofá afelpado - Si. Aunque es una pena. Yoongi es un chico excelente y muy bueno en la cama pero, ya me aburrió.

Hoseok no ocultó lo feliz que se sentía al escuchar esas palabras - Entonces... porque mejor no celebramos tu futura soltería - El caminó hasta Jimin y se sentó en su regazo.

- ¿Si? ¿Según tú cómo? - Pero Jimin ya estaba acariciando los delgados muslos de Hoseok, y terminando por subirlas a su trasero.

- Vamos a mi habitación y te lo demostraré - Hoseok le plantó un último beso y rápidamente corrió a su habitación.

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