I'm not sorry

Parte dos

Jeon JungKook era un hombre de 40 años. A pesar de la edad, era extremadamente guapo y su singular atractivo era su porte elegante e intimidante. Era una persona que le gustaba el orden, el mando, el poder, la perfección. Le gustaba ser quien tuviera el jodido mundo a sus pies. El lo tenía.

Se había casado joven, a la edad de su único hijo. 20 años y ya gobernaba el imperio de su difunto padre. Park ShinHye fue un descuido de su vida. No tenía planeado comprometerse ni cargar con la vida de un hombre casado. Pero lamentablemente, las últimas palabras de su padre le dijeron que necesitaba un varón heredero y seguir con las tradiciones de la familia Jeon. JungKook lo consideraba algo absurdo.

En sus años de juventud, JungKook conoció a ShinHye en una fiesta de fraternidad, al que habían terminado en la cama. La atracción era fuerte que después de ese encuentro, hubieron mas y más, a tal grado que ambos se volvieron cercanos. JungKook reconocía el encanto de ShinHye. Era una mujer sumamente hermosa y amable. Tenía una carisma y elegancia envidiable.

Desgraciadamente, un día, ella terminó olvidando la pastilla de emergencia. Dando así el inicio de un embarazo inesperado. Ella lloró desconsoladamente entre sus brazos, cuando llegó a su casa diciendo que sus padres la habían corrido ante su insolencia e irresponsabilidad. Su padre había muerto ya seis meses después y sus palabras aún estaban frescas en su mente. "Un heredero".

JungKook no culpó a ShinHye. Tampoco la rechazó o la corrió de su casa. JungKook solo era un crío que apenas estaba comenzando con la vida de un hombre adulto y sobre llevar una enorme empresa. Pero nadie esperaba que Jeon JungKook fuera un afortunado e inteligente hombre de negocios.

Se casaron después del nacimiento de Jimin. Ella le agradecía infinitamente por su "sacrificio" pero JungKook solo pudo negarse ante eso. El era un hombre de palabra. Un Jeon. El pensó que talvez con el tiempo se llegaría a enamorar de ella. Lamentablemente no funcionó para el, pero ShinHye, ella se había enamorado profundamente de él. JungKook no pudo corresponder sus sentimientos, pero tampoco fue un esposo infiel. Se mantuvo alejado de la vida adultera y se dedicó a su negocio y a Jimin.

Con el paso del tiempo, ShinHye entendió que JungKook nunca la amaría. No insistió más.

El matrimonio siguió adelante. Ambos dando atención y cariño a su único hijo. Años pasaron, talvez lo suficiente para que los verdaderos problemas empezaran. ShinHye se enfermó gravemente cuando Jimin cumplió sus 13 años. Su confirmación era de un tumor cerebral inoperable. Una tarde de diciembre, cuando la nieve empezaba a caer sobre Seúl, ShinHye partió de este mundo.

JungKook supo que las cosas serían diferentes ahora. Solo Jimin y el, solos. Sin duda ShinHye fue el complemento, la pieza faltante del rompecabeza para la familia. Y su pérdida, era sin duda, tan difícil de sobre llevar.

[...]

— Compermiso, señor Jeon — May entró con una gran charola entre sus manos. El desayunó favorito de JungKook. Siempre acostumbrado a desayunar en su oficina. Ella le dedicó una gran sonrisa mientras colocaba la charola en el escritorio — Hoy es un hermoso día ¿Verdad?.

JungKook la miró confundido mientras bebía un sorbo de café — Supongo que si ¿Ya despertó Jimin?.

May asintió despacio — Si, salió a correr temprano. Al joven Jimin nunca se le quitará esa costumbre.

— Me imagino — Contestó JungKook y agregó casualmente — ¿Y Yoongi?.

Ella sonrió con picardia. Soltó una risilla — Creo que aún esta en cama ¿Quiere ir a comprobarlo?.

JungKook frunció el ceño, con la mirada sorprendida — ¿De qué hablas, May?.

— Vamos, jefecito. Todos vimos que ese chico te llamó la atención — May alzó sus cejas con burla. Ella no era ciega. Había notado las miradas lascivas de JungKook y siendo correspondidos por Yoongi.