extra

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Yeonjun iba a matarlo. Beomgyu debía tener las bolas más grandes del mundo para venir a despertar a su amigo a las seis de la mañana. ¡Pero qué opciones tenía! Era su cumpleaños, por Dios, y Beomgyu quería pasarlo con él a cada segundo posible. Así que allí estaba, colándose por la ventana de su habitación como Yeonjun solía hacerlo en la suya, con una mochila repleta de chucherías y regalos para su amigo.

Tras luchar como por cinco minutos con el seguro de la ventana, por fin entró con cautela de no hacer mucho ruido. Por suerte, Yeonjun tenía el sueño algo pesado, y según Beomgyu tenía entendido había durado hasta las 2 de la madrugada haciendo una tarea de aerodinámica. Síp, su amigo estaba trasnochado y él venía a despertarlo súper hiper mega temprano por el mero capricho de ser el primero en felicitarlo; demándenlo.

Yeonjun dormía plácidamente en su cama, enrollado en sus sábanas y abrazando su almohada con ambos brazos. Se veía tan pasivo. Si Beomgyu no supiera que ese hombre era en realidad un maldito pervertido dominante con una polla de casi 20 cm, él de verdad que lo tacharía de sumiso a veces.

Se sentó en la cama y le acarició el cabello que ahora estaba largo, llegándole hasta la nuca y de negro con reflejos castaños. Yeonjun amaba teñirse su cabello y cambiar de peinado a cada rato, y lo peor es que todo le quedaba de maravilla.

Se veía tan tranquilo...

— ¡CHOI YEONJUN! —le gritó en la pata de la oreja.

Yeonjun se sobresaltó y se sentó de golpe asustado, gritando con horror al ver una silueta en su cuarto -a oscuras obviamente. Buscó una almohada a tientas y empezó a golpear a Beomgyu con ella.

- ¡INTRUSO! ¡MAMAAAA, UN INTRUSO! —gritó lanzándole la almohada y corriendo hasta el otro extremo de la habitación.

— ¡CARAJO, CHOI! ¡DÉJAME DORMIR! -respondió
Irene desde su alcoba.

- ¡PERO HAY UN VIOLADOR EN MI CUARTO!

- ¡PUES BIEN POR TI! ¡AHORA CÁLLATE!

Beomgyu se cubrió la boca para no reír demasiado alto. Casi podía ver a Yeonjun con un puchero por lo anti-parabólica que era su mamá cuando tenía sueño.

Se puso de pie y caminó hasta el encendedor de luz, la prendió y observó a Yeonjun parpadear para ajustar sus ojos a la iluminación.

Cuando enfocó hacia Beomgyu, la tensión en sus hombros desapareció con un largo suspiro de alivio.

Beomgyu sonrió y se acercó para dejar un beso en su babeada mejilla.

— Yo que me esfuerzo por ser detallista y tú gritas que soy un violador — murmuró negando con la cabeza.

Yeonjun se cruzó de brazos.

— ¿Detallista? ¿Te parece un detalle venir a mi casa a quién-sabe-qué horas de la madrugada, despertarme con un grito en el oído y darme el susto de mi puta vida? —cuestionó con sarcasmo.

Beomgyu se encogió de hombros y rebuscó en su mochila, sacando una caja de regalo envuelta en papel rosado. Yeonjun la miró con curiosidad.

— Al menos, seré el primero en desearte feliz cumpleaños, Yeonjunnie.

Yeonjun sonrió y dejó un beso en su mejilla también, tomando la caja de regalo y sentándose en la cama para abrirla con mucho cuidado de no romper el papel.

— A pesar del susto a cagar y eso, me siento bastante especial ahora. —Comentó mientras abría la caja —. Incluso me dijiste Yeonjunnie.

— Es cosa de la ocasión, no te acostumbres. — Vio que Yeonjun sacaba su regalo y lo observaba con detenimiento —. ¿Te gusta?

Estrechez. 𓍢ִ໋🀦  YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora