quince

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Estaba en mi oficina, ya casi terminando mi jornada de trabajo, cuando decidí abrir los archivos que me había enviado Yuta. Me acomodé en mi silla, encendí mi computadora y conecte el USB dónde había descargado todos los archivos que me habia enviado Yuta en la mañana. Ese viejo bastardo me las va a pagar.

Con una mezcla de furia contenida y determinación, hice clic en el archivo adjunto. El documento se abrió lentamente, y mis ojos comenzaron a recorrer las primeras líneas. Los detalles eran contundentes: transacciones sospechosas, contratos amañados y testimonios que señalaban directamente al señor Capelletti, mi antiguo suegro.

Mientras leía, no pude evitar recordar cómo mi vida había cambiado tanto. Hace apenas unos meses, estaba comprometido con la hija de Capelletti y esperaba tener una participación significativa en la empresa familiar, ayudándolos a recuperarse de todas las pérdidas que tuvieron años atras. Pero todo se fue a la mierda cuando Rossa y el vejestorio de su padre abusaron de mi confianza y amabilidad, rompí el compromiso, y ahora, en lugar de ser mi futuro socio, Capelletti es quien me va a llevar a juicio por romper también el contrato.

Al menos me di cuenta a tiempo y me ahorre vivir en el miseria al lado de Rossa y su familia. Pensé.

Con cada palabra que leía, mi ira crecía. Sabía que estas evidencias eran mi única oportunidad para asegurarme de que Capelletti pagara por sus actos y, al mismo tiempo, proteger mi propia reputación en el juicio. Sumido en estos pensamientos, casi no escuché cuando Kun, entró en la oficina.

-Jaehyun, ¿te vas a quedar hasta tarde? -preguntó Kun, con una mirada de preocupación.

Levanté la vista, con el ceño fruncido y una expresión de determinación en mi rostro.

-Kun, tenemos lo que necesitábamos -respondí, señalando la pantalla de mi computadora-. Yuta ha encontrado pruebas de que Capelletti está involucrado en negocios sucios.

Kun se acercó y comenzó a leer el documento. Su expresión cambió de curiosidad a satisfacción en cuestión de segundos.

-Sabía que Yuta era la persona correcta para esto. Pero debo admitir que no estaba seguro de que encontraría algo que nos sirviera tanto, me alegro de que lo hayamos contactado. -dijo Kun, con un tono de alivio.

Asentí, mi mirada fija en el documento.

-Capelletti pensó que podía salir impune después de todo lo que hizo. Pero con estas pruebas, puedo demostrar su culpabilidad y asegurarme de que no me moleste nunca más.

Kun asintió, su rostro reflejando la misma determinación que yo sentía.

-Ya sabes que cuentas conmigo, no por nada soy el mejor abogado que vas a conocer. Vamos a asegurarnos de que ese viejo no nos vuelva a molestar nunca más.

Asentí con una sonrisa en mi rostro, agradecido por el apoyo de Kun. Sabía que los días siguientes serían difíciles, pero estaba decidido a sacar a esa porquería de mi vida.


















Estaba sentado en el sillón del penthouse, mirando por la ventana la ciudad iluminada. Mi mente estaba en otra parte, reviviendo la última conversación que tuve con Jaehyun. Sus palabras resonaban en mi cabeza: "Por favor, dame otra oportunidad, bebé. Déjame hacer las cosas bien esta vez." Había escuchado esas promesas antes, pero esta vez, ya no podía esperar más. Me sentía agotado emocionalmente.

Mientras miraba como comenzaba a atardecer, pensé en todo lo que había pasado desde que conocí a Jaehyun. Desde nuestra "amistad" en la escuela hasta el momento en que me di cuenta de que estaba enamorado de mi mejor amigo. A pesar de que Jaehyun no compartía los mismos sentimientos, siempre estuve ahí para él, incluso cuando se comprometió con su ex prometida.

¿Por qué siempre espero algo que nunca va a suceder?

Pensaba, sintiendo una mezcla de tristeza y resignación. Estaba cansado de ser herido una y otra vez, de vivir con la esperanza de que algún día Jaehyun cambiara. En nuestra última conversación, había sido honesto, tal vez por primera vez, sobre lo cansado que estaba de esperar.

"Estoy cansado de esperarte, Jaehyun. ¿Hasta cuándo tendré que hacerlo? Estoy agotado. Voy a recostarme un rato, permiso." le dije, mi voz llena de dolor y frustración.

En ese momento, la puerta del penthouse se abrió y Jaehyun entró, luciendo agotado. Giré la cabeza para mirarlo, mi expresión seria.

— Taeyong -dijo Jaehyun, cerrando la puerta tras de sí. — Necesito hablar contigo.

Me mantuve en silencio por un momento, mis pensamientos aún revueltos por lo que había estado reflexionando. Finalmente, me levanté del sillón y me acerqué a Jaehyun.

-¿Sobre qué? -pregunté, mi voz fría pero temblorosa por la tensión acumulada.

Jaehyun me miró directamente a los ojos, notando la barrera que había levantado entre los dos.

— Sobre lo que hablamos la última vez. Entiendo que estés cansado y que no quieras esperar más. Pero hoy, después de lo que pasó en el trabajo, me di cuenta de algo importante.

Fruncí el ceño, tratando de mantenerme firme.

— ¿Qué cosa, Jaehyun?

Jaehyun tomó un respiro profundo.

— Hoy, revisando las pruebas contra el padre de Rossa, me di cuenta de la clase de personas que eran él y Rossa. Estoy agradecido de haberlo descubierto antes de que fuera demasiado tarde, pero me siento un poco avergonzado por haber sido tan ingenuo, haber creído en ellos y haber amado a alguien como Rossa que no merecía nada de mi confianza.

Lo miré con una mezcla de sorpresa y empatía, viendo la honestidad en sus ojos.

— ¿Y qué tiene que ver eso conmigo? -pregunté, aunque ya intuía la respuesta.

Jaehyun dio un paso más cerca, su voz llena de sinceridad.

— Me di cuenta de que he estado ciego a lo que realmente importa. Que tú has estado aquí para mí todo este tiempo, y te he fallado al no ver lo que realmente significas para mí. No estoy pidiéndote que esperes más, Taeyong. Te estoy pidiendo una oportunidad para demostrarte que puedo ser el hombre que mereces.

Se acercó aún más, envolviéndome en un abrazo. Sentí la calidez de su cuerpo y cómo su corazón latía rápidamente. Era un contacto que siempre había disfrutado y que anhelaba cuando no estaba, pero que ahora me resultaba doloroso.

— Jaehyun, he escuchado eso antes. ¿Qué hace que esta vez sea diferente? —pregunté, tratando de no dejarme llevar por mis emociones.

Él apretó más el abrazo, descansando su frente contra la mía.

—Porque esta vez, sé lo que está en juego. Sé lo que puedo perder, y no estoy dispuesto a arriesgarlo. Si me das esta oportunidad, no te defraudaré, bebé. No te vayas todavía, quédate conmigo un poco más para poder solucionar todo.

Cerré los ojos por un momento, dejando que sus palabras hicieran efecto en mí. Cuando los abrí de nuevo, vi el amor y el arrepentimiento en sus ojos. Tal vez, solo tal vez, esta vez sería diferente.

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⏰ Última actualización: Sep 05 ⏰

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