catorce

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Estaba en mi oficina, tecleando rápidamente en mi computadora respuestas breves a cada uno de los correos que tenía. Kun me había estado molestando con que tenía trabajo acumulado, pero no pense que tanto, tenía mi correo repletos de mensajes, pero estaba buscando uno en específico, el de Nakamoto Yuta, un viejo amigo e  investigador que se  especializa en fichar a personas que están metidas en los negocios sucios, Kun fue el de la idea, en caso de que el Sr. Cappelletti nos llevara a juicio ya tendríamos las de ganar si encontrabas suficientes pruebas para culparlo por fraude y difamación. Me metí al correo y descargue todos los archivos que me envió Yuta a un USB, cuando todos se descargaron completamente y sin ningún problema guardo el USB en el bolsillo de mi saco y seguí revisando los correos correspondientes al trabajo.

Tenía algunos correos de hace al menos 5 meses sin responder y en uno de ellos estaba el nombre de Taeyong, lo abrí rápidamente y comencé a leer, se me rompió el corazón cuando me dí cuenta de que se trataba. Era una carta de agradecimiento, me estaba agradeciendo por hacer posible su sueño de ser un diseñador, pero ese no era problema, había una imagen donde se veían unos boletos de avión, Taeyong iba a venir a visitarlo y el ni siquiera vio sus mensajes. Al final de la carta decía que le estaba escribiendo por correo porque no sabía si su número seguía siendo el mismo. Fui una completa mierda con Taeyong.

Recordé la conversación que tuvimos ayer y se me arrugó el corazón, tengo que recompensar a Taeyong por todo la mierda que le hice pasar, estoy consciente de que no me quiere hablar y que no lo puedo obligar a hacerlo, pero tampones me puedo quedar indiferente sin hacer nada hasta que Taeyong se vaya de nuevo a Busán. Apenas había terminado de reflexionar sobre eso cuando la puerta de mi oficina se abrió de golpe. Entró el Sr. Cappelletti, visiblemente furioso seguido de mi secretaria echa un manojo de nervios diciendole que no debía entrar porque yo estaba ocupado y no estaba permitido. Pobre mujer.

— ¡Jaehyun! ¿Qué significa esto? ¿Cómo te atreves a cancelar nuestro trato? — Gritó, sin siquiera tener la decencia de saludar.

Me levanté bruscamente de mi silla, tratando de mantener la calma. Sabía que esto iba a suceder. —Señorita Kim, está todo bien. Vuelva a su lugar de trabajo, por favor. — Ella hizo una reverencia torpemente hacia los dos y salió cerrando la puerta suavemente. Dirigí mi mirada hacia el Sr. Cappelletti, se le veía muy furioso, voy a jugar un poco con su paciencia. — ¿En qué lo puedo ayudar "vejestorio"? ¿Vino a quejarse por qué rompí el compromiso con su hija o por qué cancele el trato de las acciones? Soy todo oídos.

— Tu sabes por lo que vine aquí. Exijo una explicación. ¡Me prometiste una gran parte de las acciones de tu empresa! — Dijo, su voz temblando de ira.

Crucé los brazos y lo mire fijamente alzando una ceja. — Entonces ¿le importan más los negocios que su propia hija? Además, eso fue antes de descubrir tus asuntos ilegales. No puedo asociarme con alguien que pone en riesgo la reputación y el futuro de mi compañía. — Ni siquiera abrí los archivos que descargue, pero si eran tantos definitivamente el viejo está metido en mierdas ilegales.

— ¡No sabes de lo que estás hablando! Mis negocios son legítimos. Esto es una excusa barata para echarte atrás— Replicó, avanzando un paso hacia mí.

¿Excusas? Maldito vejestorio.

Mi paciencia estaba llegando al límite. — No es solo por tus actividades ilegales, Sr. Cappelletti. Lo que dijiste sobre Taeyong es inaceptable y fue la gota que colmó el vaso. No puedo trabajar con alguien que se expresa así de las personas que amo.

Sus ojos se entrecerraron con furia y disgusto. — ¿Así es como manejas los negocios, Jaehyun? ¿Me traicionas por un malentendido? Ese marica se merecia esas palabras.

— Y todavía tienes el maldito descaro de decir que fue un malentendido. — Le dije, sin inmutarme. —La empresa es mi responsabilidad, y debo tomar las mejores decisiones con respecto a lo que hago con ella y las acciones. Además, ya no pasaré por alto las actitudes de su hija, para que le quede claro ya no habrá ninguna boba.

— Esto no quedará así, Jaehyun. Me aseguraré de que te arrepientas de esta decisión— Amenazó, su voz llena de veneno.

— Haga lo que considere necesario, bastardo. Ya veremos quién tiene las de ganar. — Respondí firmemente.

Sin decir otra palabra, giró sobre sus talones y salió de mi oficina, dejando la puerta abierta de golpe. —Te arrepentirás, Jaehyun. Esto no ha terminado. — Gritó mientras se alejaba.

Suspiré profundamente, volviendo a sentarme, lidiar con ese viejo será peor de lo que pensaba. Por ahora debo concentrarme en arreglar las cosas con Taeyong, necesito que confíe en mi, pero eso será poco a poco.

Ya veremos lo que pasa.

マ y, ¿si fuera ella?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora