En esta historia, nuestro Protagonista morirá y reencarnara en otro mundo (Osea lo típico de mis historias). Pero un poco diferente ya que no tendrá idea de dónde se encuentra ahora mismo.
¿Un mundo normal donde existen Demonios y dioses? ¿Una guer...
Takigawa: ¿Enserio? ¿Tu gran plan es informar todo a tu padre?
Levantando una ceja en duda, Takigawa miro detenidamente la pantalla del celular de Arthur.
Aunque no lo mostrara, estaba un poco nervioso por dentro ya que si el dios de la guerra se enteraba de esto podía complicar más las cosas... O puede que incluso ya lo supiera.
Arthur: No, ¿Como crees? Es más fácil usar tus contactos para saber lo que quieres y no meter a mi padre en esto.
Takegawa: Tu... ¿Eres realmente un idiota?
Arthur: La pregunta ofende.
Ambos se miraron fijamente durante unos segundos antes de que Arthur se escogiera de hombros.
Arthur: Bueno, que más da, eso podemos discutirlo luego, por ahora concentramos en co...mer...
La voz de Arthur se fue apagando cuando noto que la carne que se estaba cociendo termino quemándose debido a la poca atención qué le dieron, pasándose así del tiempo necesario.
Takegawa: Qué desperdicio...
Arthur: Cuanta crueldad...
Mientras el dúo se arrepentía de haber dejado qué la jugosa carne se quemara, no notaron como alguien se detenía al lado de ambos.
???: Vaya, ¿Son ustedes dos?
Al escuchar la voz femenina a su lado, Takigawa y Arthur miraron al mismo tiempo a la persona.
Con largo cabello negro brillante, ojos verdes jade y un lunar debajo de estos. La mujer que vestía un traje apretado qué resaltaba sus grandes atributos atrajo naturalmente la mirada de todos en el lugar.
Takigawa: ¿Hasewaga-sensei?
Chisato: ¿Les importa si los acompaño?
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Arthur: No hay problema.
Takewaga: Adelante, siéntese, siéntese.
Takewaga se movió de su asiento para brindarle el suyo a la hermosa mujer, pero esta simplemente lo ignoro y se sentó al lado izquierdo de Arthur.
Arthur: ¿Qué le trae por aquí?
Ignorando la mirada interrogativa de su compañero, el peli rubio centro su atención en la mujer a su lado.
Chisato: Había venido aquí para relajarme, pero los hombres de las demás mesas no dejaban de preguntarme si quieria comer con ellos... ¿Tan extraño es que una mujer venga a comer sola?
Arthur: No... en realidad...
Takegawa:... Creo que ellos tenían otros pensamientos en mente, sensei.
Encogiendose de hombros levemente, Chisato tomo un poco de carne de la parrilla y la coloco en su plato.
