Mi Esclavo †Modificado Capitulos†

II

Su nueva vida como jefe de una compañía, era más que perfecta, ganaba bastante bien, había madurado, ya no era un adolescente de hormonas alborotadas que menospreciaban a los demás, su vieja experiencia siempre lo acompañaba y eso lo había hecho cambiar.

Golpean la puerta, para luego una voz delicada avisará de un joven erizo que buscaba el puesto de secretario.

Shadow acepto, dejándolo pasar, elevo la mirada quedando sorprendido y el corazón acelerado, era idéntico a Sonic, sacudió su cabeza alejando aquellos pensamientos y poniendo atención a la entrevista de trabajo, su currículum era impecable apto para el trabajo, se levantó y con una sonrisa en sus labios le dio la bienvenida a su nuevo secretario "Jack".

La noche llego y Shadow no dejaba de pensar en el gran parecido de Jack y Sonic, las imágenes de este cuando estaba vivo y en las que estaba muerto se hicieron presentes en su mente, y las preguntas no se hicieron esperar, dejando confundido y enredado; estás preguntas se esfumaron cuando una enorme serpiente de la nada aparece asustando lo, duro horas intentando sacarla de su cama, y de su departamento.

A la mañana siguiente Jack se presento a trabajar bastante temprano para dar una muy buena impresión en su primer día, Shadow le mostró lo que tendría que realizar, dándole un recorrido por la empresa para que se familiarizara, aquella ordes Ruby no podían quitarle la mirada de encima a Jack, el gran parecido con Sonic era increíble y no lo podía creer, luego de explicarle los deberes, Shadow se retira a su oficina para seguir con sus deberes.

Al finalizar la jornada de trabajo, Jack termina de entregar unos documentos a Shadow, el cual los recibe y una extraña imagen de la criatura que hace tiempo lo acechaba se hizo presente, esto provoco que soltara los documentos; Jack solo lo miraba y se apresuró ayudarle para que se sentará y recuperará el aliento, se veía realmente mal, estaba pálido, su corazón estaba súper acelerado, jadeando y poniéndose frío, el erizo azul se alarmo y acercó un vaso de agua, tomándose lo de un solo sorbo,
alcanzando a ahogarse con el agua, mientras tosía Jack sobaba su espalda para intentar controlar su respiración ahogada.

(...)

El sol estaba en su color más vivo en lo alto del cielo, la salida de la mayoría de trabajadores, incluyendo la de Shadow, quien en el camino retorno a su hogar, se encontró con silver y melphis quienes venían de una tienda de boda, terminando los últimos detalles para su matrimonio, cruzaron palabras y cada quien siguió su rumbo, después de tanto tiempo su noviazgo se volvió algo serio, hasta llegar a tal punto de comprometerse para toda la vida.

La tarde fue calurosa pero llegada la noche, se volvía fría y desolada, como la mirada del erizo plateado, que no despegaba sus ojos de la luna en todo su esplendor, su luz chocaba con su rostro, junto con el aire frío que lo acompañaba.

Melphis dormía plácidamente, así que no corría peligro de que se diera cuenta de su ausencia en la cama, resoplaba con melancolía y desgracia, sabía que ya era hora, y eso le aterraba, cerró sus ojos con fuerza, pensando que era una pesadilla que cada noche vivía, un escalofrío recorrió su espalda al sentir la presencia de aquel ser, que con ansias lo miraba, abrió los ojos con pesadez encontrando los contrario encima suyo, se alarmo e intento huir de sus garras para evitar ser dañado nuevamente por él, fue en vano, aquel demonio de púas azules lo había atrapado entre sus garras, tapando su boca impidiendo cualquier sonido que despertara al otro - calla... Necesito alimento, o... prefieres ¿qué él lo sea? - susurro en su oído, estremeciendo al albino, que dándose por vencido como siempre es llevado a la terraza - sabes perfectamente que nuestro trato no incluye tus lloriqueos - hablo al notar las lágrimas de desesperación y ansiedad en el contrario.

- solo termina con esto de una buena vez.

- y dejar de ver tu sufrimiento ¡Nunca! Eso es lo más satisfactorio que he podido conseguir, no se te olvidé que por tu maldita culpa soy lo que soy, un demonio, si no fuera por ti aún seguiría vivo.