6.

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el sábado no hicimos nada más que meternos a la pileta, tomar mates y boludear. entonces había llegado el domnigo me desperté e hice mí rutina de mañana, hoy alguno de los chicos se iba a ir y parte de mí sabía que no iba a ser Zoe pero nunca se sabe, el hecho de que se podría llegar a ir me daba lástima.

— despestate, así vamos a desayunar dale — le dije a la rubia más joven de la casa

— no quiero, déjame dormir — me contesto ella frustrada

— te espero con el mate en la cocina, despertate —

— mhh — me respondió ella mientras se volvía a tapar y yo me fui de la habitación para prepararme el desayuno

— buendi — me dijo Bau a lo que yo le sonrei — ¿querés café?, estoy haciendo —

— no, gracias voy a hacer mate para mí y para Zoe — dije buscando mí termo — ¿y mí termo? — le dije mirándolo

— ni idea olí, creo que lo tenía Alan — me contestó mientras seguía preparando su café

— ¿agarro mí termo? ¿con el permiso de? — le pregunte indignada

— no sé amiga, no tengo nada que ver yo, anda a fijarte está allá con Rosina, Deni, el chino y Williams — dijo señalando al patio 

ahí fue cuando lo vi, el estaba muy feliz cebando mates con mí termo negro Stanley, yo abro la puerta y me dirijo hacía el

— hola olí — dijo animadamente Rosi haciendo que todos me miren y el morocho que me había robado el termo se quede duro

— hola Ro — dije yo sonriendole — escúchame una cosa Alan, ¿que carajo haces con mí termo? — me pare en frente de el que estaba sentado en una reposera

— ah, era tuyo no sabía — se hizo el desentendido

— mira si no vas a saber, ayer estuviste halagandomelo todo el dia — le dije indignada — yo no tengo drama en prestarlo, pero pedimelo, porque ahora yo quiero tomar mates y no puedo — le dije un poco cansada — para la próxima capo —

Williams se mantenía al margen de la situación, Martín y Deni compartían miradas y lo miraban a Alan fingiendo decepción mientras que Rosina me miraba sería y Alan, bueno, no sabía que decir

— perdón olí, ¿lo querés? — dijo arrepentido

— no tonto, ya está si yo no tengo drama en prestarlo — le dije y me di vuelta para irme, entrar a la casa y ponerme a charlar con Bau

— ay que exagerada, es un termo nada más — dijo una uruguaya al ver qué la morocha ya se había ido

— no Rosi, está bien lo que le dijo — le contesto
la rubia que estaba sentada al lado de ella

— a mí me roban el termo y saben el quilombo que armo — le dijo el chino a la uruguaya tratando de defender a su amiga

— total — le respondió la rubia asintiendo

— no, a mí me pareció re desubicada y un poco falsa — retruco la uruguaya

— pero, ¿por que Rosi? — pregunto el de Chivilcoy curioso — si tiene razón, aparte no es la gran cosa —

— y porque si, muy falso todo —

— yo no pienso así, pero bueno — le contesto el chino ganándose un asiento de parte de todos menos de Rosina.

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𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐯𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora