Cap 45

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Taehyung.

—Cómo puedes estar tan caliente, y luego mentirme—jale un poco su cabello, odiaba que me viera la cara y no fuera sincera conmigo, como yo lo era.

Aun así, arremetí que sus espasmos estaban a nada de correrse y estaba decido que esta noche debería ser así, ella debía entender que todo está bien entre nosotros ¿Lo está? no entendía a donde quería llevar todo esto, yo podría ser un hijo de puta, pero ella debía comprender que no iba a cambiar, pero podía contar conmigo. Aun ante los demás era todo lo opuesto, amaba ser la peor escoria y que temieran a cada puto paso que daba.

Pero ella debía desechar cualquier idea de su cabeza hueca.

Que no iba existir un cuento de hadas, pero si la necesaria para que ella quitara esas telarañas, era tiempo de cambiar, y ella debía sacar lo que era, y darle provecho de ello que yo ofrecía así sean migajas era buenas para ella. Y en estas paredes le mostraba otra cara de mí.

—Todo esto es mío, mío —arremetí en lo más profundo de su canal, y ella mordió la almohada la cual se encontraba totalmente mojada por su propia saliva, y no le iba a dar la oportunidad de montarme, era una loba mala y claro alteraba mi salud con solo verle las tetas rebotar, era mejor tenerla en esta posición.

Intento verme de reojo ante la incomodidad de tener todo mi peso en su frágil espalda, pero esto es tuyo loba siéntelo, su mirada lo decía todo, y debía darme asco que esos ojos me vieran, lo que era claro, no estaba quedando nada de aquel color azulado que repudiaba, y eso empezaba a excitarme, su enojo provoca que sus pupilas dilataran y que mi misma verga se hinchara por completo.

Sus fluidos han empapado las sabanas y la muy mentirosa, negaba que no estaba tan caliente, deslice mis dedos y frote su clítoris que pellizque y ella abrió la boca, su boca que me relamí los labios y busque de ella para beber.

Jugué con su lengua y me correspondió debía enfurecerme por su hipocresía no podía cuando mi sofoco ardía por partirla más, ella no controla su respiración y era inicio que estaba por terminar, me embravece mas con su cuerpo y dos embestidas en ella grito mordiéndose los labios al punto de llegar, cuando su orgasmo llegó, sonríe divertido porque mi verga había logrado que se corriera.

Yo era el dueño de sus orgasmos, el único que la veía desnuda y como se pone caliente comiendome.

La mocosa resuelto buena, esa misma mocosa que venía a mi casa, ahora grita como una loba en celo.

Dejé mi mano con todo su peso en su columna y empuje que no se moviera, Salí de ella y arremetí de nuevo, empujando su cuerpo como una estúpida muñeca de trapo. Escuché una maldición de su parte aun agotada y perdida sin razón la sometí del cual intentaba seguirme el paso.

—no paras de chorrear —mi tono ronco salió y ella se estremeció, cuando tome su pierna izquierda y gire su cuerpo boca arriba.

Verla de esa manera aumentaba mas mi apetito, y ella sabía que yo podría cogérmela toda la noche sin detenerme, y controlar mis pelotas en no vaciarse aún, pero ella se estaba poniendo tan sensible, que me seco la garganta, pase mis dedos por mi lengua, y los lleve para palmar su sexo con fuerza, ella respingo y sus ojos no sabían en qué dirección mirar.

Yo era le único que podía llevarla de esa manera, nadie la había tocado. Algunos nos elevaban el ego de ser el primero, sigue siento primordial, mi mujer debía ser intacta, por ningún asqueroso animal la tocaría, y sin saber antes como terminamos aquí, de eso me encargue que nadie la tocara a la sucia omega que ahora era mi mujer, y no es que quería compararla con Wendy o con... ninguna era como ella, debía morderme un testículo para reconocer que la maldita loba me la ponía dura a diferencia de ellas.

"the weak omega" TaeliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora