"Solo tú y nadie más que tú..."

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Horacio estaba pensando en que podía hacer para celebrar sus 5 años de casados junto a su esposo. Vaya que lo amaba con locura, era lo mejor de su vida, el amor de su vida. Para él era lo único que importaba.

Busco por internet bonitos restaurantes y reservo el más bonito que parecía a sus ojos. No quería que fuera muy extravagante, pues sabía que a su marido no le gustaban las cosas de esa altura.

Quiso ser lo menos estrafalario y hacer algo "sencillo", pero como, si lo amaba y quería darle siempre lo mejor. Ya lo vería, igual ya había hablado con la gerente y pidió que no fueran tantas luces, que estuviera los menos iluminada posible.

Después de eso, llamaría a su esposo que había ido a trabajar para cubrir sus días de falta ya que el moreno había estado enfermo, Horacio le dijo que se quedara por su aniversario a lo que el ruso respondió divertido:

"- Cariño, no por el simple hecho de que mi esposo sea el director del FBI. Me daré el derecho de faltar todos los días."

Que bonito suena que diga que soy su "esposo" cuánto lo había soñado, pero hoy ya es realidad. Pensó mientras se dirigía hacia la sede, iba tarareando las canciones que sonaban de vez en cuando en la radio de su coche; quería llamar a su esposo para oírle mientras conducía, pero Volkov era muy apegado a la ley, además de que no le gustaba cada que Horacio usaba el móvil mientras usaba el coche.

Llegó a la sede y ahí le esperaba su apuesto novio.

- Cada vez estás más guapo o es que yo me enamoro más. - pensó en voz alta, no lo notó hasta que oyó la suave risa del ruso.

- Creo que es porque te enamoras más, porque ya me estoy haciendo viejo. - dijo mientras imitaba el caminar de un hombre mayor.

El moreno no pudo evitar la carcajada, el peliplata lo volteó a mirar y ahí sabía lo feliz que era con el menor. Sus ojos achinados por su risa, su delicado maquillaje, sus mejillas levemente sonrojadas, su cresta muy bien peinada, sus pecas. Todo, absolutamente todo del moreno volvía loco al mayor.

- Señor mayor, ¿Vamos ya? - preguntó divertido, a lo que el ojigris sonriendo asintió hacia el coche. Ambos se dirigieron al coche donde Volkov pensó que conduciría, pero su sorpresa fue grande cuando el menor lo tomó con cuidado y lo apartó de la puerta para subirse él como piloto.

- ¿A dónde iremos mi sol? - preguntó el ruso a su amado quien comenzaba a conducir mientras colocaba una dirección en su GPS.

- Es sorpresa rusito, déjate llevar... - respondió riendo el menor.

Volkov sabía que no le respondería absolutamente nada, así que solo se molestó en sonreír y asentir; esperaría a ver la locura que tal vez tendría preparada el más bajo.

- Vale, lo que digas... - ya no hablaba con pausas, ya no se ponía nervioso al hablar con Horacio, desde que se casaron sintió más libertad y simplemente dejaba que las palabras salieran solas.

Horacio conducía lento, está tranquilo; no tenía prisa, quería que todo fluyera, no estaba apresurado. Al fin y al cabo ya tenía la reserva y era a las 9 pm. Tenía casi una hora para llegar aún, así que se dirigió a una tienda de ropa para poder comprarse algo para estar bien en la noche de su aniversario. Volkov no entendía nada así que solo hizo lo que su esposo decía.

Llegaron al restaurante, pero Horacio hizo que Volkov se vendara los ojos antes de entrar al establecimiento. Volkov renegaba pero al final se dejó hacer o jamás entrarían.
Entrando dentro del lujoso restaurante, se dirigieron a dónde la señorita de recepción le había indicado.

Horacio quedó encantado con lo que era la vista, estaba muy bien iluminada, se veía absolutamente toda la ciudad desde donde estaban. Había reservado esa parte del restaurante solo para ellos dos. Al final si que fue extravagante, ¿No? Pero que más daba, era su puto aniversario.

Después de quedar embelesado con tan bonita vista, volteó hacia donde estaba su esposo y antes de quitarle la venda le depositó un tierno beso en sus labios. Tomó la venda y la quito suavemente haciendo que el ruso logrará acostumbrarse de nuevo a la iluminación.

- Listo cariño, aquí estamos. Feliz aniversario - dijo sonriente el más bajo, esperando a que Volkov lograra ver por completo el lugar.

- Esto es hermoso Horacio... Feliz aniversario mi vida, te amo. - respondió acercándose despacio hacia su esposo para tomarlo de las mejillas y comenzar un beso, era un beso tierno lleno de amor, ilusión, anhelo, respeto y cariño. Ambos se amaban y después de muchos años fueron capaces de estar juntos.

- Te amo... - respondió Horacio luego de que ambos rompieran el beso a la vez. - Sentemonos anda.

Viktor se acercó hacia una de las sillas y la saco para que Horacio pudiera sentarse; tan caballeroso como siempre.

- Muchas gracias, algún día dejaras que yo haga esto por ti? - preguntó refiriéndose a esos detalles.

- Ya veremos... - dijo mientras se sentaba en su lugar.

Estaban mirando que iban a cenar, pero Volkov no paraba de mirar a Horacio. Sabía que lo mucho que se había empeñado para organizar está cena y de verdad eso era muy importante y valía demasiado en su corazón. Lo amaba, de eso estaba seguro, sonreía al verle hacer lo que fuera.

- Vik - le llamó, no se había dado cuenta en qué momento el menor notó su mirada.

- Dime... - habló, su voz era tranquila y serena.

- S-si te gustó? Digo... El ambiente y eso, justo hoy lo reservé y no sé si te haya gustado... - preguntó un tanto nervioso.

- Mi corazón, sabes muy bien que todo lo que hagas o cada detalle de parte tuya hacia mí van directo a mi corazón y sea lo que sea me va a gustar. Y vamos, si esto está precioso, se ve todo muy bonito desde aquí. Las luces son tan cálidas y bonitas, transmiten un aire cálido. Te amo Horario y sé que tú me amas tanto como yo a ti, así que eso es todo lo que realmente importa. - terminó con una bonita sonrisa dibujada en su rostro que contagió al contrario.

- Me alegra mucho saber eso Viktor, la verdad si estuve muy pendiente de cada detalle sobre la decoración. Te amo demasiado - le tomó de las manos - Tú hiciste que mi vida retomará ese color que había perdido, pintas mis mañanas con colores diferentes cada día. Tu voz me hace viajar a cada recuerdo que hay en mi memoria, para mí existes tú y nadie más que tú.

- Te amo - dijeron ambos a la vez, su amor era puro, bonito, real, lleno de felicidad. Se transmitían paz, tranquilidad, confianza, seguridad y lo más importante, ambos sentían amor, ambos sentían todas y cada una de las cosas que mencionaban.

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Publicado en Twitter el 03/01/22

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