Pasaron 2 semanas desde que todas las tragedias que azotaban a Liah y a Kayn acabaron, ellos se habían vuelto más unidos que antes, como si tuvieran una relación de muchos años, Liah había vuelto a su trabajo recurrente en el bar, mientras que Kayn, estaba con la cabeza metida de lleno en su trabajo, en pocas palabras, el estreno de su nueva canción "Paranoia", lo mantenía estresado y distante de sus asuntos personales.
Esa misma noche, Liah acababa su turno y se dirigía al estacionamiento donde su deportivo se encontraba, era normal verlos estacionados allí, debido a que mucha gente con dinero recurría a ese bar, ella salía con su mochila en mano y las llaves haciéndolas girar en sus dedos, estaba sonriente debido a que ya tenía ganas de llegar a casa y llamar a su novio.
Una vez se sentó en el asiento del conductor, conectó vía Bluetooth su teléfono al tablero del auto y llamó a Kayn antes de arrancar.
—Buenas noches princesa, ¿Saliendo del trabajo?
—¿Por qué te llamaría ahora si no fuera por eso? —Liah respondió con una sonrisa burlona, tenía tono sarcástico
—Ay disculpe, bella durmiente, se me olvida que si no está trabajando duerme a las 10 de la noche
—Eres un tonto —Soltó una carcajada como respuesta
—¿Ya vas para casa?
—Si... Espero que Makio no haya dejado las llaves puestas otra vez...
—¿Tan colgada es?
—Se nota que aún no la conoces... —Volvió reír
—Tengo que colgar nena, avísame cuando llegues ¿Ok?
—Claro, te amo
—Yo también
El bip de cuando colgó sonó por los parlantes del deportivo mientras ella sonreía y ponía música. El camino no fue muy largo mí pesado, a esas horas, ella era libre de manejar a más de 180 km/h, sin interrupciones y disfrutando de su auto al máximo.
Al llegar a su casa, buscó las llaves en su mochila, pero no las encontró, revolvió otra vez entre sus cosas pero no hubo suerte, golpeó con esperanzas de que Makio estuviera aún despierta, no la había visto en el bar, por lo cual quizás estaba en casa, después de unos minutos de estar tocando, nadie respondía.
—¡Makio! Soy yo, Liah, olvidé mis llaves —Seguía golpeando pero ella no respondía
Agarró su celular rápidamente, sus manos temblaban en el frío del otoño en Canadá, marcó a su amiga varias veces pero ella seguía sin responder.
—¡Mierda Makio deja de estar en fiestas! —Gritó al aire y se metió al auto con la calefacción pensando en que podía hacer
Luego de un momento, le marcó a Kayn, el respondió al instante.
—¿Makio dejó las llaves puestas?
—Peor, no está y yo no encuentro mis llaves —Respondió con cansancio en la voz
—Ven a mí casa, los chicos duermen y yo estoy en el estudio trabajando en mí parte de la canción
—¿Estás seguro? No quiero incomodar...
—Tranquila cariño, ven y listo, no me gusta que estés sola en ese barrio y menos de noche con un auto como ese
—Bueno, entonces ya voy, llego en 10 minutos
—Te espero
—Adios...
—Te amo
Liah sonrió