𝟏. 𝐌𝐈𝐍𝐄

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Todos los días junto a Jaemin eran lindos para Jeno, sin embargo, los favoritos del alfa eran aquellos en donde salían de paseo mientras se tomaban de las manos y hablaban cómodamente de algún tema que surgiera.

El día de hoy, ambos decidieron visitar un jardín muy popular que había dado su apertura hace unas semanas y que, por culpa de sus ocupadas agendas, no habían podido visitar.

Jaemin tomaba fotografías con su cámara profesional mientras Jeno le seguía con una sonrisa.

- Mira que lindas las violetas, Jeno.- Comentó Na mientras capturaba la flor.

- Es hermosa.

Siguieron su camino, tomados de la mano y Jaemin reía mientras recordaba el primer ramo de flores que le obsequió su lindo novio.

- Eran tan grande que, ni podía ponerlas en el florero,- Lee rió suave al recordar aquel día.

Y pudo haber comprado más porque, Jaemin merecía más que un simple ramo de flores.

- Pero me encantaron.

Jeno sonrió y detuvo su andar, para luego tomar a su novio de su mano y acercarlo hasta él. El omega se sonrojó ante la acción, sin embargo, acortó la distancia para olfatear aquel aroma a lluvia que amaba, colocó su cabeza sobre el pecho del mayor y sus brazos rodearon la cintura del alfa. El mayor, con sus manos, acunó el rostro de su chico y lo miró un par de segundos, como tanto le gustaba hacerlo siempre.

Tuvo tanta suerte de conocer a Jaemin y enamorarse de él.

Sus rostros se fueron acercando lentamente y sus labios se fueron acercando hasta que una voz les sacó de su burbuja.

- Hola, Nana.- era Chenle el que habló, uno de los amigos del omega.

- ¡Lele bebé!- el peli negro dejó los brazos de su novio para correr hacia el menor y rodearlo en un fuerte abrazo, el cual fue correspondido.

Jeno sintió como su cuerpo se tensaba lentamente al ver que su novio estaba tan cerca de aquel otro omega. Su sangre comenzó a hervir cuando el bajito le decía palabras dulces al omega menor. Y gruñó cuando el adolesente besaba una de las mejillas del coreano.

Lee no iba a permitir eso.

Sus celos lo llevaron a acercarse hasta el par de chicos y separarlos, sin usar tanta fuerza, para después, abrazar a Na, como si buscara protegerlo del menor de todos.

-Jeno ¿qué pasa?- dijo el Na, estrujando al nombrado; este solo contestó con un gruñido y un entrecejo muy fruncido.

Chenle entendió la actitud del alfa y simplemente se alejó riéndo.

- Nos vemos luego, Jae.

- Hasta luego, Lele.- Este se despidió del otro y se fue por otro lugar del jardín para evitar problemas con el novio de su amigo.

Na sintió como su alfa liberaba y le impregnaba sus feromonas.

Su alfa era todo un caso.

- Jen, no seas tan celoso.

- No puedo evitarlo,- decía mientras soltaba a su novio, - eres solo mío.

Jaemin rió; Jeno lo amaba tanto que, por miedo a perderlo, los celos se hacían presentes. El menor lo entendía y al final de cada escena de celos que, nunca ocasionaba grandes alborotos más que unos cortos gruñidos por parte de su novio, siempre lo abrazaba y le repetía las únicas palabras que lo tranquilizaban:

- No te preocupes, amor, soy solo tuyo.- y depositaba muchos besitos por la cara de su alfa.

¡𝐄𝐑𝐄𝐒 𝐒𝐎𝐋𝐎 𝐌𝐈́𝐎! ៸៸ 𝖭𝖮𝖬𝖨𝖭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora