18] Estas a salvo

612 67 17
                                    

No pasó mucho tiempo para que la pelea terminara

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No pasó mucho tiempo para que la pelea terminara. Escuchó a Naruto maldecir en voz baja y su voz volvió a la normalidad. No fue el gruñido áspero y ronco que tenía cuando estaba medio cambiado.

Abrió los ojos.

Naruto estaba de pie junto a ella, completamente desnudo y furioso.

—¿Dónde está tu camiseta?

Ella sonrió. 

—Podría preguntarte lo mismo.

Se lanzó hacia adelante, casi aplastándola contra la pared con su cuerpo, y comenzó a olfatear su cuello. Luego se movió más abajo.

Ella lo agarró por la cara con ambas manos y dejó caer sus armas para hacerlo. 

—Estoy bien. Están muertos. Esto es lo más desnuda que me tuvieron.

Naruto de repente agarró a Hinata con manos temblorosas, arrastrándola. 

—Has terminado de pelear.

—¿A dónde vamos?— Ella empujó su hombro. —Uno de ellos estaba persiguiendo a Moegi y está herida. Me salvó la vida, Naruto.

—Olvídate de Moegi. Sasuke mató al que la perseguía, y ella es un lobo. Ella está bien. Se cura.— La respiración de Naruto era irregular mientras se alejaba, cargándola. —Necesito quitarte sus olores. No puedo estar con otros contigo oliendo así. No emparejada y herida... eres peligrosa, Hinata. Quiero matar a cualquier maldito hombre que te vea, incluso de mi propia manada.

—Entonces vamos—. Levantó la mano y le tocó la cara, incluso cuando él abrió la puerta de una patada y salió al aire libre. —Estoy a salvo.

—No. Huelo tu sangre —. Se acercó a una camioneta que reconoció como de Sasuke. —Te fallé.

—No lo hiciste—, argumentó mientras él la ponía de pie para abrir la puerta del lado del pasajero. —Me salvaste. Nos salvaste a todos—. Acarició su rostro una vez más, saboreando el hecho de que ambos habían sobrevivido a la guerra. —Volviste a mí.

—¡Naruto!— Sasuke gritó desde el porche. —¿A dónde vas con ella? Moegi dice que Hinata resultó herida y huelo su sangre. Necesita al médico.

—¡Ella es mi compañera! ¡No tuya! ¡Ella pertenece a mi casa!— Respondió Naruto con rugido. —¡Me preocuparé por ella!

—O podríamos, ya sabes, tratarla aquí, con el médico, que tenemos para cosas como ésta—. Sasuke se dirigió hacia donde estaba estacionada su camioneta. —Naruto, sabes que no estás bien en este momento. Es una muy mala idea llevarla a tu territorio, sola, después de haber estado librando una guerra. Tus instintos están demasiado cerca de la superficie. Confía en mí, en esto.

—¡Ella es mía!— Naruto le rugió a Sasuke con tanta fuerza que Hinata saltó.

—Está bien. No moriré. Deja que se calme —le aseguró a Sasuke. — Cuida de los demás.

MarcadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora