Lo hice

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                                    FREEN

Tuve el mejor sexo de mi vida. Me dije a mí misma de nuevo.

Eso es lo primero que me dije a mí misma cuando me desperté esta mañana. Todavía no me había recuperado de la fabulosa sesión intensa de la lección privada. Ningún recuerdo de los autores y obras que habíamos discutido, solo los gemidos y gritos daban vueltas en mi cabeza. Yo era como una florecita que floreció al sol el primer día de la primavera. Había recuperado esa energía que había perdido durante mucho tiempo y ahora estaba radiante.

Por una vez, estaba emocionada de ir a clase porque tenía cosas que contarles a mis amigos. Desde el sábado me guardé la noticia a pesar de que empezaron a sospechar que algo había pasado. En cuanto a la Sra. Armstrong, después de que casi me desgarra la vagina (todavía no puedo creer que tenga una polla, una enorme) nos quedamos profundamente dormidas. No habíamos hablado de eso desde entonces, pero creo que ambas estábamos satisfechas.

Déjame darte un consejo. Personas que estén pensando en hacer dieta, comer sano y practicar algún deporte -tener sexo- al menos 30 minutos al día, resultados garantizados. Al final de la sesión, sentirás que cada parte de tu cuerpo se ha trabajado.

Emocionada, salté a la ducha mientras cantaba. Tenía muchas ganas de ver la reacción de mis amigos cuando les cuente la noticia, o sea hay muchas revelaciones y no sé cuál es la más impactante.

La universidad era otra sociedad y bastante especial. Conocí a las mismas personas todos los días, pero a veces había personas que nunca había visto antes. El campus era enorme por lo que era imposible conocer a todos. Además, cada departamento tenía su propia área y era raro que los dos estudiantes de diferentes secciones pasaran tiempo juntos. No era una forma de discriminación sino más bien un conflicto de horarios.

Vi a mi grupo de amigos desde lejos. Estaban sentados en nuestra mesa habitual donde nadie más se atrevía a venir y pedir unirse a nosotros a menos que quisiera arriesgar su vida. La gente que gateaba en esa cafetería siempre me molestaba, especialmente cuando estos niños estúpidos eran demasiado curiosos y no eran de su incumbencia.

-¡Freen!- Nam me saludó. Ya estaba sonriendo y pude ver su rostro confundido. Caminé hacia ellos con confianza ya que era una mujer sexy. Ten en cuenta que, si no ves lo que vales, nadie lo hará por ti.

Algunos tipos cuyos nombres ni siquiera sé, estaban boquiabiertos cuando pasé junto a ellos. Eran solo vírgenes al ver sus rostros, no fue difícil darse cuenta.

-¿Qué pasa con esa sonrisa? ¿Pasó algo bueno durante tu fin de semana o qué?- Heidy  preguntó mientras comía su sándwich saludable. Esta niña había sido cuidadosa con su figura desde que nació. Era aún más peligrosa con los hombres que la cortejaban, primero aceptaba los regalos y luego los rechazaba con frialdad. Por eso era conocida como la rompecorazones.

-Sí, yo también tengo curiosidad- Noey colocó su mano debajo de su barbilla esperando mi explicación. Puede que no les haya dicho nada, pero siempre supieron que les estaba ocultando algo.

-Creo que todos tenemos curiosidad, así que sé rápida antes de que te meta esas papas fritas en la garganta- siseó Heng. Era un puto impaciente como siempre.

-¡Oye! ¡No toques mi comida perra!- Nam protegió su comida chatarra y lo fulminó con la mirada. No hay día en que no se peleen.

-En realidad prefiero tener algo más en la garganta-ese simple estado les hace cerrar la boca. Parecían más tontos que antes, puse los ojos en blanco al ver que tardaban en captarlo.

-Espera... ¿no habías tenido lecciones privadas con la Sra. Armstrong el sábado?- Sorprendentemente, Nam fue la primera en hacer el enlace porque generalmente era la última en entender lo que se estaba explicando.

LUJURIA || FREENBECKY (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora