𝐀𝐓𝐄𝐍𝐂𝐈Ó𝐍
𝐄𝐬𝐭𝐞 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐬 +𝟏𝟖
𝐲 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐞𝐧𝐬𝐢𝐛𝐥𝐞.♤
- No te lo volveré a repetir -me gritó Alonzo tras dar un portazo. Escuché como puso la llave impidiendo el poder salir de la habitación. Ni siquiera me molesté en alarmarme, era mi día a día-.
- Imbécil -le grité de vuelta con las pocas fuerzas que me quedaban-.
Me volvió a golpear por haberme enfrentado a él, al enterarme que golpeó a Bianca, ya que ella no sería capaz de hacerlo. No sería capaz de considerarlo el mejor regalo de cumpleaños de mi vida, pero al menos no me violó.
Me senté en el borde de la cama, esperando al próximo cliente. Ha sido mi día a día desde que tengo 15 años, tras quedarme huérfana, no tenía alternativa que acudir a la prostitución. Comencé a ponerme en las aceras de las carreteras para llamar la atención de los camioneros, me volví bastante experimentada en el campo, ya que se basaba en mi día a día.
Una noche me agarraron con brusquedad del brazo, pensé que era un cliente habitual, por lo que no me asusté, hasta descubrir que no se trataba de la persona que tenía en mente. Me raptaron, tampoco tengo el derecho a quejarme porque me dieron una cama, comida y agua. Desde ese momento, conocí la cruda realidad del oficio, lo que significaba tener un jefe, y también las consecuencias de no obedecerlo.
En parte, me alegraba ser la chica más joven del salón, significaba que ninguna otra chica está sufriendo todo lo que yo pasé hasta ahora. Intentaba mantenerme lo más firme posible, cumplir con mi trabajo y guardar el dinero suficiente para escaparme cuando vea correcto hacerlo. Supe que no había sido una buena decisión meterme en el mundo de la mafia, hay gente muy mala ahí fuera.
Casi no recordaba cómo se leía, y me entristecía, haciendo memoria por mi amor a los libros cuando era pequeña. No tenía tiempo libre, mi vida se basaba en acostarme con hombres asquerosos y recibir una pequeña suma de dinero por haber vendido mi cuerpo. ¿Era legal? Por supuesto que no, a veces tenía la esperanza de que la policía descubriese este lugar.
Había hecho la cuenta de haberme acostado con más de cien personas en mis 20 años de vida. De todos ellos, cinco hombres han sido atractivos. Normalmente tengo que fingir para complacerlos a ellos, porque consideraba haberme vuelto inmune al sexo, no sentía nada.
No tenía la oportunidad de consolar a Bianca, sabía que dentro de poco tendría que volver a trabajar. No me molesté en tapar con maquillaje la marca que había dejado Alonzo en mi cuello, a algunos les gusta ese fetiche.
- Es la más joven, señor -la voz de Alonzo aproximándose me hizo levantar de la cama. Me paralice por la autoridad con la que le hablaba mi jefe a aquel hombre, debía ser importante-.
La puerta se abrió dejando ver a un chico pelinegro de ojos grises, alto, mucho más que Alonzo. Llevaba una camisa negra que se apretaba perfectamente a sus músculos, y los primeros botones estaban desabotonados, dejando ver parte de su pecho.
Madre de dios.
Dibujé la sonrisa encantadora a la que estaba acostumbrada mientras me acercaba a ellos. No miré a Alonzo, ahora mismo ese hombre me repugnaba.
- De eso se trata -después de que esos ojos grises me miraran por unos segundos, volvió a mirar a mi jefe. Le hizo un ademán con su cabeza para que se marchase, cumplió su orden sin rechistar. Han sido los minutos silenciosos más incómodos de toda mi vida, él me miraba a mí y yo estaba esperando que me dijese que quería hacer- ¿Qué edad tienes? -cortó el silencio-.
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𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐒𝐎𝐌𝐁𝐑𝐀𝐒 𝐘 𝐌𝐄𝐍𝐓𝐈𝐑𝐀𝐒
RomanceMaría, una huérfana atrapada en las sombras de su pasado, ve cambiar su destino cuando es rescatada por el hijo de los Montenegro. Sin embargo, la casa de esta familia aparentemente perfecta se convierte en un laberinto de mentiras cuando María se v...